Ramón Mateo reclama un puesto en la inmortalidad

Pese a ser “Un Gran Maestro Internacional”, el ajedrecista Ramón Mateo no figuró en la boleta para ser considerado como inmortal del deporte dominicano y considera que se debe a una persecución personal en su contra de la que acusó a Rafael Damirón, quien es miembro del comité permanente.

Aunque no entró en detalles el presidente del Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, doctor Dionisio Guzmán, recordó que para que un atleta sea valorado, debe acumular méritos deportivos “extraordinarios” y mantener una conducta ejemplar incuestionable.

“Estamos en la organización de nuestro ceremonial de la clase del 2021, por lo que nuestro esfuerzo está enfocado en resaltar los méritos de los seleccionados”, afirmó Guzmán para reiterar que “todos los atletas que cumplan con los requisitos del pabellón, son tratados en igualdad de condiciones.

El título de Gran Maestro Internacional es otorgado por la Federación Internacional de Ajedrez a jugadores que alcanzan determinado nivel de excelencia, para ser el título más importante de la disciplina.

Mateo afirma que su valoración como “Gran Maestro Internacional”, título que logró en el 2008, en países desarrollados lo consideran como una medalla de oro en Juegos Olímpicos, por lo que reclamó su ingreso al pabellón de los inmortales de República Dominicana.

Indicó que desde el 1977 Damirón ha mantenido una persecución en su contra “y que desde hace dos años su currículum figura para evaluación y no aparece en la boleta que emite el Pabellón”.

“En el mundo hay cerca de dos mil Gran Maestros” y que solo él tiene el título en República Dominicana, por lo que debiera estar en la inmortalidad, además de que fue declarado como “Ajedrecista del Siglo”, por la Federación Dominicana de Ajedrez.

Recordó que el ajedrez es un deporte muy practicado en el país.

Guzmán fue reiterativo en sus conceptos al señalar que el reglamento de elección para el pabellón establece que además de los récords deportivos el pon- derado tiene que ser “persona de reconocida solvencia moral y ciudadana y comulgar con los principios éticos y valores morales de todo dominicano”.