Towns descarta jugar con USA y se ilusiona con RD

El astro dice que cambiar de nacionalidad sería la ruta fácil

El astro dice que cambiar de nacionalidad sería la ruta fácil

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Karl-Anthony Towns Cruz no ha tenido que convocar a los medios, emitir un comunicado o girar una carta a la Fedombal para despejar una duda que surge en los últimos ocho años cada vez que llegaba un evento FIBA. Towns no planea hacer el cambio de nacionalidad deportiva a la estadounidense, el país donde nació en 1995.

En 2011, Towns se enfundó en el equipo nacional sub-17 que fue sexto en el Centrobasket en Puerto Rico y así se evitó perderlo como en futuras selecciones a este hijo de una santiaguera. La polémica regla H de la Federación Internacional (FIBA) condiciona a los nacidos en otros territorios a obtener el pasaporte local antes de los 16 años para no ocupar la plaza de naturalizados.

Luego, Towns, nacido en Nueva Jersey y uno de los principales prospectos del mundo la década pasada, jugó con la selección quisqueyana de mayores en el Centrobasket 2012 en Puerto Rico, el preolímpico 2012 y el premundial 2013, estos dos últimos en Venezuela.

Desde entonces, pasó por la NCAA (2014-2015), fue primera selección del draft en la NBA (2015), Novato del Año (2016) y se convirtió en una de las principales figuras de la liga al punto que en 2018 el equipo lo firmó por cinco campañas y US$190 millones.

Pero nunca más volvió a uniformarse con el seleccionado. Ahora, ha dejado claro que no ha cerrado la puerta y que tiene planes ambiciosos. Lo dijo en una entrevista con el sitio The Athletic, dentro de un amplio reportaje que recoge su pasado reciente y sus perspectivas al futuro cercano.

Towns compara quedarse en Minnesota Timberwolves con su decisión de continuar jugando para la selección de la República Dominicana. Dijo que ha tenido oportunidades de dejar a los dominicanos, la tierra natal de su madre, y reclasificarse para jugar con el equipo de Estados Unidos al que le vendría bien un grandote talentoso. Pero esa sería la ruta fácil a sus ojos.

“Me gusta tomar la ruta difícil. Me gusta ir por la ruta más gratificante”, dijo. “Me encanta estar con la selección de República Dominicana. Hay muchas cosas que no han hecho y posiblemente pueda cambiar eso. El desafío es aquello por lo que siempre me he esforzado”.

Un regreso que dependerá de que el equipo nacional logre su boleto para la Copa del Mundo de 2023 en Filipinas, Japón e Indonesia, un largo proceso clasificatorio de seis ventanas que se inicia el próximo mes con la primera ventana en el Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto.

Carrera meteórica

Desde 2015 cuando Towns llegó a Minneapolis dentro del plan de reconstrucción del proyecto el equipo marcha con 185-279 y solo una visita a los playoffs (2017-2018), donde cayó en primera ronda en la única campaña con saldo positivo (47-35).

No ha sido por culpa de su rendimiento, con una media de 22.9 puntos, 11.6 rebotes y lanzando para 52% del campo y 39% en triples.

En la historia de la franquicia, solo Kevin Garnett (139.8) tiene un win shares (el equivalente al WAR del béisbol) mayor que el 55.8 de Towns.

Pero Towns ha mostrado su disgusto con el proyecto del que ahora Alex Rodríguez es copropietario y había dudas sobre su continuidad.

Pasado difícil

Ni la armadura de 6’11pies y 245 libras de pura fibra, ni su elevada fortuna han sido escudos suficientes como para evitar que el invisible COVID-19 se convirtiera en una pesadilla para Towns.

El virus acabó con la vida de su madre, Jaqueline, y con al menos otros seis familiares cercanos. Incluso él se vio infectado y se perdió 13 partidos la pasada campaña y el cúmulo de sentimientos le hizo contemplar el retiro, como hizo saber en un “live” en Instagram.

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