El torneo, a la mitad con los verdes de líderes por brazos

Águilas resurgen con el bateo oportuno tras jugar para 4-9 Toros pierden en Macorís (1-7) lo que ganan a felinos (6-2)

Águilas resurgen con el bateo oportuno tras jugar para 4-9
Toros pierden en Macorís (1-7) lo que ganan a felinos (6-2)

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Los verdes han dependido al extremo de un pitcheo que ha estado por encima de la liga para llegar a la mitad de calendario como líderes en el standing con 12-8. El equipo es penúltimo en fabricación de carreras por juego (3.45, solo detrás de las 3.38 del Licey), ocupa el mismo lugar en imparables conectados (150 cuando los Gigantes llevan 180) y va en la cola en boletos recibidos (49), así como en extrabases (34 en momentos en que los potros ya alcanzan los 55).

El domingo, tras conseguir su cuarta victoria en igual número de desafíos ante los Toros, el dirigente Fernando Tatis hacía una autocrítica a lo que necesitan las punteras Estrellas para lograr el primer objetivo de la campaña, avanzar a los playoffs. “Nuestros bateadores deben mejorar”.

Sin embargo, el éxito se explica en lo bien que han sabido administrar la poca ofensiva (es segundo en jonrones con 10) con unos brazos que anestesian a los rivales. La efectividad oriental roza los 2.71 cuando la media de la Lidom es de 3.51. Su WHIP (hits y boletos por entrada) es de solo 1.11 contra 1.46 de los Gigantes. La oposición apenas le batea .207 (mientras a los Toros lo hace para .241).

Una responsabilidad tan bien compartida entre abridores y relevistas, con los segundos de líderes en holds (ventajas retenidas) con 21. Radhamés Liz (0.95 en 19 entradas), Kutter Crawford (0.49 en 18 1/3), Andy Otero (2.45 en 18 1/3) y Edwin Uceta (2.84 en 19) integran la intimidante rotación.

En la liga escasea el jonrón, nada extraño en invierno, solo se pega 0.83 por partido, por debajo de los 0.90 de Venezuela, pero delante de los 0.68 de México. Y sobran los errores; van 146 en 61 encuentros, para una media de 2.3 por juego.

El torneo llega a su ombligo con el sotanero Licey (que ha vivido dos crisis de resultado que ha costado el puesto al gerente y al dirigente) a solo tres partidos y medio del primer lugar y a medio de la clasificación, una simple muestra de lo cerrado y poco pronosticable que se presta, si bien el método que utiliza la plataforma beisboldata.com apenas otorga un 44,6% de opciones a los azules de avanzar contra un 90.5% a las Estrellas.

Félix Fermín vio a sus Águilas arrancar con 4-0, pero en medio de una cadena de integraciones que en el papel mejorarían al club entró en una racha de 4-9 que lo puso a tres outs de caer al sótano antes de reaccionar el fin de semana, ganar tres choques y hoy queda a uno del primero con 11-9.

El equipo amarillo tiene el mejor diferencial de carreras (+25), es el que saca mayor provecho a los jugadores que se embasan (el 41% anota según winterballdata) y es segundo en bateo con corredores en posición de anotar (.253).

Nadie juega mejor que los Gigantes en los últimos 10 partidos (6-4) y ya son terceros con 11-10. El equipo de Luis Urueta es el que más carreras fabrica (4,6), el que más imparables produce (180), incluyendo cuadrangulares (13) y dobles (42), aprovechando su amigable parque a la ofensiva. Es el equipo que más corredores ha dejado en las bases (133).

A los Toros (9-11) le ha costado encontrar ese punto de la regularidad, sobre todo ante Estrellas y Gigantes (marchan con 1-7), un pobre desempeño que es compensado con su gran dominio sobre Tigres y Leones (6-2). Su defensa lidera la liga en errores (30), su pitcheo es penúltimo en efectividad (3.67), pero su ofensiva es la tercera en producción de carreras (81).

Los rojos (9-11) retoman la acción igualados con los bovinos, con el regreso de Albert Pujols y una rotación mejorada con la entrada de Iván Nova. El Escogido tiene la segunda mejor ofensiva (.242) y es cuarto en efectividad (3.60). No conoce rachas largas ni en victorias ni en derrotas.

El Licey no ha conocido punto medio, arrancó con 3-0, luego cayó a 4-8, entonces sustituyó a Tony Díaz de la dirección y a Carlos José Lugo de la gerencia para desde entonces compilar récord de 5-4.

Si bien los azules tienen el peor bateo colectivo (.217) y diferencial de carreras (-13), el equipo se mantiene en el segundo lugar en promedio de carreras limpias permitidas (3.18).

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