Juegos de Pekín-2022, “a la vez preocupante y alentador”, estima Alberto de Mónaco

El soberano monegasco repasa su relación con los Juegos

El soberano monegasco repasa su relación con los Juegos

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Miembro del COI desde 1985, el Príncipe Alberto de Mónaco, que participó en bobsleigh en cinco ediciones de los Juegos Olímpicos de invierno, estima “al mismo tiempo preocupante y alentador” que Pekín se convierta en la primera ciudad en organizar Juegos de verano y de invierno, pues teme que sólo “los grandes países” puedan “contar con Juegos Olímpicos”.

A unos días de la inauguración de los Juegos Olímpicos de 2022 de Pekín (4-20 de febrero), el soberano monegasco repasa en una entrevista con la AFP su relación con los Juegos, evocando su primer descenso en 1988 en Calgary y su posición de “líder durante un minuto”.

PREGUNTA: ¿Qué le parece la atribución de estos Juegos Olímpicos de invierno a Pekín y cuál será su impacto en China?

RESPUESTA: “Es a la vez preocupante y alentador. Alentador porque China prometió hacer unos Juegos teniendo en cuenta todas las recomendaciones de la agenda 2020 y 2020+5, sobre todo en materia de medio ambiente, de legado y de control de costes. Es por ello que muchos recintos de 2008 (Juegos Olímpicos de verano) servirán este año. Usted me dirá que es sólo un escaparate, pero creo realmente, según las conversaciones que he tenido en China los últimos años, que el gobierno chino quiere ir hacia más durabilidad y tomar medidas cada vez más fuertes respecto al medioambiente y las energías renovables. Ese parque eólico en la sede alpina a 180 kilómetros de Pekín es un ejemplo de buenas intenciones.

P: ¿Y el aspecto preocupante?

R: “Es también preocupante porque prácticamente son sólo los grandes países los que pueden contar con los Juegos, y Pekín quería ser la primera ciudad en albergar Juegos de verano y de invierno. Sin duda han hecho mucho más de lo que se les pedía, pero es también para ellos una cuestión de prestigio y de mayor visibilidad en el plano internacional. La cuestión es saber cuál es el límite, dónde comienza y se detiene el gigantismo, y cómo controlarlo mejor”.

P: Con la disminución de candidaturas, ¿cómo ve la evolución de los Juegos Olímpicos de invierno?

R: “Desgraciadamente depende también de las condiciones climáticas. En nuestras latitudes se verán inviernos cada vez más dulces. A pesar de los sistemas de nieve artificial llegará un momento en que será muy difícil practicar deportes sobre nieve. Pero no sé realmente cuál será el futuro a largo plazo de los Juegos de invierno. Aunque se han realizado grandes esfuerzos por parte del COI para controlar los gastos, organizar Juegos cuesta muy caro. Así que vemos que sólo grandes países pueden hacerlo”.

P: ¿Cómo llegó al bobsleigh?

R: “Por casualidad. Ya había asistido a competiciones de bob en los Juegos de Lake Placid en 1980, cuando estudiaba en Estados Unidos. Durante unas vacaciones en Saint Moritz, en Suiza, con mi hermana Carolina, fuimos a ver lo que pasaba en la pista de bob. (…) Había una plaza en un bob para un descenso para visitantes, un ‘bob taxi’. Mis primeras sensaciones fueron increíbles, un poco como montañas rusas en la nieve y el hielo.

P: ¿Cuál es su mejor recuerdo en cinco participaciones olímpicas?

R : “En mis primeros Juegos en Calgary, en 1988, por azar del sorteo, fuimos los primeros en lanzarnos, con Gilbert Bessi. Así que, durante un minuto, fui líder de la prueba (…). Para todo deportista de alto nivel, los Juegos Olímpicos es la culminación, el momento mágico por excelencia. Sabemos que los ojos de la comunidad internacional se dirigen hacia ese momento en que estamos en paz y armonía”.

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