Turismo, piedra de toque de nuestra economía

Nuestro país es en Madrid coanfitrión de Fitur

Nuestro país es en Madrid coanfitrión de Fitur

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Al final del 2020 y en este medio escribí: “La reactivación del turismo, vital para la economía dominicana, se perfila como uno de los grandes retos a que se enfrentará el país en el año que se aproxima. Sin la recuperación del sector responsable directo del 8% del PIB e indirectamente de poco más del 15%, será imposible reanudar la ruta de crecimiento económico ininterrumpido de los últimos quince años, y mucho menos a los niveles excepcionales que nos colocaron como ejemplo en toda América Latina y buena parte del mundo”. Hemos terminado el 2021 con una buena ganancia de visitantes extranjeros, y la economía dominicana exhibe una robustez que ha sobrepasado las expectativas.

Definitivamente, el turismo se ha consagrado como piedra de toque de nuestra economía. Sus efectos positivos han contribuido a que la República Dominicana emerja con energías redobladas de la pandemia. A nuestras ventajas comparativas, más una oferta competitiva sustentada en un producto de calidad e infraestructuras de primer orden, se han sumado la adopción de políticas adecuadas y una lectura correcta del mercado en estos tiempos difíciles. El gobierno y los empresarios turísticos han apostado por la apertura del sector, pero con insistencia en medidas sanitarias prudentes y una exitosa campaña de vacunación en el polo principal.

El presidente Luis Abinader, el dinámico ministro de Turismo, David Collado, y el presidente de la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes (Asonahores), Rafael Blanco Tejera, divulgaban en rueda de prensa reciente datos verdaderamente impresionantes. Alrededor de cinco millones de turistas nos visitaron en el 2021; solo en diciembre recibimos más de medio millón de extranjeros, sin incluir unos 200 mil dominicanos residentes en el exterior. En total, los turistas generaron US$5.626 millones en divisas, monto del cual correspondieron US$843 millones a diciembre. Como señalara el presidente, esas divisas explican el porqué de la fortaleza del peso dominicano y el efecto de mitigación en la inflación importada y los precios de la energía.

El notable impulso del turismo en diciembre permite mirar con optimismo este año, a menos que la pandemia devenga una crisis desproporcionada. Pese al rebrote provocado por la variante ómicron, las consecuencias son mucho menos funestas. Afortunadamente, el grueso de nuestro turismo procede de países con una alta tasa de vacunación. Las informaciones son de que las reservaciones van en aumento, el turismo de crucero se recupera y un dato, proveniente de ForwardKeys Air Ticket, resulta relevante: Punta Cana, por cuyo aeropuerto ingresa la mayoría de nuestros turistas, pasó al lugar número doce de los destinos top en el 2021, cuando ni siquiera aparecía entre los primeros veinte en el 2019, antes de la pandemia. Figura por encima de lugares europeos emblemáticos como Atenas, Palma de Mallorca, Barcelona y Lisboa.

Como parte de la reconsideración de la política turística, el país ha dado pasos firmes para insertarse en el liderazgo global y regional del sector para asegurar que su voz y sus intereses se escuchen en la conversación global sobre una actividad que el consenso mundial ha definido como clave. Hará un año, por primera vez se designó un representante permanente ante la Organización Mundial del Turismo (OMT), con 160 países miembros, y la República Dominicana ganó ya un puesto en el maximo organismo de dirección, el Consejo Ejecutivo. Ha sido esa agencia de las Naciones Unidas un aliado significativo para la imagen dominicana como destino turístico confiable, tanto para visitas como para inversiones. Se nos ha reconocido internacionalmente, además, la eficacia del protocolo sanitario para viajeros seguido en los momentos más intensos de la pandemia.

La importancia del turismo implica más que cifras positivas y un aumento constante de visitantes e inversiones. Es una oportunidad para la innovación y la adopción de medidas llamadas a tener un impacto significativo en la población. En su mensaje de fin de año, el secretario general de la OMT y buen amigo de la República Dominicana, Zurab Pololikashvili, insistía con breves pinceladas en tres aspectos cruciales identificados por esa organización como la clave para que los beneficios del turismo sean duraderos:

1 Dar un uso óptimo a los recursos medioambientales, que son un elemento fundamental del desarrollo turístico, manteniendo los procesos ecológicos esenciales y ayudando a conservar los recursos naturales y la diversidad biológica.

2 Respetar la autenticidad sociocultural de las comunidades anfitrionas, conservar sus activos culturales y arquitectónicos y sus valores tradicionales, y contribuir al entendimiento y la tolerancia intercultural.

3 Asegurar unas actividades económicas viables a largo plazo, que reporten a todos los agentes unos beneficios socioeconómicos bien distribuidos, entre los que se cuenten oportunidades de empleo estable y de obtención de ingresos y servicios sociales para las comunidades anfitrionas, y que contribuyan a la reducción de la pobreza.

El turismo dominicano pasa por un buen momento, ensombrecido tan solo por la amenaza de un virus que, de acuerdo a los informes más optimistas, deberá perder letalidad en el transcurso de este año. En la mayoría de los países al igual que en el nuestro, la pandemia ha visibilizado la relevancia del sector turístico para el empleo, el alivio de la pobreza y el crecimiento económico en sentido general. Como consecuencia, se ha abierto un amplio debate multinacional sobre el tema, como se evidenció en la 24a Asamblea General de la OMT, celebrada el mes pasado en Madrid bajo el lema de unidad, resiliencia y determinación del turismo, y en la que la República Dominicana ocupó formalmente su puesto en Consejo Ejecutivo.

La aceptación del turismo como pieza clave para resolver el rompecabezas que deja la pandemia implicará más competencia y la necesidad de políticas flexibles para adaptarnos a las circunstancias cambiantes. Por lo pronto, nuestro país será este mes en Madrid coanfitrión de FITUR, “la primera cita anual para los profesionales del turismo mundial y la feria líder para los mercados receptivos y emisores de Iberoamérica”. Nueva vez los sectores público y privado unen fuerzas en pro de un objetivo común, coordinación decisiva para la recuperación evidenciada de nuestro crecimiento económico.

El desafío apenas empieza. Debemos estar preparados para asumirlo con todas sus consecuencias.

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