Kathleen Martínez-Nazar y el impacto de sus hallazgos

La arqueóloga dominicana comparte los más recientes sucesos en su búsqueda por la tumba de Cleopatra

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Revelar los conocimientos perdidos del pasado para el beneficio de la humanidad ha sido parte de los resultados de la labor de la doctora Kathleen Martínez-Nazar, la arqueóloga, abogada y diplomática dominicana que ha dedicado casi dos décadas de su vida al proyecto científico que consiste en la búsqueda de la tumba perdida de la reina Cleopatra. Al impartir la conferencia “Diplomacia universitaria y científica: La misión arqueológica dominicana en Egipto”, la arqueóloga compartió los más recientes sucesos de esta búsqueda de la tumba perdida de la reina Cleopatra y explicó cómo los frutos de la excavación que lidera del templo Taposiris Magna en Alejandría (Egipto) han revolucionado la profesión de la arqueología.

Asimismo, en el marco de la actividad, la doctora Martínez-Nazar no solo recibió la certificación que la avala como Investigadora asociada del Instituto de Educación Superior en Formación Diplomática y consular (INESDYC), sino que también entregó al doctor José Rafael Espaillat, embajador, rector del INESDYC, el libro “Finding Queen Cleopatra” en su versión en inglés, obra que describe los trabajos arqueológicos emprendidos por la misión dominicana en el Templo de Taposiris Magna durante el período del 2005 al 2015.

¿Tenía una idea de todo lo que iba a lograr cuando inició la búsqueda por la tumba de Cleopatra en el 2005?

Cuando yo salí de aquí ya había ubicado ese lugar. Mi meta era lograr demostrarlo porque todo el mundo tiene ideas, pero es la ejecución de la idea lo que es difícil. Para mí fue difícil poner en práctica esa idea cuando en ese momento nosotros no teníamos ningún apoyo. Esto me ha obligado a tener que emplearme a fondo para lograr las metas y quizás durar más tiempo que otro arqueólogo que tenga toda una plataforma. Yo he estado siendo pionera de proyectos arqueológicos en los que la República Dominicana nunca había participado antes y eso crea unos vacíos, porque hay situaciones y momentos en los que no tienes el apoyo que necesitas del equipo, de la universidad o los especialistas adecuados. Esos han sido los grandes retos que he tenido que enfrentar.

Y de todos los hallazgos que este proyecto ha acumulado hasta ahora, ¿cuál es el que más le ha llenado de orgullo?

El que yo llamo mi hallazgo más espectacular es el de los túneles porque es una obra de ingeniería extraordinaria, pero además es algo que estaba entre los objetivos que le había planteado al gobierno egipcio y que creían que era imposible, porque en los templos conocidos no habían túneles y pasadizos. Yo les planteé en aquel momento que no era que no había, sino que no habían sido descubiertos y dejaba la oportunidad a que pudiésemos descubrirlos. El momento más impactante para mí fue cuando comencé a excavar en esta zona y descubrir los túneles que yo esperaba. Ahí mi teoría empezó a tomar forma. Fue uno de los momentos más emocionantes e impactantes de mi excavación.

Durante su presentación habló de ocasiones en las que otras personas han tomado crédito por sus descubrimientos, ¿cómo maneja ese tipo de situaciones?

Cuando inicié las excavaciones en el 2005 fui motivo de burla por los egiptólogos más famosos que trabajaban en Alejandría y me decían que tomara mucho sol, que no iba a descubrir nada porque ellos ya habían trabajado ahí y habían dado ese lugar por terminado arqueológicamente. Entonces había un bullying hacia mí por ser dominicana, por venir de un país que no tiene tradición arqueológica ni de una universidad famosa. Sin embargo, eso no me detuvo. Al contrario, eso me dio más fuerza para enfocarme en lograr las metas. Todo eso para mí se convirtió en un motor que me empujaba a seguir adelante y demostrar que esas ideas que traía de la República Dominicana tenían sentido.

¿Su libro “Finding Queen Cleopatra” incluye los descubrimientos más recientes de la excavación?

No, porque ese libro solamente incluye 300 piezas, yo tengo 1,500. Ese libro incluye los primeros 10 años de arqueología dominicana en Egipto y escogí las piezas más importantes que iban a formar parte de una exhibición que íbamos a hacer en el Museo del Cairo, donde nos dieron la entrada completa del museo y ahí estaba la bandera dominicana con nuestros hallazgos. Para poder presentar esas piezas yo tengo primero que, por ejemplo, si son inscripciones, haberlas traducido y los objetos tengo que haberlos descrito. O sea, el trabajo no es solamente de campo, de encontrar las piezas. Luego tienes que describirlas, tienes que tener un consenso y autorización de que eso que estás describiendo es correcto. Este trabajo de investigación y de aprobación por parte del gobierno egipcio también toma tiempo. Lo que estoy presentando en ese libro son 300 piezas más los trabajos arqueológicos, los propósitos con los que salí a Egipto y nuestros logros hasta el 2015.

Con todo lo que han ido descubriendo, ¿cómo ha sido afectado el proyecto? ¿Tiene más facilidades? ¿Gracias a su trabajo otras personas han tenido que revaluar otros lugares que habían considerado que ya eran trabajos completos?

He logrado cambiar cosas importantes en la egiptología como, por ejemplo, la metodología de investigación. Yo he aportado una metodología nueva. Estas 1,500 piezas que he descubierto siempre estuvieron ahí, lo único que ha variado es la metodología que utilicé. El hecho de que yo planteaba la idea de que, por lo menos del período griego, dentro de las murallas de los templos había cámaras subterráneas y túneles, eso no se había evaluado ni tampoco la posibilidad de que esos túneles llevaran a tumbas. A raíz de nuestros hallazgos ya tenemos nueve cámaras subterráneas y un complejo de más de 1,400 metros de túneles, eso ha hecho que se reevalúen otros proyectos. Otros también están buscando túneles y cámaras y las han encontrado. Entonces, nosotros hemos cambiado la arquitectura conocida de los templos egipcios y hemos hecho aportes importantísimos a la egiptología.

¿Por qué este tipo de proyecto es tan importante para la República Dominicana?

Son importantes para el mundo porque la información científica se pierde. ¿Cómo se pierde? Bueno, puede ser producto de guerras, invasiones o la destrucción de civilizaciones. Esa información queda perdida y es importante para la humanidad. Informaciones, por ejemplo, en el área de la medicina, en el área de cataclismos o cambios climáticos. El desconocimiento de esto nos ha hecho a nosotros, como civilización, detenernos en un proceso de desarrollo. Por eso es que la arqueología es importante, porque somos capaces de volver a esa información y recuperarla. ¿Por qué el período griego? El período griego quizás es el más importante porque es el capítulo final de Egipto. Esa información se perdió y nosotros creemos que podemos recuperarla.

¿Cuáles son sus planes para el futuro del proyecto?

La visión del proyecto no es solamente las excavaciones arqueológicas. La visión del proyecto es una de la arqueología como un puente entre países para afianzar diferentes posiciones, por ejemplo, de la República Dominicana en el Medio Oriente o en África. Nosotros estamos haciendo un aporte para la ciencia, pero también estamos, a través de la arqueología, estrechando lazos con esos países. Estamos transmitiendo el conocimiento. He tomado como referente a países europeos como Francia y España y cómo ellos transmiten conocimientos con centros de formación. Nosotros ya tenemos nuestro centro de formación de arqueólogos y quiero darle prioridad a los de Latinoamérica, a los jóvenes que puedan desarrollar sus propias ideas y sus proyectos, porque en la República Dominicana esto no es común. Quizás los jóvenes no tienen las condiciones para poder desarrollar sus ideas, pero lo que nos hace a nosotros inferiores es el hecho de que no las podemos desarrollar. No tenemos los recursos, no tenemos las condiciones, no tenemos el apoyo del gobierno para hacerlo ni la disposición. Por otro lado, está el hecho de que estaríamos a la cabeza de uno de los hallazgos más importantes de este tiempo, entonces sería bueno crear un centro arqueológico para poder recopilar toda esa información, escribir libros y que sea una plataforma para toda Latinoamérica y para la cultura latinoamericana. Hacia ahí es que voy. No solamente se trata de la arqueología, sino de un gran proyecto cultural donde la República Dominicana esté a la cabeza, por lo menos para América Latina.

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