¿Cómo cuidar el cabello en verano?

Durante los meses de verano, nuestro cabello se expone a agentes externos que pueden deteriorarlo

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Las intensas jornadas de playa o piscina provocan que nuestro cabello sufra más de la cuenta. El sol, la sudoración, el viento, el cloro de piscinas o el agua de mar son causas de que las puntas del cabello se deshidraten y se resequen. Por ello el pelo se vuelve quebradizo y frágil, indican los expertos médicos del Hospital Capilar (hospitalcapilar.com).

Aunque el agua de mar también aporta beneficios y propiedades para la salud capilar por su elevado pH y su composición, ya que puede ayudar a controlar la seborrea a nivel de cuero cabelludo y combatir la caspa.

“El agua salada es rica en yodo y oligoelementos que suavizan y dan volumen al cabello.  A pesar de ello, si abusamos puede ser perjudicial por su alto contenido en sales, que tiende a resecar el pelo y a debilitar su color natural al hacerlo más poroso”, explica el doctor Joaquín Domínguez, de la clínica Hospital Capilar.

Añade que quienes más sufren los rigores de los baños en el mar son las personas de cabellos secos, debido a que su alto contenido en sal y sulfatos impide una correcta hidratación del tallo y hace que la fibra capilar se reseque.

También indica que los cabellos teñidos también deben prestar especial cuidado a este agente, “ya que la porosidad de la sal podrá hacer que se dañen con una mayor facilidad, produciéndose alteraciones en el color provocadas por la composición del agua marina”.

Como consejo prioritario estos expertos indican que es fundamental que aclaremos el pelo con agua dulce abundante tras bañarnos en las playas y eliminar, de esta manera, los restos de salitre y arena y conseguir con ello una menor deshidratación capilar.

Un verano de color rubio

Los cabellos rubios en verano aportan luminosidad al rostro, disimulan canas y dulcifican rasgos faciales. Además, existe una gran variedad de tonalidades que van desde el platino hasta el más oscuro, así como cantidad de reflejos, desde lo más cálido a lo más metálico.

Mayoritariamente suelen ser las castañas quienes se atreven con él, y muy por detrás las morenas y pelirrojas.

“Ahora bien, el rubio no es para todo el mundo. Para que una mujer se vea favorecida por este color, apunto a una visión global a través de un conjunto de pasos, empezando por el corte de pelo, luego el color y por último el peinado, combinándolo con un maquillaje y estilo de vestir apropiado”, indica David Lesur, de los salones David Künzle.

Los preferidos son el dorado, trigo o rubio ceniza: “Siempre aconsejo y practico la técnica de mechas californianas, ya que reproducen a la perfección un `crescendo´ de color. También aconsejo las mechas `babylights´ para aquellas que optan por cambiar de color de una forma gradual y discreta. Son dos técnicas que no dañan el cabello y requieren poco mantenimiento y cuidado”, continúa Lesur.

Por su parte Jero de Santos, responsable del centro Menta Beauty Place recomienda atreverse con el “mushroom”: “Lo hacemos con nuestra técnica de “babylights” o bien combinándolas con “balayage” en tonos fríos. Se consigue así un color, a medio camino entre el rubio ceniza y el marrón, con marcados contrastes que aportan dimensión y profundidad en el cabello y, en caso de tenerlas, disimulan las canas”.

Estos especialistas indican que se puede probar este verano el “sandy”, “que simula la arena del mar y es perfecto para mujeres de tez blanca o muy blanca”; el “baby” que nos devolverá a nuestra adolescencia por medio de mechones aclarados; el “chai” que es una especie de beige en tonos crema; o el “dirty”, que consiste en crear mechas muy difuminadas, suaves y cálidas con un efecto más natural”.

El tono del pelo rubio es más frágil que otros colores si se trata de un cabello teñido, porque estamos hablando de un proceso que implica decoloración y eso debilita y sensibiliza el pelo, con lo cual, es imprescindible cuidarlo y nutrirlo más que uno natural, indican Lesur y de Santos.

“Existe una larga lista de productos apropiados para mantenerlo sano con todo su color y brillo. Aconsejo nutrirlo en cada lavado con acondicionador y, al menos una vez por semana, hacernos un tratamiento profundo y reparador de la fibra capilar con una mascarilla”, aporta David Lesur.

Quien añade que existen en el mercado champús específicos para rubias y “para regenerar y nutrir el pelo, si ya ha sido dañado, nada mejor que un sérum de queratina en forma de bruma, indicado para mujeres que se tiñen mucho y tienen su cabello seco, débil y quebradizo”.

Sol y sudor

La exposición solar es la causa más frecuente de alteración estructural en el tallo del pelo, ya que las radiaciones ultravioletas inducen la degradación de la queratina y otras proteínas del cabello, produciendo cambios morfológicos, debilitándolo y haciéndolo más quebradizo, áspero y con una mayor pérdida de rigidez.

También la sudoración excesiva que experimentamos en los meses de calor es otro componente que, por su carácter salino, fomenta que nuestro cabello se reseque y se debilite, haciendo que los folículos se vuelvan más frágiles y quebradizos.

El doctor Domínguez comenta al respecto que “otro de los efectos de las radiaciones UV, al igual que ocurre con la sal del mar, son los cambios bioquímicos que se originan en la coloración del pelo, al degradar el pigmento del cabello, perdiendo brillo y fotoenvejeciéndose”.

El especialista añade que las afecciones del cuero cabelludo relacionadas con los rayos solares “son la fotocarcinogénesis y la elastosis solar, así como el cuero cabelludo rojo”.

Por ello, para evitar que el cabello pierda queratina y brillo ante una exposición solar prolongada, el doctor recomienda “el uso de sombreros y gorros, que servirán como una barrera protectora que ayudará a que los rayos penetren menos en el cuero cabelludo y, por otro lado, aconsejo evitar los peinados con la raya en medio durante las jornadas de playa”.

También las puntas del cabello se deshidratan y se resecan y, por ello, recomienda realizar un corte de pelo previo, “para sanear las puntas, eliminar daños previos que haya sufrido previamente el cabello y prepararlo para que se enfrente en mejores condiciones a los efectos agresores estivales”.

También aconseja utilizar mascarillas hidratantes, acondicionadores o champús con ácido hialurónico “para suavizar la cutícula, restaurando temporalmente el brillo y ayudando a recuperar la vitalidad en el pelo y prescindir, cuando se pueda, de planchas y secadores debido a que el calor de estos aparatos con altas temperaturas daña la estructura del pelo y queman más las capas superficiales del mismo”.

No obstante tener una buena hidratación y cuidar nuestra dieta en estas fechas puede mitigar los rigores del verano para nuestro cabello.

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