Sigue la conmoción en NY por atentado contra Salman Rushdie

Un joven de 24 años de Nueva Jersey con ascendencia libanesa, lanzó el ataque contra el autor de “Los versos satánicos”

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Emily Sack vio cómo un joven se abalanzaba sobre Salman Rushdie en el escenario de un centro cultural del oeste del estado de Nueva York: ocurrió tan repentinamente que apenas se dio cuenta de que estaba presenciando un atentado contra la vida del escritor británico.

Su recuerdo del ataque es un poco borroso, al igual que el de muchos otros residentes de la Institución Chautauqua, un refugio que alberga programas educativos y culturales en un enorme parque salpicado de pintorescas casas coloniales y encaramado a orillas del lago del mismo nombre.

Sin embargo, estaba allí el 12 de agosto en el anfiteatro al aire libre para una conferencia en la que se presentaba Rushdie, escritor de 75 años nacido en India y nacionalizado estadounidense en 2016.

Fue entonces cuando, según la policía, Hadi Matar, un joven de 24 años de Nueva Jersey con ascendencia libanesa, lanzó el ataque que conmocionó a gran parte del mundo contra el autor de “Los versos satánicos”, obra que provocó la ira en una parte del mundo musulmán.

“Fue muy rápido”, dijo a la AFP esta mujer en sus 80 años. “Ya sabes, casi había terminado antes de empezar”.

Después, la Institución Chautauqua canceló sus eventos para el resto del día.

“Todo el mundo aquí estaba totalmente desanimado, incluida yo”, dijo Sack, con lágrimas en los ojos.

Reputación de tolerancia

La Institución Chautauqua se presenta como un faro de diversidad, tolerancia y vida cultural, comunitaria y religiosa en el norte de Estados Unidos.

Fundada en 1874 por dos clérigos metodistas, la institución se convirtió en un célebre lugar de actividades contemplativas y conferencias sobre arte, educación y religión.

El sitio web del centro dice que está “dedicado a explorar lo mejor de la humanidad”.

El presidente estadounidense Franklin Roosevelt pronunció allí un célebre discurso en 1936, pocos años antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, en el que ofrecía “a todas las naciones del mundo el apretón de manos del buen vecino”.

La Institución Chautauqua, sin ánimo de lucro, funciona con el apoyo de sus miembros y de los 100.000 visitantes que asisten a su festival de verano.

Residentes y visitantes pasean o andan en bicicleta por sus verdes terrenos a través de una comunidad con aspecto de pueblo con sus propias calles y casas, jardines magníficamente cuidados e incluso su propio departamento de policía y servicio postal.

“Sin duda, fue un shock para toda nuestra comunidad, y creo que para toda la región y para cualquiera que conozca la Institución Chautauqua”, dijo Emily Morris, vicepresidenta del centro, luchando contra las lágrimas.

“Llevamos casi 150 años de existencia y nunca nos había pasado algo así”.

De su lado, el residente David Wilson dijo: “Es una pena, y por desgracia creo que es emblemático de lo que ocurre en todo el mundo. Es una pena que haya ocurrido aquí”.

Seguridad puesta en duda

Hadi Matar se declaró el jueves inocente os cargos de agresión e intento de asesinato en una audiencia ante el tribunal de Mayville, en el norte del estado de Nueva York.

El fiscal Jason Schmidt está construyendo el caso sobre la agresión a Rushdie, que vive desde 1989 bajo una amenaza de muerte iraní por su libro “Los versos satánicos”, publicado en 1988.

Pero Schmidt reconoció a la prensa que su oficina carecía de los recursos necesarios para manejar un caso así, que también está siendo investigado por la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés).

El centro fue criticado en los medios de comunicación estadounidenses por la aparente falta de medidas de seguridad para alguien como Rushdie, un blanco potencial tan obvio, que se recupera lentamente de sus heridas en un hospital de Erie, Pensilvania.

Morris dijo que el centro había desplegado medidas de seguridad alrededor del anfiteatro, incluyendo detectores de metales y una prohibición de llevar bolsos.

Ahora, los guardias patrullan visiblemente alrededor de la estructura, con estrictos controles en los puntos de entrada.

La seguridad en torno a Rushdie había sido menos estricta durante sus 20 años de residencia en Estados Unidos.

Pero Morris dijo que la institución “no habría procedido si no pensáramos que teníamos un plan apropiado para ese evento”.

“Y lo estamos analizando muy de cerca”.

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