La mejor prevención contra el polio es la vacunación

En octubre del año pasado la Organización Panamericana de la Salud (OPS) celebró los 30 años del último caso de poliovirus salvaje en las Américas. Lamentablemente este año el logro no se mantuvo, luego de confirmarse en julio un caso en Estados Unidos de una persona no vacunada.Se trata de un padecimiento causado por el

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En octubre del año pasado la Organización Panamericana de la Salud (OPS) celebró los 30 años del último caso de poliovirus salvaje en las Américas. Lamentablemente este año el logro no se mantuvo, luego de confirmarse en julio un caso en Estados Unidos de una persona no vacunada.

Se trata de un padecimiento causado por el virus Poliomielitis, también conocido como polio, el cual afecta principalmente la población infantil menor de cinco años. No existe la cura, regularmente se contagia por contacto directo y puede causar desde problemas respiratorios y parálisis hasta la muerte. 

Es necesario tomar mayor conciencia sobre esta enfermedad, cuyo diagnóstico lo debe hacer un especialista de la salud, como primera opción el médico de cabecera.

Según la Organización Mundial de la Salud los síntomas característicos son fiebre, cansancio, cefalea, vómitos, rigidez del cuello y dolores. “Una de cada 200 infecciones produce una parálisis irreversible (generalmente de las piernas), y un 5% a 10% de estos casos fallecen por parálisis de los músculos respiratorios”.

Importancia de la vacuna

La vacunación es la opción más efectiva contra este virus y República Dominicana cuenta con una opción oral y otra inyectada. “Si queremos detenerlo y evitar nuevos brotes de una enfermedad que prácticamente no existía, lo correcto es aplicar la vacuna IPV (intramuscular) a todos los niños, ricos y pobres, sola o con la vacuna conjugada que usamos cuando vacunamos contra la difteria, tétano, tosferina y otras enfermedades”, resalta el doctor Marcos Díaz Guillén, especialista en Pediatría.

Explica que esta vacuna produce buena inmunidad, pero el virus se replica en el intestino de la persona vacunada para excretarse por las heces por semanas.

Tratamiento 

Al ser una enfermedad que no se cura, a lo que se apuesta al tratarla para  mejorar la calidad de vida, evitando las posibles complicaciones, a través de medidas que pueden variar según el cuadro de cada paciente. 

Los tres tratamientos más usuales son los analgésicos, ya que suele causar dolor en el cuerpo, respiradores portátiles y fisioterapia para prevenir la deformidad y la pérdida de la función muscular. 

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