Adipos don Roosevelt Comarazamy –

El lunes en la tarde recibí una llamada de Bienvenido Rojas, de esas que no esperas recibir y que, al hacerlo, te golpean duro… muy duro. “Solde, murió Roosevelt”, noticia que confirmé apenas dos minutos más tarde al hablar con Roosevelín por teléfono.Con don Roosevelt Comarazamy me unió un vínculo casi familiar, por la relación

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El lunes en la tarde recibí una llamada de Bienvenido Rojas, de esas que no esperas recibir y que, al hacerlo, te golpean duro… muy duro. “Solde, murió Roosevelt”, noticia que confirmé apenas dos minutos más tarde al hablar con Roosevelín por teléfono.

Con don Roosevelt Comarazamy me unió un vínculo casi familiar, por la relación tanto suya como de su esposa con mi madre, y ese fue el trato que siempre me brindó.

Una leyenda de la crónica deportiva, querido por muchos, respetado por todos y reconocido como el cronista deportivo más completo.

Un maestro del béisbol, experto en voleibol y versátil en prácticamente todos los demás deportes, Comarazamy perdió una batalla con el cáncer a sus 74 años de edad.

Con su muerte deja un gran vacío tanto en las cabinas de la pelota invernal dominicana, como en el mundo del voleibol nacional y regional.

Pero deja un gran legado y una trayectoria profesional digna de imitar.

Siempre promovió a las generaciones de cronistas que le siguieron a mantenerse estudiando “porque uno nunca deja de aprender cosas nuevas en este mundo”.

Los que crecimos escuchando sus narraciones tanto con Tigres del Licey como con Toros del Este, de Juegos Olímpicos y decenas de otros eventos nacionales e internacionales, sin duda alguna, siempre lo recordaremos.

Gracias por tanto a través del tiempo y que ahora le toque narrar otros juegos que sean tan emocionantes como los que nos acostumbró a disfrutar por todos estos años.

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