El Ecosistema Emprendedor: utopía en construcción

La falta de oportunidades de inserción en el mercado laboral formal para los jóvenes, unida a la creatividad y la empresarialidad innata de los dominicanos, hace que muchos inicien una empresa en plena juventud.  Desde hace años la falta de oportunidades de empleo para cualquiera con más de 40 años ha motivado a muchos a

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La falta de oportunidades de inserción en el mercado laboral formal para los jóvenes, unida a la creatividad y la empresarialidad innata de los dominicanos, hace que muchos inicien una empresa en plena juventud.  Desde hace años la falta de oportunidades de empleo para cualquiera con más de 40 años ha motivado a muchos a iniciar su empresa o pensar en emprender. Por otro lado, es reconocida la falta de una cultura emprendedora en el país y por eso se ha venido promoviendo hace mas de una década como herramienta de generación de empleos y creación de riquezas

Es mundialmente reconocido que los emprendimientos son unos de los factores claves en los procesos de desarrollo, y que las mipymes son el motor principal del crecimiento económico.  Es realmente sorprendente el papel que los emprendedores han desempeñado en una economía como la de los EE. UU. en impulsar el crecimiento económico, vitalidad y creación de empleo: los datos de la Fundación Kauffman muestran que todos los empleos netos, alrededor de 40 millones de empleos, han sido creados por empresas jóvenes y de alto crecimiento en los últimos 30 años.

A pesar de estas afirmaciones, muchos emprendedores fracasan debido a una falta de entrenamiento y otros servicios de soporte. También tienen un pobre acceso a las fuentes de financiamiento, de información, de mercados, de tecnologías y al conocimiento de socios potenciales domésticos e internacionales.

El tema del emprendimiento está presente en el país desde los años 2005-2006, en esos entonces como un tema novedoso, pero sin una articulación efectiva, a pesar de los grandes esfuerzos que se hacían en esa época desde instituciones como el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología quien, desde el año 2008 desarrolla estrategias para el fomento del emprendimiento en las universidades, (siendo las principales el proyecto de desarrollo de Centros de Emprendimiento y el Concurso de Planes de Negocios que viene ejecutándose desde hace unos años.  En su plan decenal el MESCYT considera la promoción del emprendimiento y la innovación como uno de sus pilares) y también los esfuerzos que se han hecho desde Proindustria con la instalación del primer programa de incubación PROINCUBE, hace ya más de una década. 

A partir del 2012 el Viceministerio de Fomento a las Mipymes, a través de la Dirección de Emprendimiento, tuvo la tarea de coordinar la rápida alineación de los actores brindándoles mayor confianza que la que tenían anteriormente, dispersos y desarticulados. También se logró conformar RD-EMPRENDE y la Ley de Emprendimiento en 2016.

A todo esto… ¿Qué es un ecosistema emprendedor?  Los ecosistemas emprendedores son espacios de creación de riqueza, innovación y desarrollo.  No es más que la convergencia de todos los actores involucrados en los procesos de emprendimiento donde se fomenta la innovación, la creación y el desarrollo de nuevas startups, propiciando la interconexión entre actores, convirtiéndose en lugares de sinergias, de encuentros, de apoyo y de crecimiento.  Por esta razón, puede haber muchos organismos que trabajen para fomentar el emprendimiento, pero si no hay comunicación e interrelación entre ellos perderán fuerza y resultados.

Son muchos los elementos que crean un ambiente que facilita o que entorpece el emprender.  Uno de los actores claves en facilitar estos elementos son los centros de estudios, ya que están llamados a formar el espíritu crítico que permita a los emprendedores percibir las oportunidades.  Otro actor principal es el Estado, que crea las regulaciones e incentivos dentro de los cuales operan todos los negocios.  Las incubadoras de negocios, que son las llamadas a ayudar a que los nuevos negocios puedan vencer las muchas barreras para emprender, así como las redes de inversionistas ángeles, que proveen capital oportuno en el momento que todavía los bancos no están interesados en estos negocios.  Por último, y como el actor más importante: el propio emprendedor, que es el que toma los riesgos necesarios para llevar a buen término su emprendimiento… es a quien debemos apoyar para que se convierta en el líder del movimiento emprendedor, sea su modelo y también soporte si ha tenido mucho éxito.

Los emprendimientos en la Republica Dominicana son en su mayoría de subsistencia, (como mencionamos al inicio, son fruto de la presión de la situación económica de una persona, que busca complementar su salario).  En nuestro país, y en la región, se les da atención a los emprendimientos de subsistencia, sobre todo porque éstos pueden cambiando de actitud e influencian su entorno; pero el objetivo principal debe ser promover los emprendimientos medios y los emprendimientos dinámicos que son los que mayor influencia tienen en la creación de riquezas y de empleo.

Hay que trabajar mucho para que la burocracia no mate al emprendedor.

En la modernización del sistema de formación para el emprendimiento a partir de políticas institucionales en colegios, institutos y universidades, así como el desarrollo de programas de creación de empresas, herramientas tecnológicas, metodologías de enseñanza y formación de formadores para el emprendimiento.

En la manera de pensar y actuar frente al emprendimiento, transformando comportamientos, creencias, modelos mentales y paradigmas a favor de la creación de empresas como opción de vida, a partir de narrativas inspiracionales y aspiracionales en los ciudadanos.

El rol del Estado es fundamental. Los emprendedores generalmente piensan que la solución óptima es que el gobierno simplemente se mantenga lejos de sus emprendimientos.  Pero, para que la participación del Estado funcione, se necesita un equipo comprometido, dinámico y con mucha mística, capaz de generar acuerdos, proponer nuevos modelos y liderar la articulación de actores y acciones, que faciliten las gestiones burocráticas, incentiven y ayuden con medidas enfocadas a favorecer el emprendimiento, a crear el entramado normativo y legal que posibilite el desarrollo e innovación, y facilitar el hacer negocios en todos los sentidos. 

Y es que las principales barreras al emprendimiento son la fiscalidad, el sistema tributario y la burocracia, que dificultan y ralentizan la creación, crecimiento y consolidación de empresas… y es responsabilidad del Estado eliminar esos escollos.

Como vemos, el tener un ecosistema emprendedor dinámico, articulado, que le ofrezca soluciones a todos los actores y que este continuamente actualizado es una utopía porque siempre habrá vacíos, novedades y también obsolescencias. Hay que continuar persiguiendo esa utopía.

Cuando se está con emprendedores, estamos con “gentes comunes con sueños extraordinariosâ€, con fuerza de espíritu.  Con deseos de superación y desarrollo.  Y es que emprender es mucho más que idear. Es hacer, colaborar, ejecutar… Es construir. Es fracasar, levantarse y triunfar.

Trabajemos todos juntos para crear un ecosistema de sinergias, encuentro, apoyo y crecimiento… Ayudemos a los emprendedores a poner sus ideas en acción y ayudemos los negocios a crecer.

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