Rusia y Ucrania se culpan de ataques sobre central nuclear

La agencia nuclear ucraniana acusó el domingo a Moscú de haber perpetrado al menos 12 disparos y de querer “organizar una vez más un chantaje nuclear”

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Las tentativas de las potencias occidentales de que Ucrania, fortalecida por los éxitos de su contraofensiva militar, se siente a negociar con Rusia equivalen a pedirle que se rinda, afirmó un asesor clave de la presidencia ucraniana a la AFP.

“Cuando uno tiene la iniciativa en el campo de batalla, es un poco extraño recibir propuestas del tipo: de todos modos, no podrán hacer todo por medios militares, lleven a cabo negociaciones”, dijo Mijaílo Podoliak en una entrevista con la AFP en su oficina. 

“Eso significa que el país que ataca, que recupera sus territorios, debe rendirse ante el país que está perdiendo”, añadió.

Los medios de comunicación estadounidenses han informado recientemente de que algunos altos funcionarios están empezando a animar a Ucrania a considerar la posibilidad de entablar conversaciones.

Sin embargo, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, rechaza negociar sin que se retiren las fuerzas rusas de todo el territorio.

“La victoria militar probablemente no es, en el verdadero sentido de la palabra, alcanzable por medios militares”, declaró el 9 de noviembre el máximo responsable militar estadounidense, el general Mark Milley. Según él, existe “una ventana de oportunidad para la negociación”.

Podoliak insiste en que Moscú no ha hecho “ninguna propuesta directa” a Kiev respecto a estas negociaciones. Prefiere transimitirlas por intermediarios e incluso menciona la posibilidad de un alto el fuego.

Una idea que no tiene sentido para Kiev, que la ve como una maniobra del Kremlin para obtener un respiro que le permita preparar una nueva ofensiva. 
“Rusia no quiere negociaciones. Rusia está llevando a cabo una campaña de comunicación llamada ‘negociaciones'”, afirmó el asesor.

– Ninguna pausa –

Podoliak cree que Rusia busca retardar su ofensiva. “Mientras tanto, entrenará a su gente movilizada, encontrará armas adicionales” y fortificará sus posiciones, advirtió. 

Pese a los reveses militares, el presidente ruso, Vladimir Putin, aún piensa que “puede destruir Ucrania, es su obsesión”, insistió el asesor. Negociar con él “no tiene ningún sentido”, sentenció. Occidente “no presionaba a Ucrania”, asegura. “Nuestros aliados aún piensan que es posible regresar a la época de antes de la guerra, cuando Rusia era un socio fiable”, añadió.

En marzo, las tropas rusas se vieron obligadas a retroceder en la región de Kiev. En septiembre lo hicieron en la de Járkov (noreste) y en noviembre, las tropas ucranianas recuperaron Jersón, la única ciudad tomada por los rusos en el inicio de su ofensiva en Ucrania el 24 de febrero. La reconquista de Jersón representó un punto de inflexión “fundamental” en el conflicto, considera Podoliak. 

Impulsada por estas victorias, Ucrania no puede “permitirse ninguna pausa” en su contraofensiva lanzada a finales de verano, pese a la llegada del frío y de las primeras nevadas, que empeoran la situación en el terreno. 

“Hoy, cada pequeña interrupción no hace más que aumentar las pérdidas sufridas por Ucrania”, dijo el funcionario. Moscú lleva semanas golpeando las infraestructuras energéticas del país, sumiendo a millones de hogares en la oscuridad. 

– “Miedo a Ucrania” –  

Las regiones de Zaporiyia (sur) y Lugansk (este) están ahora en la mira del ejército, dijo Podoliak. 

El asesor se negó sin embargo  a especular sobre la posibilidad de una operación militar para retomar la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014. 

En ese contexto, las autoridades ucranianas esperan que occidente aumente sus entregas de armas. “Sería muy importante hacerlo justamente en invierno”, observó Podoliak.

“Aún necesitando entre 150 y 200 tanques, unos 300 vehículos blindados”, unos 100 sistemas de artillería, entre 50 y 70 sistemas de lanzacohetes múltiples, incluido los HIMARS estadounidenses y “entre diez y quince sistemas de defensa aérea para cerrar los cielos”, enumeró.

Podoliak también citó los misiles estadounidenses ATACMS, que tienen un alcance de 300 kilómetros, mientras que el alcance de las armas de los que dispone actualmente Ucrania apenas superan los 80 kilómetros. 

Para Podoliak, estos misiles permitirán acercarse “al final de la guerra” ya que con ellos, Ucrania “destruirá grandes almacenes” militares rusos en las zonas ocupadas.

Kiev “no necesita” atacar objetivos militares en Rusia, aseguró el asesor. “La guerra terminará cuando retomemos el control de nuestras fronteras y cuando Rusia le tenga miedo a Ucrania”, concluyó.

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