Amor después del amor – El Profe Show

¿Se puede querer a alguien nuevo con la misma intensidad de un primer amor? ¿Se desgasta el amor con los años? ¿El amor se transforma con los años? ¿La mirada del tiempo transcurrido da madurez a los sentimientos? ¿Los agudiza? ¿Los hace más profundos?… El tiempo todo lo cura, nos obliga a reinventarnos, a querer

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¿Se puede querer a alguien nuevo con la misma intensidad de un primer amor? ¿Se desgasta el amor con los años? ¿El amor se transforma con los años? ¿La mirada del tiempo transcurrido da madurez a los sentimientos? ¿Los agudiza? ¿Los hace más profundos?… El tiempo todo lo cura, nos obliga a reinventarnos, a querer vivir. Todas estas preguntas me hice cuando los tuve frente a mí.

Ella y él son parte de mi escenario existencial. Cuando la ciudad era pequeña y todos nos conocíamos, nuestros padres eran más que amigos.

Yo le decía tío al papá de ella; el papá de él, médico, muy acreditado, pediatra de casi todos los niños que conocía. Pasaron los años. Mi amiga se casó con un inglés y el hijo del doctor con la novia de toda su vida. Ambos fueron felices, diría que muy felices. Los veía de lejos, los abrazaba cuando nos encontrábamos y esa amistad heredada de nuestros padres sentía que la manteníamos viva.

La vida, que es un misterio, se encarga de darnos las lecciones necesarias para ir haciendo camino al andar. La felicidad es un rayo inescrutable que nos sorprende en las pequeñas cosas. A veces un espejismo que se esfuma sin esperarlo, un suspiro, una sombra luminosa que hay que atrapar sin hacer preguntas.

Aprender a vivir es saber que habrá dolor y alegría en este tránsito. Que todos tendremos pruebas difíciles que habrá que superar para seguir caminando y que la esperanza y la fe no podemos perderla en ningún momento.

Saber que los sueños son un tesoro que debemos alimentar cada mañana hasta que nos toque partir, que son esos sueños los que nos mantienen vivos y llenos de energía.

Mis dos amigos queridos perdieron a sus parejas en épocas diferentes. La muerte arrebata sin pedir permiso, es ladrona, misteriosa, dueña de todo lo que existe, tiene todos los tiempos y se justifica implacablemente.

Pero la muerte no acaba con los sueños, ni con la posibilidad de volver a amar. El corazón del hombre es un nido de sentimientos hermosos cuando los cultivamos.

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La viuda había conocido al viudo desde siempre, pero ambos habían tomado caminos diferentes.

Y sucedió, me imagino una tarde o noche o día, se volvieron a encontrar, se miraron con asombro, con deseos de quererse y ¿por qué no?

Ella sola, él también, decidieron hacer de esta soledad un poema compartido y retomar el camino reinventando el amor

Ella me mira y sonríe, él también sonríe. Estoy en el escenario haciendo cuentos como siempre. Desde lejos descubro que están tomados de la mano, un volcán de ternura hace erupción y mi corazón celebra  de alegría.

El amor es invencible, eterno…

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