De aventura por Quito –

El wasap de Joselyn Saladín invitándome a Quito con la película “Mañana no te olvides” y de que impartiera una conferencia sobre Casa de Teatro me tomó de sorpresa.Luego, cuando descubrí que la embajadora dominicana en ese país era mi amiga Milady de Cabral, no dudé ni un instante en aceptar la invitación.Y aquí estoy

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El wasap de Joselyn Saladín invitándome a Quito con la película “Mañana no te olvides” y de que impartiera una conferencia sobre Casa de Teatro me tomó de sorpresa.

Luego, cuando descubrí que la embajadora dominicana en ese país era mi amiga Milady de Cabral, no dudé ni un instante en aceptar la invitación.

Y aquí estoy, en Quito. Me advirtieron que a mi edad la altura de la ciudad podría afectarme, soy de los que se arriesga, pasé la prueba.

Esto, además de ser un viaje para promocionar la película y mi país, sería un reencuentro de viejos amigos que celebran la vida.

Quito me sorprendió gratamente. Una extensa ciudad, un frío que te mantiene despierto y una densa neblina cada amanecer que la cubre de nostalgia convirtiéndola en poema. Aprovecho y disfruto de una gastronomía diferente donde el ceviche y los camarones abundan por doquier.

La ciudad se desparrama entre montañas, la gente parece no tener prisa, la cortesía y educación contagian. El programa es muy intenso, un primer día reposado para que la altura no afecte, me toman la presión varias veces, me cuidan.

Viajamos a Loja al Festival de las Artes Vivas para la presentación de la película. 3:00 am: despiertos al aeropuerto; 7:00 am: llegada a Loja, también entre montañas, menos frío.

Loja es una fiesta. Toda la población se involucra en este evento anual que convoca no solo artistas locales sino de toda América. Un Teatro Nacional Benjamin Carrión impresionante, que compite con los más sobresalientes del mundo, es la sede de apertura del festival con una obra norteamericana, Frankenstein. Milady y Jocelyn, Rolando y Luz son acompañantes permanentes, juntos somos la República. Imponentes las iglesias, los desfiles llenos de música, la algarabía y el entusiasmo de la gente que se tira a las calles y celebra hasta altas horas de la noche. Una juventud enardecida abarrota las esquinas donde la música es la protagonista. Loja decora sus avenidas y todos se suman al esplendor. Viajamos a  Vilcabamba, valle sagrado, ciudad de la longevidad también en misión cultural.

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El público responde de pie con ovaciones y lágrimas, regresamos esa noche a Loja para al otro día continuar con el programa. Somos muy felices y el grupo no para de celebrar. Asistimos a un concierto de la filarmónica de Loja en el barrio popular Panecillo y allí coincidimos con la ministra de cultura y el gobernador de la ciudad. Un sol radiante acompaña todo el concierto haciéndonos sentir muy vivos.

Fotos, abrazos, nuestra embajadora cumple su misión diplomática y nos retiramos al hotel.

La presentación de la conferencia y la película nos sirven de puente para estrechar relaciones y ofrecerles a los hermanos ecuatorianos una mirada a nuestro país cultural.

Al otro día regresamos a Quito, un encuentro-almuerzo con figuras de la cultura y una cena con todos los integrantes de la embajada. Una granizada impresionante se desprendió del cielo agradeciendo mi presencia y, para reciprocar, puse toda mi energía en el equipo de fútbol logrando con dos goles la locura colectiva. Todo Ecuador vibró de emoción.

Regresé tan contento y tan orgulloso de mi gente en la embajada que la sonrisa me duró todo el viaje de vuelta y estoy seguro de que no se me borrará jamás.

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