El juego más emocionante ganado por el Licey a las Águilas

““Pudiéramos morir en las cantinas, y nunca lograríamos olvidarlas. Mujeres, oh mujeres tan divinas. No queda otro camino que adorarlas””Vicente FernándezCantante“Practicando por un momento la Quiromancia (procedimiento adivinatorio que se realiza por medio de la interpretación de las rayas de las manos), algo que no es extraño en pelota nuestra, debemos proyectar que en este

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““Pudiéramos morir en las cantinas, y nunca lograríamos olvidarlas. Mujeres, oh mujeres tan divinas. No queda otro camino que adorarlas””Vicente FernándezCantante

Practicando por un momento la Quiromancia (procedimiento adivinatorio que se realiza por medio de la interpretación de las rayas de las manos), algo que no es extraño en pelota nuestra, debemos proyectar que en este torneo 2022-23 podríamos tener una serie final entre Aguilas y Licey.

Un lector Carlos V. Domínguez nos pregunta cuál ha sido el juego más emocionante ganado por los Tigres en una final a los cibaeños. Él responde su interrogante: “Don Bienvo, creo que el del Tulilazo”.

Bueno, recordamos que el “majaguazo” de Andy Abad, como lo definió el siempre recordado Papi Pimentel (La Voz que el Cibao Quiere) es memorable en la historia del Glorioso y ocurrió el jueves 31 de enero del 2002 en el estadio Cibao, parte alta de la novena entrada, las Águilas derrotando a los Tigres por una carrera. Dos hombres en base y al bate Abad, apodado “Tulile” por su parecido con el popular merenguero. En la colina de los sustos Luis Vizcaíno. Abad tenía de 4-0 y al primer lanzamiento conectó cuadrangular que le dio la vuelta al partido, silenciando el estadio más alegre desde la época de Picholo Cordero y dándole al Licey la diadema 17 de campeón.

“Para mí”, como el famoso jabón de la década del 1950, el juego más emocionante en una final entre  Tigres y las Aguilas, ratifico para mí, una evaluación muy personal, es el cuarto encuentro de la 1963-64 y el primero en el  Quisqueya, el miércoles 28 de enero del 2004.

En el noveno episodio con el juego empatado a seis carreras y lanzando por las Águilas, San “El Triste” Jones con la serie 3-0 a favor de los amarillos, el cubano Tony Oliva recibió bases por bolas, Miguelito de la Hoz y Ray Barker fueron dominados, tocándole el turno a Pedro González, que disparó un batazo entre tercera y siore que Roberto Peña no pudo atrapar. Oliva, que había salido en corrido y bateo, llegó a la esquina caliente y cruzó con la velocidad de una “guinea tuerta” para el plato sin ponerle atención al coach Vernon Benson, que lo mandó a parar. El jardinero izquierdo Willie Stargell, que le había tirado a Peña, cuando reaccionó Oliva ya se barría en el plato con la carrera de la primera victoria del Licey.

La serie final del campeonato 1963-64 se inició el 25 de enero de 1964 con los tres primeros encuentros en el estadio Cibao, en que el colectivo mamey ganó los tres de un 9-5. La serie se trasladó al Quisqueya donde fueron celebrados cuatro partidos y el Licey tomó el comando de la serie hasta lograr la corona.

Ese es mi juego seleccionado como el más emocionante en una final Águilas-Licey. ¿Y el suyo cuál es?

UN DÍA COMO HOY

En 1937, nace Pedro González, en San Pedro de Macorís. Los Yanquis de New York lo firmaron en 1958 y debutó en las Grandes Ligas el 11 de abril de 1963. En la familia del Licey se le conoce como “El Gran Capitán”. Falleció el 10 de enero del 2021 a los 83 años de edad.

En 1964, en el estadio Tetelo Vargas. “El Eterno” Silvano Quezada llega al noveno episodio lanzando un juego sin hit a los Industriales de Valencia, de Venezuela, cuando el cubano Chico Ruiz le conectó sencillo. En 13 innings las Estrellas ganaron 1×0.

En 1979, Pascual Pérez y las Águilas Cibaeñas blanquean 3×0 a los Tigres del Licey donde Cutá se enfrentó al mínimo de 27 bateadores. Permitió 2 hits, uno de Rudy Law y otro de Rafael Landestoy, ambos fueron puestos outs en intento de robo.

En 1989, los Azucareros del Este blanquean 9-0 a los Leones del Escogido. Raúl Eusebio bateó de 4-2 con 4 remolcadas y Ramón Sambo se fue de 5-3. El lanzador José Canó lanza seis episodios, permitió cinco hits y se anotó la victoria.

En 1997, las Águilas del Cibao derrotan 8-4 al Licey. Guillermo García bateó de 4-2 incluyendo un jonrón con las bases llenas.

En el 2003: Las Águilas del Cibao derrotan por partida doble a las Estrellas de Oriente, el primero 5-4 y el segundo 5-2. Las victorias fueron para Arnaldo Muñoz y Willis Roberts.

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