Las mentiras del congresista de NY para ganar las elecciones

Nuevas acusaciones parecen indicar que también mintió sobre su preferencia sexual

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George Santos, el congresista republicano que ganó las pasadas elecciones para representar al estado de NY Washington, admitió esta semana que mintió sobre su experiencia laboral y estudios para “embellecer” su hoja de vida durante su candidatura por un distrito de Nueva York, aunque ha indicado que no piensa renunciar.

Después de varios días de que el periódico The New York Times publicara una investigación al respecto, el latino, el primer republicano abiertamente gay en resultar electo para el Congreso de Estados Unidos, reconoció que sí había mentido en una entrevista concedida al New York Post.

Sobre su preferencia sexual, hay registros judiciales que fueron obtenidos por The Daily Beast, donde se muestra que el republicano parece ser objeto de un divorcio no reconocido en septiembre de 2019 con una mujer en el condado de Queens, Nueva York. El divorcio pone en tela de juicio si este mintió sobre sus preferencias sexuales ya que menos de dos semanas después de finalizar su divorcio, Santos presentó la documentación oficial para lanzar su campaña 2020.

“Mis pecados aquí están embelleciendo mi currículum. Lo siento”, dijo Santos el lunes al confesar que “nunca” había trabajado directamente para Goldman Sachs y Citigroup como había dicho.

El latino de 34 años, también admitió que nunca se graduó de ninguna universidad, a pesar de que anteriormente afirmó haber recibido un título de la neoyorquina Baruch.

“No me gradué de ninguna institución de educación superior. Estoy avergonzado y lo siento por haber embellecido mi currículum”, reiteró.

“Hacemos cosas estúpidas en la vida”, agregó.

Santos también fue acusado de mentir sobre su madre, al señalar que era judía y que sus abuelos escaparon de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

Santos ahora dice que es “claramente católico”, pero afirmó que su abuela contó historias sobre ser judía y luego convertirse al catolicismo, recogió el New York Post.

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