Los 85 años de Jane Fonda

Actriz admirada, activista aguerrida, productora, reina del aerobic y leyenda de Hollywood, Jane Fonda es una de las personas más reconocidas del mundo del espectáculo

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El pasado mes de septiembre, Fonda recurrió a su cuenta en una red social para contar a sus seguidores que le habían diagnosticado cáncer y que estaba recibiendo quimioterapia. “Este es un cáncer muy tratable. El 80 % de la gente sobrevive, así que me siento muy afortunada”, escribió. 

En el anuncio, además, aprovechó para denunciar que hay personas que no tienen acceso a una atención médica de calidad en Estados Unidos. También escribió sobre el efecto en la salud de los combustibles fósiles. “Estaré con quimioterapia durante seis meses, estoy manejando bastante bien los tratamientos y, créanme, no dejaré que nada de esto interfiera con mi activismo climático”. 

Fonda sigue dando guerra en las filas del activismo y de la interpretación, un logro encomiable en una industria que tiende a ignorar a las mujeres a partir de ciertos años. 

Hace unos meses presentó la séptima y última temporada de “Grace & Frankie”, junto a Lily Tomlin; la comedia “Moving On”, también junto a Tomlin; y tiene pendiente el estreno de “Book Club 2: The Next Chapter” y “80 for Brady”. A finales de octubre compartió en su blog su gira por Estados Unidos en apoyo a los defensores climáticos candidatos en las elecciones legislativas del país que tuvieron lugar en noviembre. 

Joven a los 85 años

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La actriz es incombustible y la edad, en términos numéricos, no es tan importante, dijo a la CBS el pasado agosto, si se tiene salud: “Ya sabes, puedes ser muy viejo a los 60 y puedes ser muy joven a los 85 años”, aseguró. 

A Fonda, la actuación le venía de familia. La actriz, Lady Jayne Seymour Fonda, nació el 21 de diciembre de 1937 en Nueva York. Su madre Frances Ford Seymour, era una mujer de la alta sociedad y su padre, Henry Fonda, una gran estrella de Hollywood. Cuando tenía doce años, su madre se suicidó diez días después de cumplir los 42, aunque en aquel momento a ella le dijeron que había tenido un ataque al corazón. 

Mientras la actriz escribía sus memorias, “My Life So Far”, publicadas en 2005, tuvo acceso al historial médico de su madre y supo que sufría de trastorno bipolar y que habían abusado de ella de niña. “En el momento en el que leí eso, todo encajó”, dijo la actriz en un evento del Rape Treatment Center. “Supe el porqué de la promiscuidad, la cirugía plástica interminable, la culpa, la incapacidad de amar o de tener intimidad, y pude perdonarla y perdonarme a mí misma”, dijo la actriz. En otra ocasión relató a la revista Net-a-Porter que también habían abusado de ella de niña, que había sido violada y que la habían despedido por no querer mantener relaciones sexuales con su jefe.  

La relación con su padre fue distante y en cierta manera conflictiva durante años. En 2016, en la newsletter de Lena Dunham, escribió que él había jugado un papel en el desarrollo de trastornos alimenticios. “Cuando alcancé la adolescencia y el espectro de la edad madura de la mujer que se avecinaba, todo lo que importaba era mi aspecto y cómo encajaba”, escribió. “Mi padre enviaba a mi madrastra a decirme que perdiera peso y usase faldas más largas. Una de mis madrastras me dijo todas las formas en las que tendría que cambiar mi físico si quería tener novio”. 

El pasado abril, contó a Vanity Fair que trabajar junto a él en la película “On Golden Pond”, de 1981, que también produjo y que mencionó como su experiencia más personal en su carrera, les ayudó a navegar en su relación. “Mi padre estaba enfermo y sabía que no iba a vivir mucho más”, dijo la actriz. “Trabajar con mi padre era como vivir con mi padre: no te daba mucha información. No hablaba mucho. No quería que lo alterasen. Pero estaba allí”. 

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Ella era una hija que veneraba a un padre que nunca expresaba sus emociones, que no verbalizaba amor o afecto. “Y entonces consigo producir su película y actuar con él. Y en esa película, yo consigo decirle cosas que nunca le había dicho en la vida real. Y en la película, nos reconciliamos. Y con esta película que produzco para él, acaba ganando un Óscar. Estoy muy agradecida de haber tenido una experiencia como esa. Murió cinco meses después, pero tengo esa película”. 

De joven, tras dejar la universidad de Vassar después de dos años, se mudó a Nueva York, donde trabajó como modelo y estudió interpretación en el Actors Studio. Dio los primeros pasos de su carrera en 1960 en Broadway y con una cinta llamada “Tall Story”. En la década de los sesenta participó en proyectos como “Sunday in New York”, “The Chase”, “Barefoot in the Park” y “They Shoot Horses, Don’t They?”.  

En 1971 protagonizó “Klute” por la que recibió uno de los dos Óscars a mejor actriz que atesora. Ganó el segundo unos años después por “Coming Home”, de 1978. En total, ha estado nominada a un premio de la academia en siete ocasiones. La última, en 1986 por “The Morning After”. Su filmografía incluye otros títulos como “9 to 5”, “Stanley & Iris”, tras la que inició un período de 15 años lejos de las cámaras, “Monster-in-Law”, “The Butler” y “Book Club”, entre muchos otros. 

A lo largo de los años, Fonda ha compaginado su trabajo con la defensa de diversas causas sociales y políticas. En 2019, por ejemplo, la actriz fue arrestada junto a otras personas en Washington D.C. mientras protestaba contra el cambio climático. “Estaré en el Capitolio todos los viernes, llueva o truene, inspirada y alentada por el increíble movimiento que nuestra juventud ha creado”, escribió en su página web, según recogió The Hollywood Reporter. 

(Texto: Samuel Díaz)

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