La “gran marcha” contra Dina Boluarte terminó en violencia

La manifestación desencadenó este martes enfrentamientos entre cientos de manifestantes y agentes de la Policía Nacional (PNP) en calles y plazas del centro histórico de Lima

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La “gran marcha nacional” convocada para exigir la renuncia de la presidenta de Perú, Dina Boluarte, desencadenó este martes enfrentamientos entre cientos de manifestantes y agentes de la Policía Nacional (PNP) en calles y plazas del centro histórico de Lima.

Los choques se presentaron después de que piquetes de manifestantes recorrieran en diferentes grupos el centro histórico tras concentrarse en la plaza Dos de Mayo, donde se encuentra la sede de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), el principal gremio sindical peruano.

Algunos piquetes avanzaron por la avenida Alfonso Ugarte rumbo a la plaza Bolognesi y otros por las avenidas Paseo de la República y La Colmena hacia la plaza San Martín, el epicentro de las manifestaciones que el jueves pasado se presentaron durante la denominada “toma de Lima”.

Esa protesta desencadenó en duros enfrentamientos entre manifestantes y agentes de la Policía y, en medio de ellos, se generó un gran incendio que, por causas que aún están siendo investigadas, destruyó un edificio en las cercanías a la plaza San Martín, en una zona considerada patrimonio histórico de la humanidad desde 1991.

La manifestación de este martes concentró a cientos de personas llegadas desde diferentes regiones del país, aunque no fue, de momento, tan multitudinaria como la de la semana pasada.

Sin embargo, también se desataron enfrentamientos en diferentes calles, como el jirón Miró Quesada, donde la Policía lanzó gases lacrimógenos a manifestantes que respondieron con ladrillos, piedras y otros objetos contundentes.

La situación más crítica se presentó en una esquina de la plaza San Martín, por donde numerosos manifestantes intentaron avanzar hacia el Parque Universitario, pero fueron detenidos por cordones de seguridad policial.

Esto también desencadenó en un choque en el que los agentes dispararon gases lacrimógenos y recibieron pedradas y botes de pintura roja que tiñeron de ese color los escudos que portaban. 

Los manifestantes, que han sido convocados por organizaciones sociales, campesinas, sindicales y políticas, exigen la renuncia de Boluarte y el cierre del Congreso, así como la convocatoria a elecciones generales para este año y a una asamblea constituyente.

Desde que comenzaron en diciembre pasado, las movilizaciones en Perú han cobrado la vida de más de 60 personas, 46 de ellas en enfrentamientos con las fuerzas del orden, mientras que un policía murió tras ser quemado vivo por manifestantes. 

A estas víctimas se suman nueve decesos en sucesos relacionados con los paros, según datos de la Defensoría del Pueblo, y una muerte más en la norteña región de La Libertad, confirmada por la Policía.

Asimismo, Acnur reportó la muerte de cuatro haitianos que no pudieron recibir asistencia médica por los bloqueos de carreteras y Unicef la de un bebe nonato, cuya madre, embarazada de 7 meses, no llegó a tiempo a un hospital. 

Este martes, los ministerios de Defensa y del Interior de Perú consideraron “inaceptable el nivel extremo de violencia ejercido contra las fuerzas del orden” durante las manifestaciones antigubernamentales, principalmente en el sur del país.

Este pronunciamiento se emitió pocas horas después de que la presidenta Boluarte reiteró su apoyo a la Policía Nacional y dijo que su país no afronta “una protesta pacífica” sino “una acción violenta generada por un grupo de personas radicales”

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