Brooklyn: el barrio haitiano que vive una cruda guerra urbana – El Profe Show
Reporte de la ONU relata las atrocidades cometidas allí por las bandas armadas
Este vecindario de nombre Brooklyn nada tiene que ver con el rebozante condado neoyorquino. Todo lo contrario. Está enclavado en el municipio de Cité Soleil, contiguo a Puerto Príncipe, la capital de Haití, y sus residentes viven lo más parecido a un infierno por la violencia que allí se registra.
Brooklyn es un pequeño barrio en Cité Soleil que está en el foco de la guerra entre pandillas que azotan al vecino país. La situación allí es tan terrible, que la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas y el Servicio de Derechos Humanos de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH) lo escogió como el ejemplo más encarnizado de lo que ocurre en Haití.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) encomendó un estudio en el campo entre julio y diciembre de 2022 en Brooklyn y sus resultados están llenos de crudeza.
Dice el reporte que “durante más de seis meses, los residentes de varios vecindarios de la comuna de Cité Soleil (en la zona metropolitana de Puerto Príncipe) han sido víctimas de violencia armada que ha tomado varias formas: asesinato, lesiones, desapariciones, violencia sexual, restricción de movimiento y destrucción de propiedad. Lejos de ser aleatoria, esta violencia es causada por enfrentamientos entre dos grupos de pandillas y relacionada con intereses políticos, económicos y personales en someter a la población y ejercer control territorial”.
Agrega que “entre el 8 de julio y el 31 de diciembre de 2022, sólo en el vecindario de Brooklyn, que fue especialmente objetivo de las pandillas durante este período, al menos 552 personas fueron asesinadas, heridas o reportadas como desaparecidas (263 asesinadas, 285 heridas y cuatro reportadas como desaparecidas). Además, decenas de mujeres y niñas fueron violadas colectivamente y cientos de personas desplazadas, algunas de las cuales vieron sus hogares destruidos o saqueados”.
Guerra urbana
Los residentes de Brooklyn se han visto atrapados en una guerra urbana entre la banda “G-9 in Family and Allies”, encabezada por el expolicía Jimmy Chérizier, conocido como “Barbecue”, y la Ganga de Brooklyn, asociada al grupo armado G-Pep y rival del G-9.
El deseo del G-9 de apropiarse del manejo total de Cité Soleil y sacar del medio a sus rivales llevó al grupo a “invadir” la zona de Brooklyn, donde posteó francotiradores en los techos para disparar a cualquiera que cayera en su campo visual, por lo cual murieron muchos civiles. Desde el 8 de julio de 2022, un promedio de seis personas son heridas o asesinadas semanalmente por francotiradores en esa zona de Haití.
El reporte de la ONU, hecho público el mes pasado, afirma que “el G-9 utilizó otras tácticas para restringir el movimiento de las personas y bloquear el acceso a bienes básicos, especialmente alimentos y agua, pero también a servicios sanitarios, como la recolección de basura”.
El peor de los enfrentamientos se dio en julio, cuando el G-9 atacó hasta con máquinas excavadoras para demoler casas y tirar abajo estructuras defensivas del grupo defensor, el cual pidió refuerzos a otras bandas armadas, las cuales llegaron por mar y formaron un tiroteo de dimensiones épicas. Una de las gangas que acudió en ayuda fue la sumamente violenta 400 Mawozo, que intentó llegar a Cité Soleil desde Puerto Prínicipe, pero fue interceptada por el G-9 y detenida en su intento.
Los horrores de los residentes no sólo vienen del G-9, pues la Ganga de Brooklyn también abusa contra sus residentes, sobre todo, cuando sospecha que alguno puede tener algún vínculo con sus rivales, sea cierto o no. “Al menos 19 residentes fueron ejecutados por la Ganga de Brooklyn por desafiar su autoridad o cometer abusos contra la población del barrio”, reporta la ONU.
Armas de alto calibre
La ONU destaca el armamento utilizado por las bandas para sus ataques entre ellas y para aterrorizar la población en Cité Soleil.
El arsenal de los grupos incluye pistolas automáticas de calibre 9 mm o G-Lock, además de fusiles Galil, AK-47, T65, M-4 y M-16. Incluso, se ha registro el uso del potente fusil-ametralladora Negev.
En adición a estas armas, las gangas usan cocteles molotov para quemar casas y distribuyen machetes a los vecinos para su defensa.
En ese aspecto, el reporte recomienda que “con la ayuda de los países de la región, se apoye a las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley para combatir el contrabando y el flujo descontrolado de armas y municiones ilícitas, ya que estos son algunos de los principales habilitadores de la violencia de pandillas”.
Usando estas armas, sostiene la ONU, el 10 de julio de 2022, el G-9 “arrestó” a 20 personas, 15 hombres y cinco mujeres. Las mujeres fueron liberadas, pero los 15 hombres fueron acusados de ser parte de una banda rival y fueron ejecutados. Sus cuerpos fueron hallados en una pila, tras ser quemados, varios días después.
El abuso sexual
El grupo que realizó el estudio documentó, al menos, 57 casos de violaciones colectivas a mujeres y niñas sólo en la zona Brooklyn en los últimos seis meses. Las mujeres o niñas suelen ser violadas en público, por varios hombres, ante la presencia de sus hijos o familiares.
Muchas violaciones han ocurrido en la zona conocida como “Detrás del muro”, una pared que divide las zonas de control de las pandillas y que los residentes deben usar para poder ir a sus trabajos, la escuela o hacer sus compras.
“Rosa, una madre de cuatro embarazada de cuatro meses, fue severamente golpeada y violada en presencia de sus hijos por tres hombres fuertemente armados cuando intentaba volver a casa en medio de un ataque a Brooklyn. Horas antes, su esposo fue asesinado y antes de irse de la casa, los violadores le pegaron fuego a la casa de Rosa”, relata el reporte como ejemplo de las atrocidades que se comenten en Haití.
“Mientras la policía judicial se apresuró a abrir una investigación sobre los abusos cometidos contra las poblaciones, en particular los relacionados con la violencia sexual, los jueces de la jurisdicción de Puerto Príncipe, donde se encuentra Cité Soleil, no han tomado, a la fecha de publicación de este informe, ninguna medida procesal para detener y enjuiciar a los presuntos autores”, sostiene el reporte.
La ONU llamó a las autoridades haititanas a “tomar las medidas necesarias para establecer una fuerza de tarea judicial especializada dentro de los tribunales haitianos, en colaboración con el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública y el Consejo Superior del Poder Judicial, con el fin de juzgar a los autores de los delitos cometidos en Cité Soleil, incluidos los de violencia sexual”.
Falta de institucionalidad
El problema fundamental con las pandillas es la falta de institucionalidad. Lo ocurrido en Brooklyn dejó al descubierto la fragilidad de las autoridades haitianas. “Ante esta violencia armada, la Policía Nacional de Haití (PNH) solo intervino de manera limitada para restaurar el orden público y proteger a los residentes que viven en los barrios de Cité Soleil.
Sin recursos humanos y materiales adecuados, la PNH no puede erradicar la expansión territorial de las pandillas, por lo que es necesario fortalecer inmediatamente la capacidad de la Policía Nacional de Haití con el apoyo internacional coordinado, y considerar urgentemente el despliegue de una fuerza de apoyo limitado en el tiempo bajo condiciones compatibles con los derechos humanos, así como un plan de acción integral y preciso”, indica la ONU.
Brookyn sigue con operaciones limitadas de las asociaciones comunitarias, las organizaciones no gubernamentales y la ONU. Muchas fundaciones sociales presentes en Cité Soleil desde hace varios años, debido a la ausencia de servicios estatales, están bajo el control de las gangas, que “han podido utilizar parte de esta ayuda para obligar a jóvenes hombres y mujeres a unirse a las filas de estas pandillas. Estas fundaciones a menudo aprovechan su trabajo social y de caridad para presentarse a la población como benefactores”.
El llamamiento
El reporte explica que lo ocurrido en Cité Soleil, en específico en Brooklyn, requiere que las autoridades haitianas “realicen un diálogo inclusivo entre todos los actores involucrados para encontrar una solución duradera a la crisis multidimensional que atraviesa Haití, particularmente a través de la organización de elecciones libres y transparentes para que las instituciones democráticas sean restauradas”.
Llama igualmente a que se “proporcionen a la PNH los recursos financieros, materiales y humanos necesarios para realizar patrullas regulares y mantener una presencia sostenible en intersecciones estratégicas en Cité Soleil para limitar las operaciones de las pandillas y tranquilizar a la población”.
Convoca, igualmente, a que “apoyen a la Comisión Especial de la Dirección Central de la Policía Judicial (DCPJ) para que concluya lo antes posible su investigación sobre los abusos de derechos humanos cometidos contra las poblaciones locales, así como para identificar y arrestar a los presuntos autores, incluidos aquellos que brindaron apoyo a las pandillas en forma de armas, municiones, asesoramiento estratégico u otros”.
El reporte urge a “mantener a Haití en la agenda internacional, fortalecer de inmediato la capacidad de la Policía Nacional Haitiana con el apoyo internacional coordinado, y considerar urgentemente el despliegue de una fuerza de apoyo de tiempo limitado en condiciones consistentes con los derechos humanos, así como un plan de acción completo y preciso. Esto debe ir acompañado de una rápida y sostenible reconstitución de las instituciones estatales en zonas libres de pandillas, así como una profunda reforma del sistema judicial y penitenciario”.
Agrega que se debe “continuar identificando a los actores políticos y económicos involucrados en la dinámica de pandillas e implementar eficazmente las sanciones ya impuestas”y a “fortalecer la cooperación internacional para garantizar un mayor control de las fronteras y detener el comercio ilícito de armas y el tráfico”.
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