Juan Gabriel Vásquez, el abogado convertido en escritor – El Profe Show

El escritor Juan Gabriel Vásquez comparte sus preferencias lectoras antes de su visita al Festival Centroamérica Cuenta

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Juan Gabriel Vásquez entendió desde joven lo que quería hacer con su vida: leer y escribir buena literatura. Una tarde de tedio bogotano en 1996 abrió el baúl de los recuerdos, guardó la toga, el birrete, su título de abogado recién estrenado; tomó su equipaje, un libro de Vargas Llosa como compañero de viaje y marchó a París dejando atrás la tradición familiar de juristas para seguir la de sus admirados autores del boom latinoamericano y de la generación perdida.

Los dos años de vivencias, publicaciones y estudios en París no llenaron sus expectativas ni alentaron la inspiración precisa para llevar sus vivencias y anécdotas a la vida literaria como esperaba. Viajó a Bélgica, donde aplicó su fórmula secreta para escribir: leer sin parar lo que grandes autores escribieron. Las Ardenas Belgas le regalaron en un año el tiempo prudente y la paz para adentrarse en la obra de Joseph Conrad, su autor de cabecera, y en las de V.S Naipaul, Javier Marías, Vargas Llosa, Roth, Joyce y Camus. En esas lecturas va encontrando su voz, soltando ataduras, y madurando como escritor. Siguió moviéndose por Europa. La apertura de España a la nueva literatura latinoamericana lo llevó a Barcelona, que mantenía un estrecho vínculo con el boom y ofrecía atractivas oportunidades editoriales.

Regresó a residir en Bogotá dieciséis años después con una sólida trayectoria literaria: cinco novelas, un libro de cuentos, dos ensayos, una biografía y varios premios en su equipaje.

Llegó dispuesto a poner en marcha su “complejo aparato observador y preguntón” para seguir encontrando respuestas a sus viejas incertidumbres. Y así, al mirar atrás “en búsqueda de verdades frágiles que no se pueden defender en el mundo de los periódicos ni los libros de historia”, pudo contar en su novela, Volver la vista atrás, otra versión de la historia con minúscula; las familiares y personales de sus compueblanos, sus emociones, sus traumas y fusionarlas con la historia con mayúscula.

Se adentró de lleno en el corazón de las selvas de la historia colombiana (o el corazón de las tinieblas de la historia universal) y lo entrelazó con el alma humana para llamar la atención a sus lectores y al mundo del impacto que los acontecimientos históricos provocan en la vida de las personas comunes y corrientes moldeando su existencia. Reflejar las consecuencias de lo que ocurría afuera, el choque de las vidas íntimas con las fuerzas de la historia y la política (ideologías, guerrillas, narcotráfico y violencia) que marcaron sus vidas privadas para siempre. Una obsesión constante en su obra.

Juan Gabriel Vásquez, el investigador del pasado y una de las voces latinoamericanas más innovadoras de los últimos años, a pesar de su merecida fama como escritor sigue siendo el lector empedernido de su juventud. Confiesa que antes de sentarse a escribir su última novela leía siempre las mismas páginas de dos libros: La vida breve de Juan Carlos Onetti y El gran Gatsby de Scott Fitzgerald. Una manía que fue constante a lo largo de toda la novela y que, según cuenta en varias entrevistas, le servían de clave para dar el tono a la partitura que quería tocar.

Los libros son sus amuletos; prueba de ello es la buena suerte que le trajo la novela de Vargas Llosa La tía Julia y el escribidor, compañera de viaje a París en 1996. Veinticinco años después, su reconocimiento en el mundo de la literatura en español, el Premio Bienal de Novela Vargas Llosa 2021, lleva el nombre del autor del libro que lo acompañó aquella vez.

Su último libro, Cuaderno de septiembre, publicado en 2020 pone en evidencia su habilidad para explorar exitosamente diferentes formas literarias, transmitir emociones y experiencias de manera poética.

Desde nuestra sección Confesiones de Lector compartimos las preferencias lectoras que tan amablemente nos concediera en el Hay Festival Cartagena 2023 este reconocido escritor y apasionado lector que, al día de hoy, sigue haciendo lo que más le gusta para suerte de sus lectores en todo el mundo. Y lo mejor de todo es que pronto lo tendremos en nuestro país para participar en el Festival Centroamérica Cuenta, que se celebrará del 16 al 21 de mayo. 

Describe en pocas palabras tu encuentro con el libro.

Ocurrió antes de que tuviera memoria, de manera que no puedo dar detalles. Creo recordar el primer libro entero que leí: Shadow, el perro pastor, de Enid Blyton. 

¿Cuál es tu personaje literario preferido?

Probablemente Hamlet. 

Menciona tres escritores que hayan ejercido fuerte influencia sobre ti.

Joseph Conrad, Albert Camus y Mario Vargas Llosa.

Cuando escribes, ¿tú decides el tema o este te elige a ti?

Prefiero no hablar de temas, sino de historias. Pero sí, siempre he tenido la impresión de que ocurre lo segundo: los temas se van imponiendo.

¿Cuáles son los géneros que sobresalen en el conjunto de los libros que posees?

Tengo más novelas que cualquier otra cosa, inevitablemente. Pero los diarios y las correspondencias también ocupan un buen pedazo. Y la poesía. Y, y, y…

Si una tormenta tomara por asalto tu biblioteca y solo pudieras rescatar cinco obras, ¿cuáles serían estas?

Seguramente los libros que son irremplazables. Por ejemplo, por tener una dedicatoria de sus autores. Pero escogería entre ellos los que además sean obras importantes. La hojarasca, de García Márquez, Tu rostro mañana, de Javier Marías, La guerra del fin del mundo, de Vargas Llosa. Un ejemplar de Rayuela con la firma de José Lezama Lima. Un ejemplar numerado de Operación Shylock con la firma de Philip Roth.

¿Qué libro de los que habitan en ella te hubiese gustado escribir?

Son muchos, docenas. Hoy se me ocurre que el último tomo de En busca del tiempo perdido, de Proust. 

Borges expresó: “La lectura es una de las formas de la felicidad y no se puede   obligar a nadie a ser feliz”. ¿Crees que esa felicidad se puede contagiar?

Creo que ese contagio es la única manera de crear lectores. No hay otra.

Si fueses un libro, ¿cómo te llamarías?

Joseph Anton

¿Qué eslogan propondrías para una campana nacional de lectura?

“Prohibido leer”. Verás cómo los índices aumentan inmediatamente. 

Un autor prolífico

Novelas Destacadas El ruido de las cosas al caer (2011, Premio Alfaguara e IMPAC Dublín), Las reputaciones (2013, Premio Real Academia Española), La forma de las ruinas (2015, Premio Casino de Povoa), Volver la vista atrás (2020, Premio Bienal Novela Vargas Llosa).También es autor del relato Los amantes de todos los santos, dos libros de ensayos literarios: Joseph Conrad: el hombre de ninguna parte, El arte de la distorsión, un libro de Poesía: Cuaderno de septiembre y una recopilación de artículos políticos: Los desacuerdos de paz.Sus libros se publican actualmente en más de treinta idiomasOtros premios:Premio Qwerty al mejor libro de narrativa en castellano, Premio Gregor von Rezzori Firenze, Premio Roger Caillois por el conjunto de su obra, Premio Casa de América Latina de Lisboa, Premio International Booker y Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana.

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