Zonificación y determinación de conflictos de uso, los grandes ejes en el Plan Nacional de Reforestación

Ministerio de Medio Ambiente presentó un plan de restauración de ecosistemas forestales

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En un concurrido acto en la sede del Ministerio de Medio Ambiente, con la presencia del presidente de la República y altos funcionarios del gobierno, el Ministerio de Medio Ambiente, encabezado por el ministro Miguel Ceara Hatton, presentó el Plan Nacional de Reforestación, que consiste no solo en plantar árboles sino también la restauración de ecosistemas forestales, como aclaró en la presentación del proyecto el viceministro de Recursos Forestales José Elías González.

Notable fue la presencia en la actividad de la Coalición para le Defensa de las Áreas Protegidas, representados por académicos y activistas, quienes han participado de las discusiones sobre el plan presentado y otros temas de interés ambiental, como lo fue un taller a puerta cerrada realizado el pasado 12 de mayo en las instalaciones de la Cancillería, donde la Colisión y el Ministerio de Medio Ambiente discutieron durante dos días las problemáticas generales y otras específicas que afectan al medio ambiente nacional y en especial al Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Dicho taller fue motivado por el mismo presidente de la República, quien sostiene comunicación directa y constante con la Coalición.

Para poder implementar el Plan Nacional de Reforestación se ha realizado una zonificación del territorio nacional dividiéndolo en bosques de conservación, protección y producción forestal, además de determinar los diferentes conflictos de uso, dando prioridad a las cuencas, las áreas protegidas y los ecosistemas costeros y marinos.

El plan pretende llevar la cobertura de un 38-43 %, según datos del 2019, a un ambicioso 68 %.

El plan que iniciaría en lo que queda del año 2023, contempla alcanzar un 9 % de bosque de conservación, un 27 % de bosque de protección y un 32 % de bosque de producción.

Según el marco legal de la República Dominicana los criterios de zonificación los bosque de protección corresponden a las áreas protegidas de la categoría I a la IV, los 30 metros en ambas márgenes de los ríos fuera de las áreas protegidas, los 30 metros alrededor de los embalses y presas, también fuera de áreas protegidas y los humedales y manglares que están fuera de las zonas antes mencionadas.

Los bosques de conservación son los que se encuentran dentro de las áreas protegidas categorías V y VI, parques ecológicos metropolitanos, y la franja de conservación de 220 metros a partir de los 30 metros de protección de embalses.

Y por último los bosques de producción, en suelos categoría VI y VII en pendiente menor al 60%.

En el gráfico el Ministerio mostró la cobertura actual con la ideal, resaltando el déficit de los tipos de bosque.

Según la zonificación de estos bosques, existen conflictos de uso tanto en cuencas priorizadas como en áreas protegidas.

De acuerdo con el estudio realizado por el Ministerio de Medio Ambiente, y a manera de ejemplo, en cuencas como la del Yaque del Sur, no hay bosques de protección y conservación en el 54% de dicha cuenca, así como un 26 % para la cuenca del rio Nizao, 42 % en la del río Ozama, 26 % en la del río Yaque del Norte y un 40 % de deforestación en la cuenca del río Yuna.

Ejemplos de conflictos de uso en bosques de protección, solo los presentados en diferentes parques nacionales, donde el suelo tiene otro uso a pesar de su categoría dentro del SINAP.

Uno de los ejemplos más dramáticos es el del parque nacional Nalga de Maco, donde el 46% de su área, el suelo tiene otro uso en zona de protección, una 76 kilómetros cuadrados, utilizados para agricultura, ganadería y otros usos ilegales.

Así también el parque nacional Valle Nuevo con un 31 %, unos 282 kilómetros cuadrados tienen otro uso. El parque nacional José del Carmen Ramírez un 37 %, cerca de 279 kilómetros cuadrados, en conflicto con el uso en zonas de protección. El parque nacional Los Haitises con un 30 % y Sierra de Bahoruco con un 16% en conflicto.

Este Plan de Reforestación se justifica en la producción de agua como asunto de seguridad nacional, la mitigación a los efectos del cambio climático y a los servicios ambientales que garantizan los bosques como regulación de caudales, captura e infiltración de agua, conservación de los suelos, conservación de la biodiversidad, paisajismo, captura de carbono, etc.

Encuentro de la Coalición y el presidente

Al finalizar la presentación del Plan, la Coalición para al Defensa de las Áreas Protegidas representada por Luis Carvajal, Nelson Bautista, Nelson Pimentel, Eleuterio Martínez, Yvonne Arias, Eleuterio Martínez, esteban polanco y Marvin del Cid, se reunieron en privado con el presidente Luis Abinader, el ministro de Medio Ambiente Miguel Ceara Hatton y el viceministro de  Recursos Forestales José Elías González, entre otros funcionarios, para conversar sobre el plan presentado y los pasos a dar para su implementación, tomando en cuenta las observaciones de los académicos y activistas.

Entre los temas tratados, se habló sobre el inventario y tipo de plantas, el involucramiento de las comunidades campesinas como proveedores de semillas y la intervención en áreas protegidas, para garantizar que el plan de reforestación se adecue a los diferentes ecosistemas con las mejores prácticas de intervención en zonas sensibles del SINAP.

Así también el presidente dio seguimiento a los resultados del taller realizado el pasado mes de mayo, cuyos acuerdos y observaciones sobre diferentes temas de interés ambiental le serán presentados en las próximas semanas por el Ministerio y la Coalición.

Nelson Bautista, miembro de la Coalición para la Defensa de Las Áreas Protegidas, considera de mucha importancia los tipos de especies a utilizar en el Plan de Reforestación: “Pedimos que se excluyan las especies denominadas introducidas y en cambio que sean distribuidas plantas endémicas y nativas, que ya tienen adaptación a nuestros ecosistemas y permiten la enorme biodiversidad que nos caracteriza. Así también esperamos la sostenibilidad del proceso, que no se quede en simples operativos y jornadas de siembra, que cambiemos el término “reforestación” por “restauración ecológica” que implica mucho más cosas que el simple acto de colocar una plantita en el suelo…y abandonarla a su suerte. Esa es la esperanza”, concluyó el ambientalista.

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