Literalmente Cualquier Otro, un candidato “diferente” a la presidencia de EEUU

Este aspirante presidencial se pregunta por qué su generación y la que le sigue enfrentan problemas para comprar una casa

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“Literalmente, mucho gusto”, se presenta un hombre de 35 años en un parque de Dallas. Su interlocutor le devuelve el saludo pero duda sobre si escuchó bien. “Me llamo Literalmente Cualquier Otro, y postulo a la presidencia de Estados Unidos”, insiste.

Casado y con una hija de 3 años, este aspirante presidencial residente en la ciudad de North Richland Hills, en el sureño estado de Texas, se pregunta por qué su generación y la que le sigue enfrentan problemas para comprar una casa, algo que ni él ni su esposa pueden conseguir con su salario de maestros, pese a que son ciudadanos de la mayor economía del mundo.

“Luchamos con estas cosas básicas que hace 20 o 30 años no eran una preocupación”, considera. Y su inquietud creció más cuando vio que en las elecciones presidenciales de noviembre de 2024 se repetiría el mismo escenario de 2020: una contienda entre el demócrata Joe Biden y el republicano Donald Trump. No se sintió representado.

“No había ninguna opción para decir ‘oye, no nos gusta ninguno de los dos candidatos’ (…) Algo tenía que suceder para decirle a Washington que merecemos algo mejor como población. Estados Unidos tiene las mejores y más brillantes personas del mundo y no pueden decirme que esos dos son lo mejor que podemos hacer”, señala a la AFP.

“Decidí cambiar mi nombre porque quería darle voz al hombre común que sentía que no la tenía”. Desde enero de 2024, dejó de llamarse Dustin Ebey y lleva legalmente como nombre completo “Literally Anybody Else” [Literalmente Cualquier Otro, en español]. Ahora recolecta firmas para ser incluido en la papeleta de votación.

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“Queremos a alguien más”

El último fin de semana, como un llanero solitario, llegó hasta un parque en el centro de Dallas. Él mismo colocó su mesa, acomodó diligentemente los lapiceros y el padrón de suscriptores.

Algunos lo miran con curiosidad, otros ríen y le toman fotos. Él trata de abordarlos, aunque no siempre hay suerte. De vez en cuando aparece algún entusiasta.

“Es una especie de voz para decir ‘¡Sí!, queremos a alguien más’. Voy a votar por este tipo porque, a estas alturas, creo que cualquiera podría subir y hacer un mejor trabajo que Donald Trump o Biden (…) Creo que ‘Literalmente Cualquier Otro‘ podría hacerlo mejor”, dice Brandon Ríos, un trabajador del sector financiero de 28 años, tras estampar su firma de apoyo.

En este país donde desde mediados del siglo XIX los partidos Demócrata y Republicano se rotan el mando en la Casa Blanca, cada estado tiene sus propias reglas para incluir a un candidato en la papeleta de votación.

Solo en Texas, para entrar en la lista, necesita el apoyo de más de 113.000 firmas de personas que no hayan participado en las elecciones primarias. Hay otros estados que piden más firmas y algunos ya cerraron sus inscripciones.

Cuenta con voluntarios en todo el país. Dependiendo del estado, tiene hasta septiembre para lograr su cometido.

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Buenas intenciones

Else, quien también es veterano del Ejército, confiesa que con su anterior nombre tal vez no recibiría atención.

“Cuando ves ‘Literalmente Cualquier Otro‘, automáticamente sabes que soy algo diferente. El nombre en sí mismo es el mensaje”, detalla. Además “era un pensamiento orgánico natural. Si pudiéramos tener literalmente cualquier otro [como candidato], sería más feliz”, explica.

¿Qué pasa si gana? Su política consistirá en controlar la deuda pública de más de 34 billones de dólares que solo ha crecido con los dos últimos presidentes, hoy nuevamente candidatos, explica. En temas como el derecho al aborto, buscará consensos.

Para Vincent James, un jubilado de 68 años, la intención de Else es buena, pero complicada. “Sé que está tratando de presentar un caso y se lo agradezco. Pero no creo que vaya a ser efectivo. Si más gente estuviera haciendo eso, tal vez. Pero admiro lo que está haciendo”, considera.

Si no logra las firmas, tiene un plan B. Las leyes estadounidenses permiten que el elector escriba de puño y letra en la papeleta el nombre del candidato de su preferencia. Podría ser el nombre de “Literalmente Cualquier Otro“.

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