Entrevista a monseñor Edgar Peña Parra en RD

Monseñor Edgar Peña Parra dice no estaban acostumbrados a ciertas situaciones
Habla de la familia, los jóvenes, ideología, la iglesia y la política

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Monseñor Edgar Peña Parra es arzobispo venezolano, primer diplomático de ese país ante la Santa Sede, actualmente sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado y enviado especial del papa Francisco al país para la celebración del centenario de la coronación canónica de la Virgen de la Altagracia.

Se entrevistó sobre varios temas relacionados con la Iglesia católica, la sociedad, los jóvenes, la situación de sus compatriotas en el país y la política en América Latina, entre otros aspectos.

—¿Qué le pareció la celebración del centenario de la coronación de la Altagracia?

Me ha parecido muy importante, muy interesante y además muy positiva. Cuando me dijeron que la celebración era el lunes en la mañana, en Santo Domingo, a las diez que comenzaba, íbamos a tener todo el sol en un estadio descubierto, de una gran capacidad, yo me preguntaba: mucha gente va querer participar en la eucaristía, pero tiene el compromiso del trabajo, la verdad quedé sorprendido con el pueblo dominicano porque teníamos personas de todo el país, la gente que teníamos era gente con fe, para el Papa es una advocación muy importante.

—Usted ha hablado de la juventud en sus homilías, ¿le preocupa ese sector de la sociedad?

En primer lugar, tenemos juventud, y ya eso es importante porque usted sabe que hay lugares donde no hay niños ni hay jóvenes, se entró en una dinámica muy triste y hoy tenemos países envejecidos, sin futuro, porque el futuro son los jóvenes. En primer lugar, recordar que es una quimera lo que le han propuesto al mundo de no tener niños y no tener jóvenes, ellos son el futuro del país. Ahora tenemos que ayudarlos, acompañarlos, animarlos para que no pierdan las esperanzas. Los jóvenes deben tener siempre en frente de ellos a nosotros los adultos y darle todas las herramientas para que se preparen como nos preparamos nosotros y puedan servir a la patria, a la humanidad y puedan ser hombres y mujeres de bien.

—¿Se trabaja en ese sentido, la propia iglesia lo hace?

Es difícil decir sí se está trabajando o no se está trabajando, porque hay mucho trabajo, mucho bien que no se publica, hay mucho bien que se hace cada día que no sale en Twitter, en Tik Tok, ni en Instagram, pero se hace mucho bien. Yo creo que la Iglesia hace mucho bien, hay muchísimas instituciones haciendo mucho bien, siempre hay retos, pero yo creo que se hace lo que se puede.

—¿Está la Iglesia católica perdiendo feligreses?

En general, según las estadísticas que tenemos nosotros en el anuario pontificio, que es estadística muy objetiva que nos llegan de todo el mundo, la Iglesia no está decreciendo, se mantiene en sus números. Por supuesto, decrece en algunos continentes y crece en otros, pero la Iglesia mantiene un ritmo bastante bueno. Creo que en algún momento determinado tenemos que descubrir que las iglesias evangélicas como usted les ha llamado, deberíamos estar trabajando juntos porque somos, al final, hombres y mujeres que creemos y tenemos que dar testimonio de que creemos de veras, yo creo que llegaremos a esa madurez en algún momento determinado, yo espero que no sea dentro de mucho tiempo.

—¿Cuál es su mensaje al mundo por la pandemia?

La pandemia nos sorprendió a todos, el antecedente al Covid era la fiebre española, 1918, cien años antes. Yo creo que se han hecho esfuerzos y se ha salido adelante, en algunos países se considera la pandemia como una gripe normal, creo que llegaremos a superarla con la medicina, con los tratamientos, hay que seguir adelante, que el miedo no es bueno, ya lo decía el papa Juan Pablo II, hay que abrir el corazón a Cristo y no tener miedo porque el miedo paraliza, hay mucha gente haciendo un gran esfuerzo para volver a la normalidad. Quiero aprovechar para repetir lo que dijo el Papa de esta pandemia: tenemos que salir mejores.

—¿Qué se puede hacer ante las desigualdades económicas en el mundo?

La desigualdad entre los muy muy ricos y los muy muy pobres es lamentable, es un ideal la distribución de la riqueza equitativamente, las grandes clases media que existieron en América Latina, cuando nosotros éramos más jóvenes desaparecieron, el vecino de la casa nuestra podría ir a la escuela o a la universidad en un Mercedes Benz y uno podía ir en un volkswanguito y los dos íbamos en carros. Lo lamentable es que uno va en un carro extremamente lujoso y el otro tiene que ir a pie a la universidad, eso no es conveniente para la sociedad, hay que seguir luchado por la equidad, tenemos que seguir luchando por la justicia, tenemos que seguir luchando contra la corrupción. Yo hoy vi los periódicos (dominicanos) y me llama la atención lo que se está haciendo localmente para ayudar a que la corrupción sea menor, creo que es un esfuerzo que hay que hacer siempre. Es un reto el que las sociedades sean justas, es un reto que las sociedades sean honestas y ahí están los jóvenes y de ahí la importancia que les enseñemos a no robar, a hacer el bien, a tener, pero compartir.

—¿Qué nos puede decir de la familia?

Yo diría es el primer lugar, porque es en casa donde nos enseñan a ser buenos, honrados, a respetar lo de los demás, es en la casa donde nos enseñan quién es Dios, es en la casa donde nos enseñan a amar la patria, donde nos enseñan a comer, a comportarnos bien y eso independientemente de la situación económica y social, una familia pobre y una familia menos pobre, ambas tienen el deber de formar a los hijos, luego viene todo el resto, viene la escuela, viene la educación media, la universidad, y entran todos los actores, la iglesia los educadores, la clase dirigente y los políticos.

—¿Y las nuevas ideologías, que según algunos, atenta contra ella?

Lo negativo es cuando se ataca a la familia, cuando se ataca sin necesidad porque todos estamos convencidos, todos tenemos una familia, todos tenemos o hemos tenido madre, padre, hermanos, entonces lo que veo más negativo en esta ideología es un ataque gratuito a una institución que tenemos que cuidar todos, porque no puede existir un ser humano que no esté convencido de la importancia de la familia, por eso yo (durante la misa solemne de la Altagracia en el Estadio Olímpico) le di importancia, también mirando, contemplando el cuadro de la Altagracia: José, María y el niño, la importancia de la familia.

—¿Qué opina de los jóvenes homosexuales que profesan la fe cristiana?

No tenemos que despreciar a nadie, dije hoy también, no tenemos que hacerle bullying a nadie. Todas las personas tienen que ser acompañadas y deben sentirse que tienen un rol en la sociedad, todos somos hijos de Dios, todos tenemos a Dios como Padre, dice la escritura: Dios sale como el sol y el sol sale para los buenos y para los menos buenos, pero quién puede decir quién es bueno y quién no es bueno. Yo creo que es un reto que tenemos.

—Su opinión por lo que vive la iglesia y el pueblo de Nicaragua, ¿hay persecución?

Es algo que siempre ha tenido la Iglesia como característica, desde sus inicios. Pedro murió martirizado, Pablo murió mártir, es decir asesinado, diríamos prácticamente todos los apóstoles y hoy existen diferentes clases de martirios, una como esta que está sucediendo lamentablemente en Nicaragua y sucede en otros lugares. Decía el papa Benedicto XVI, que antes destrozaban a las personas, les arrancaban los brazos, la cabeza, los pies, hoy todavía existen, en Nicaragua no hemos visto nada de eso todavía, pero la persecución es, incluso, mucho más sutil, pero creo que eso nos hace crecer, si la sangre de los mártires, esa sangre física o espiritual, o cuando da tu fama, da honestidad cualquier cosa, eso es lo que hace crecer a la Iglesia, cualquier iglesia local bañada con la sangre de los mártires cuando es humillada y perseguida, crece más , eso está probado.

Mensaje a paisanos venezolanos

En primer lugar les dijo a mis queridos venezolanos, nosotros tenemos como pueblo muchas virtudes que aprendimos en nuestras casas, de nuestros abuelos, de nuestras familias y nosotros eso no lo podemos perder, tenemos que seguir luchando a nivel personal para ser y dar lo mejor donde estemos, tener un santo orgullo de decir: yo soy venezolano, puedo ser pobre, puedo tener mi familia dividida, pero estoy tratando de dar lo mejor de mí, muchos lo están haciendo bien, otros muchas veces están doblados, heridos por las necesidades, maltratados. Éramos un pueblo que no estábamos acostumbrados a cierto tipo de situaciones, saquemos lo mejor y demos a las próximas generaciones lo mejor, que aprendamos de los errores porque si Venezuela llegó a lo que llegó, tenemos un gratino de arena cada venezolano y de eso lo tenemos que reflexionar. Mi abrazo, mi afecto y mis oraciones de cada día por todos los venezolanos que están en Venezuela y fuera y les dijo esto de nuevo: adelante, con fe, esperanza y amor.

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