Errores comunes en el trabajo: ¿los estás cometiendo? – El Profe Show

Evita cometer estos errores, que te pueden costar el empleo

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Una vez se acomodan en el trabajo, muchas personas terminan cometiendo errores, incluso de forma inconsciente, que les pueden costar el empleo. ¿Cuáles son los más frecuentes? La experta en gestión estratégica del capital humano y bienestar organizacional Luisa Bernhardt (@luisabernhardt) lista siete de ellos. ¿Estás cometiendo alguno?

1. Convertirte en el cartero de la oficina

Donde hay muchas personas siempre se corre el riesgo de murmuraciones, cotorreo e historias, eso no significa que existe licencia para formar parte del entramado. Para chismear se necesita que haya más de una persona y quien es propagador, cómplice o parte del ‘team’ que se dedica a esparcir, crear o comentar informaciones, sean verídicas o no, está mandando el mensaje de que hay libertad para que se haga lo mismo con su vida. 

Además, producto de un “buen” chisme se pueden generar conflictos serios en el trabajo, personas despedidas o desacreditadas. Cuando te sientas tentado a poner sobre la mesa el nombre de otra persona como objeto de murmuraciones, recuerda que la vida es un bumerán y todo lo que lanzas vuelve a ti con mayor fuerza. 

2. Hacer solo lo que te piden

En este punto no estamos hablando de trabajar horas extras, ser malabarista y hacer de todo. Aquí hacemos referencia a aprender algo nuevo, de otras tareas, ser proactivo en el conocer de otras áreas y sus actividades. 

Algunas personas que han sido promovidas tomando como referencia su desempeño, fracasaron en su nuevo rol por no haberse preocupado por trabajar en su capacidad de asumir responsabilidades mayores. Hacer solo lo que se nos pide es autoimponernos límites, lo que nos impide mejorar. 

3. Creerte indispensable 

El mayor enemigo que tiene el crecimiento de una persona dentro de una organización es venderse como insustituible en lo que hace. Siempre habrá alguien que pueda hacer lo que tú haces e incluso, puede que lo haga mejor y con mejores resultados. No hay nadie imprescindible y si no lo crees recuerda que a Steve Jobs, quien fundó su empresa, lo despidieron.

4. No saber establecer límites

Saber decir no y marcar límites a los demás en el trabajo no debe ser visto como falta de cooperación, ser poco sociable o que no te importan los resultados de los demás; es ser asertivo. Claro está, todo radica en la forma en la que se haga: el lenguaje verbal y corporal adecuado, además del tono.

En el caso de que a la persona que debamos decir que no sea nuestro jefe, hay una técnica que funciona y muestra el panorama de prioridades. Podemos preguntar si suspendemos las demás asignaciones y nos dedicamos solamente a esta nueva que se requiere, y de esta forma entramos en la fase de priorización. 

5. No escuchar ni comunicarte

Este comportamiento es uno de los mayores problemas, porque no solo afecta a quien lo tiene, sino al equipo y su entorno. Pensar que solo debes escuchar o comunicarte con tu superior o con personas de tu misma área, impacta en la agilidad de los procesos, los resultados, afecta a los clientes y puede llegar incluso a crear los famosos cuellos de botella. 

Cuando estamos involucrados en actividades o proyectos que son transversales a varias áreas, es responsabilidad de todos los involucrados mantener informados a los que forman parte y pueden verse afectados. Nadie puede verse a sí mismo como una isla sola en medio del océano sino, más bien, como un archipiélago.

La falta de comunicación puede traer consigo mal clima, resentimiento, perjudicar la productividad e incluso dañar relaciones dentro de la organización.  

6. Confiar en la memoria

Todos conocemos a esa persona en el lugar de trabajo que nunca lleva donde anotar en las reuniones y que alardea constantemente: “todo esta aquí en mi cabeza”. Si bien hay personas que tienen la habilidad de memorizar, no es lo mismo recordar puntos, que unirlos a ideas, comentarios importantes o recomendaciones que surgen en las reuniones.

Tomar notas te permite no solo poder recopilar temas y acciones, sino también es un excelente método para poder mantener la concentración y prestar atención a lo que se está discutiendo en la reunión. Si incluso las computadoras en algún momento colapsan por la cantidad de información, ¿crees que vale la pena arriesgarse a dejarlo todo a la mente?

7. Creer que todos son tus amigos 

Es tan dañino creer que todos tus compañeros son tus amigos como pensar que no es posible hacer amigos en el trabajo. Es saludable que los compañeros sean nuestros colegas y definitivamente algunos (no todos) se convertirán en nuestros amigos, dado que pasamos más de 1,200 horas al año en nuestro lugar de trabajo (un tercio de nuestra vida).

Es posible que esto suceda cada vez con más frecuencia, ya que las organizaciones se están preocupando porque exista un buen clima laboral, espacio físico idóneo y fomentar el trabajo en equipo. 

Pero hay que tener ojo visor, porque la palabra amistad es mucho más que irse de karaoke, de matinée o fiesta. Implica conexiones más profundas, llegando incluso a involucrar a otros amigos y familiares, y si esto no termina bien puede afectar la vida laboral. 

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