Las relaciones “casi algo”: ¿por qué cuesta tanto superarlas?

Los “casi algo” son vínculos que se encuentran en un limbo emocional, donde los involucrados se comportan como si fueran pareja, pero nunca definen la relación o le otorgan un título

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“No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca, jamás, sucedió”, dice Joaquín Sabina en una de sus canciones. Para quienes han vivido la experiencia de estar en una relación que no llegó a formalizarse, es posible que esta frase tenga más sentido que para cualquier otra persona.

Los “casi algo”, como se le conoce a este tipo de relaciones, son vínculos que se encuentran en un limbo emocional, donde los involucrados se comportan como si fueran pareja, pero nunca definen la relación o le otorgan un título. 

“No existe un compromiso, aunque exista una fuerte conexión emocional y profunda intimidad”, explica la terapeuta sexual y de parejas Patria Santana (@psic.patriasantana). Y para tener un amor consumado, recalca la profesional de @mentalmenterd, se debe contar con tres componentes: intimidad, pasión y compromiso. 

Los “casi algo”: ¿buenos o malos?

Aunque iniciar relaciones sin una propuesta clara no es una dinámica nueva, en la actualidad, donde ya no existe un solo modelo aceptable de pareja, se escucha hablar con más frecuencia de los “casi algo”.

“Resulta interesante comprender cómo en la actualidad las personas, en especial los jóvenes, se inclinan por relacionarse con los demás sin estereotipos o reglas sociales y con mayor aceptación a nuevos tipos de relaciones, que en generaciones pasadas no habría sido posible pensar”, dice Santana.

Pero, desde el punto de vista psicológico, ¿este tipo de relaciones son recomendables? Eso depende. Tener un vínculo casual puede estar bien para quienes no desean algo formal o quieren darse la oportunidad de conocer a varias personas y luego decidir. 

“Con toda la facilidad que existe actualmente para conectar, como las apps de citas, por ejemplo, es común que se quieran tener las opciones abiertas y explorar distintas alternativas antes de formalizar”, sostiene la psicóloga. 

El peligro está cuando no se deja claro desde el principio lo que se busca, lo que se puede ofrecer, lo que se necesita o desea para no ilusionar a la otra persona y dejarla a la espera de que la relación se formalice en algún momento. 

“Tener un título o no, no es el problema; lo es cuando ambas personas no están en la misma página, cuando uno de los dos tiene expectativas y estas no se cumplen”, enfatiza la profesional. 

Infografía

“La forma en la que se da la relación entre dos personas puede estar influenciada por una serie de factores culturales, sociales y personales”Patria SantanaTerapeuta sexual y de parejas

¿Por qué cuesta tanto superar?

La investigadora del comportamiento humano Helen Fisher plantea que existen tres etapas en el amor: lujuria o enamoramiento, amor romántico y amor maduro. En la etapa de enamoramiento hay una especie de cóctel neuro-hormonal, en el que no somos capaces de ver los defectos de la otra persona. 

En las relaciones formales, las etapas del amor siguen avanzando, por tanto, vemos la realidad de la otra persona, podemos pensar de forma más racional, humanizarla y decidir continuar o dejar la relación. 

Pero si nos quedamos estancados en el enamoramiento, que es lo que ocurre en los “casi algo”, nunca dejaremos de idealizar lo que es, lo que podría o pudo ser. Y está claro que es doloroso dejar a la persona perfecta que nuestro cerebro ha creado.

A eso Santana añade que estos suelen ser duelos invalidados, donde la persona que sufre la separación no se siente apoyada, comprendida o respetada en su proceso, ya que al no ser “pareja” no debería doler. 

“Incluso la propia persona suele sentir mucha frustración por el malestar que le genera esa ruptura sin nombre y no se dan muchas veces el permiso de vivirlo y sentirlo. Los duelos deben atravesarse, sino se quedarán estancados”, sostiene.

Consejos para afrontar la ruptura 

Patria Santana ofrece las siguientes recomendaciones para superar la ruptura de un “casi algo”:

  • Vive tu duelo. Acepta el hecho de que estás atravesando una ruptura, con nombre o sin él. Fue una relación en la que invertiste tu tiempo, energía y sentimientos. Es importante permitirte sentir todas las emociones que surgen tras la ruptura, ya sean tristeza, enojo, confusión o alivio. No te juzgues por tus emociones; son naturales y parte del proceso de duelo.
  • Apóyate en tus seres queridos. Este es el momento de buscar apoyo en la gente que confías, desahógate y recurre a ellos para consuelo y compañía. El apoyo social es esencial para la recuperación emocional.
  • Pon límites o establece contacto cero. Al igual que en cualquier ruptura amorosa, es recomendable establecer contacto cero o poner límites claros en cuanto a la comunicación. Esta persona no es un amigo, no puedes continuar la relación como si no te afectara.
  • Trabaja la idealización. No es tan fácil reconocer sus fallas si no lo conocías a fondo, pero enfócate en el malestar que esta relación sin nombre te estaba provocando. Romper con la idealización te ayudará a continuar más fácil.
  • Enfócate en tu autocuidado. Dedica este momento para priorizar tu salud física y emocional. Retoma actividades placenteras que te ayuden a drenar, como el ejercicio o la meditación.
  • Encuentra distracciones saludables. Mantén la mente ocupada con actividades que disfrutes y que te ayuden a distraerte de los pensamientos recurrentes sobre la ruptura. Podrían ser clases de bailes, cursos de cocina, senderismo, ciclismo, pintura, entre otros.
  • Establece tus metas personales. Define las metas que quieres lograr, tanto a corto como a largo plazo. Esto te ayudará a enfocarte en tu crecimiento y desarrollo.
  • Aprende de la experiencia. Reflexiona sobre lo que te enseñó esta vivencia. Analiza tus “no negociables”, qué quieres, deseas, necesitas, puedes ofrecer, qué permitirás y qué no en una nueva relación. Las experiencias dolorosas proporcionan valiosas lecciones de vida.
  • Sé responsable afectivamente, tanto contigo como con los demás. Expresa tus necesidades y lo que estás buscando en una relación, si la otra persona no está en tu misma sintonía, no te expongas a otro “casi algo”. Prioriza tu bienestar y cuida tus emociones. De igual forma, no ilusiones a otra persona con algo que no puedes o quieres ofrecer. Lo sano es hablar con sinceridad y cortar por lo sano cuando es necesario.
  • Ten paciencia. Por muy cliché que parezca, debes darle tiempo al tiempo. Superar una pérdida y adaptarte a tu nueva realidad conlleva tiempo. No te apresures ni te presiones para sentirte bien inmediatamente. Tampoco te compares; cada duelo es único.
  • Considera la terapia. Si la ruptura te resulta especialmente difícil de sobrellevar o experimentas sintomatología de ansiedad o depresión, considera buscar ayuda profesional.

“Por difícil o imposible que te parezca, esto también pasará. Es natural que duela, pero también naturalmente lo superarás. No dolerá por siempre”, concluye.

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