Siete características que debes conocer de la dispraxia

Esta condición neurológica afecta la coordinación de movimientos y otros aspectos de la vida diaria

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La salud mental no es simplemente un tema que está de moda, es un estado de bienestar que nos ayuda a lidiar con el estrés del diario vivir y que abarca condiciones que afectan cada aspecto de nuestras vidas. Un ejemplo de esto es la dispraxia, una condición neurológica también conocida como trastorno del desarrollo de la coordinación (TDC) y que afecta la habilidad de una persona para planificar y coordinar movimientos voluntarios y secuenciales.

Estar al tanto de los síntomas, desafíos y otros detalles relacionados con la dispraxia puede ser de gran ayuda para cualquier persona que viva con esta condición y por eso aquí hemos recopilado varios de ellos. Aun así, siempre es recomendable solicitar una evaluación y asistencia de profesionales de la salud y terapeutas especializados.

¿Dispraxia?

Conocida también como el “síndrome del niño torpe”, la dispraxia es un trastorno del neurodesarrollo que se manifiesta como dificultades en realizar tareas motoras finas y gruesas, y puede tener un impacto negativo tanto en la práctica de deportes o en juegos físicos, sino también en distintas actividades asociadas con la vida cotidiana como la escritura, la alimentación, el vestirse y el uso de utensilios.

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Síntomas

La dispraxia puede causar que una persona parezca torpe o desorganizada en sus movimientos o que tenga más dificultades para aprender nuevas habilidades motoras. De todas formas, los síntomas pueden variar en cada individuo y por eso a veces incluyen problemas en la planificación y organización, en la coordinación visual-motora, percepción sensorial, dificultades en el habla y el lenguaje, en la memoria a corto plazo y dificultades para seguir instrucciones verbales o escritas.

¿A quién afecta?

Ya sea un niño o un adulto, cualquier persona puede ser afectada por la dispraxia. Es más, se estima que aproximadamente entre un 5 % o 10 % de la población ya está lidiando con esta condición, aunque se puede manifestar de forma distinta en cada individuo. De todas formas, la dispraxia no discrimina por género, raza ni origen étnico y aunque comúnmente es diagnosticada en la infancia, la condición también puede ser detectada en adultos.

Las posibles causas del trastorno

Aún no se han determinado de manera definitiva cuáles son las causas de la dispraxia, aunque pueden influir posibles traumas y enfermedades o lesiones cerebrales. También se sospecha que esta condición puede ser el resultado de alteraciones que ocurren durante el neurodesarrollo y que causan que algunas áreas del cerebro no maduren de la manera adecuada. 

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El diagnóstico

Para confirmar si un niño o adulto padece de dispraxia es necesario consultar con profesionales de la salud como pediatras, psicólogos, especialistas del aprendizaje y neurólogos. Usualmente, para recibir un diagnóstico es necesario la intervención de expertos de distintas áreas como logopedas, terapeutas ocupasionales o fisioterapeutas.  

La comorbilidad

Este es el término que se utiliza para referirse a dos o más condiciones, trastornos o más enfermedades que una persona padece al mismo tiempo. En este caso, la dispraxia puede asociada con una serie de condiciones y trastornos comórbidos como el Trastorno del déficit de atención e hiperactividad (TDAH), Trastornos del Espectro Autista (TEA) y trastornos del lenguaje y del habla. Hay que destacar que no todas las personas con dispraxia experimentarán estas condiciones comórbidas.

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Tratamiento

La dispraxia no se puede curar, pero, con la ayuda de profesionales de la salud, se pueden explorar alternativas para mejorar la calidad de vida de la persona que tiene que lidiar con dicha condición. Existen varias estrategias que ayudan a mejorar el trastorno, como la combinación de terapias con distintos objetivos como, por ejemplo, ayudar con el desarrollo de habilidades motoras sólidas. Lo importante es determinar en qué áreas la persona necesita más asistencia y coordinar con los especialistas necesarios. 

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