Citas desastrosas en TikTok y el por qué se vuelven virales

El internet está lleno de historias de citas fallidas que provienen de aplicaciones de citas como Tinder. Estas anécdotas a menudo se vuelven virales gracias al algoritmo de TikTok, ya que parece que todos disfrutamos viendo las desventuras amorosas de otras personas.

Uno de los ejemplos más notables es la historia de Alexis Dougé (@nextlevellexus), quien vivió una experiencia realmente extraña en su cita de Tinder. En esta cita, su acompañante le robó sus costosos zapatos Tabi de Margiela, que tienen un valor de cerca de 900 euros. Después de una noche juntos, los zapatos desaparecieron junto con el contacto de su cita en Tinder. La historia se hizo viral, y gracias a la colaboración de la comunidad en línea, Alexis logró recuperar sus zapatos.

@nextlevellexuss Girls and gays of TikTok please get to work #nycdating #tinderhorrorstories #hingedating #margielatabis #nyc#greenscreen ? bad idea right? – Olivia Rodrigo

Estos relatos no son raros en el mundo de las citas en línea. Las historias incluyen mujeres que ocultan su embarazo hasta que aparecen con un vientre de ocho meses, hombres con tatuajes que apoyan la dictadura franquista, personas que usan el photoshop de manera tan exagerada que no se parecen en nada a sus fotos, y citas que terminan con la intervención de los bomberos, entre muchas otras anécdotas hilarantes.

Los hashtags #CitaTinder y #CitasTerroríficas acumulan millones de visualizaciones en TikTok, lo que demuestra que estas historias son de gran interés para la audiencia. ¿Por qué disfrutamos tanto viendo las desventuras ajenas? Puede deberse a una combinación de factores.

Tal vez, como sociedad, disfrutamos viendo el fracaso de los demás como una forma de recordarnos que podríamos estar en una situación peor. También es posible que estemos tan desconectados en nuestras vidas cotidianas que estas historias nos recuerdan a conversaciones entre amigos. Por último, estas historias a menudo son divertidas, intrigantes e incluso conmovedoras, y nos atraen de manera natural. Son como un guion de una serie de televisión basada en hechos reales que nos recuerda que, a menudo, la realidad supera a la ficción.