Museo del Prado se ilumina con las auténticas luces y sombras de su único Caravaggio

El Prado decidió recuperar hace más de tres meses el estado original de su único Caravaggio

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Las luces y las sombras originales creadas por un joven Caravaggio en su ‘David vencedor y Goliat‘ es lo que desde este martes se puede ver en el Museo del Prado de Madrid tras la restauración de esta pintura, que permite también “entrar en la obra” original para disfrutar de esos detalles que el tiempo escondió.

Con el paso de los años los barnices de este lienzo realizado en torno al año 1.600 se oxidaron, pero también sufrió los embistes de diferentes traslados y restauraciones.

Cuadro recuperado

El Prado decidió recuperar hace más de tres meses el estado original de su único Caravaggio, una pieza que, según el director del Museo, Miguel Falomir, “hasta hace 50 años no estaba atribuida” al italiano.

Pero tras diversos estudios, los expertos en este maestro del barroco italiano dictaminaron su autoría y por eso ahora la pinacoteca luce en su sala 7A este lienzo con todo su “esplendor”, según afirmó su restauradora, Almudena Sánchez.

“Nos encontramos ante un nuevo Caravaggio, es la verdadera imagen de la obra de este genial artista que el paso del tiempo se había encargado de ocultarnos y que ahora recupera la luz y el espacio con los que fue concebida por su autor”, expresó.

  • En concreto, la nueva cara de este óleo permite contemplar los pliegues del traje de David, el escorzo del gigante Goliat tras ser herido de muerte, así como el dramatismo de sus ojos.

Añadió que gracias a la restauración y la “excelente conservación” se pueden ver matices en el rostro de ambos personajes, las “pequeñísimas pinceladas” del pintor para dar vida a los ojos, a los párpados, o el brillo y detalle del pelo o la tensión en los nudillos de las manos de David mientras apresa al gigante.

  • También se han sanado algunos daños que sufrió en el pasado el lienzo y que, según la restauradora, pudieron suceder de forma “ocasional” ya que sólo son dos en la parte inferior.

Según destacó Falomir, este lienzo está rodeado de una veintena de obras, algunas de ellas no vistas hasta ahora, que reflejan la influencia de Caravaggio (Milán, 1571-Porto Ercole, 1610) en otros pintores.

Y para ello se ha realizado un nuevo montaje en las salas dos salas del museo.

“Estos cuadros muestran cómo ha ido evolucionando y avanzando en la historia del arte; pienso, por ejemplo, en el maravilloso lienzo ‘La resurrección de Lázaro’ de Ribera, un cuadro que cuando se adquirió por parte del museo hace una veintena de años no estaba atribuido a Ribera, pero ahora se ha convertido en una especie de piedra Rosetta para descubrir y fijar todo el periodo inicial de Ribera“, explicó.

En este sentido, el jefe del departamento de pintura italiana y francesa del Prado, David García, explicó que el museo tiene una colección de pintura de este estilo “no muy extensa, pero sí de gran calidad”, y en estas salas se ha configurado una selección de las mejores que giran entorno a Caravaggio.

Se han configurado así no solo por ser la “pieza más relevante”, sino también por ser Caravaggio el que dio ese “impulso planetario al estilo naturalista”.

“Con esta restauración y con esta nueva instalación de salas, el Museo del Prado contribuye al avance, aunque sea en un aspecto puntual, relativo a una obra del conocimiento del genio”, matizó.

En la actualidad, recordó García, en España hay otros tres cuadros del italiano: ‘Santa Catalina de Alejandría’ (Museo Thyssen, Madrid), ‘Salomé con la cabeza de Juan el Bautista’ (Museo de las Colecciones Reales, Madrid) y ‘San Jerónimo en meditación’ (Museo de Montserrat, Barcelona).

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