Trump queda en manos del Supremo tras el varapalo judicial en Colorado

Tribunal Supremo evaluará candidatura de Trump en 2024

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La descalificación del expresidente y líder republicano, Donald Trump, de las elecciones primarias en Colorado debido a su rol en el asalto al Capitolio abre un nuevo frente judicial para el dirigente conservador y deja su candidatura a la Casa Blanca en manos del Tribunal Supremo de Estados Unidos.

El martes, en una decisión sin precedentes, el Tribunal Supremo de Colorado inhabilitó a Trump al considerar probado que participó en un intento de “insurrección“, lo que le descalifica para ocupar cargos públicos de acuerdo a la sección tercera de la Enmienda 14 de la Constitución.

Esa enmienda fue aprobada en 1868, después de la guerra civil en Estados Unidos, para evitar que personas asociadas con los alzados sureños de la Confederación pudiesen llegar al poder.

La sentencia, de momento, solo afecta a Colorado, porque en el sistema federal estadounidense cada estado -y no la nación- es responsable de organizar los comicios.

La campaña de Trump se afanó en anunciar que recurrirá el fallo de Colorado ante la máxima instancia judicial estadounidense: “Tenemos confianza plena de que el Supremo fallará rápidamente a nuestro favor”, aseguró el portavoz Steven Cheung.

Eso dejará en manos del Supremo -en caso de que opte por aceptar el recurso– la decisión final sobre si la Enmienda 14 puede emplearse al caso de Trump y si puede, o no, presentarse a las elecciones presidenciales de 2024 en las que se volvería a enfrentar al demócrata Joe Biden.

“Si el Tribunal Supremo de EE.UU., que es de alguna manera quien toma las decisiones finales sobre la Constitución, dice que Trump está descalificado, eso resuelve la cuestión”, explicó en una entrevista con Efe el abogado, Nikhel Sus, miembro de Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética en Washington (CREW, en inglés), una de las organizaciones demandantes en el caso.

A diferencia del Supremo de Colorado, cuyos miembros son todos progresistas, el Alto Tribunal de EE.UU. tiene una mayoría conservadora de 6-3, incluidos tres magistrados nombrados por el propio Trump durante su mandato (2017-2021), por lo que parece difícil que no le de la razón al exmandatario.

Sus, sin embargo, apeló al “originalismo“, una corriente legal que aboga por interpretar la Constitución tal y como la escribieron los fundadores, que algunos de los actuales magistrados conservadores de la corte comparten.

“Si los defensores de la teoría legal originalista (…) aplican fielmente ese principio, entonces, en teoría, deberían llegar a la misma conclusión que el Tribunal Supremo de Colorado”, sostuvo.

El problema ahora es que las primarias de Colorado serán el 5 de marzo, por lo que el Tribunal Supremo tiene que fallar pronto para que su decisión tenga efecto. En caso de no hacerlo, el fallo quedaría temporalmente en suspenso y Trump podría participar.

El profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Georgetown, Louis Seidman, opinó en una entrevista con Efe que mucho de lo que ocurra con Trump el año que viene “depende de la rapidez con la que el Tribunal Supremo actúe en los casos que están pendientes“.

“Cuando (el Supremo) quiere, decide muy rápidamente, si así lo hiciera el caso de Washington DC podría resolverse antes de las elecciones e incluso antes de la nominación. Pero el Tribunal Supremo también puede alargar las cosas en cuyo caso no pasará nada antes de las elecciones“, dijo.

Tanto si decide muy rápidamente como si ralentiza los casos será “crucial” para el país, dijo.

Seidman se refería así no solo al caso abierto en Colorado, sino a otros temas que penden del Supremo como el propio juicio penal por el asalto al Capitolio, pausado hasta que el Alto Tribunal estadounidense decida sobre una apelación del propio Trump.

Para el jurista, lo más probable es que el Supremo “no va a querer decidir las elecciones en lugar del pueblo estadounidense“, una posición que también ha defendido Nikki Haley, la principal rival de Trump en las primarias republicanas.

Sus, por su parte, recalcó que los jueces están ante “territorio inexplorado”, ya que “nunca ha habido un presidente instigando una insurrección su propio Gobierno” y que luego se haya vuelto a presentar a las elecciones.

“Entonces -dijo- realmente no tenemos una hoja de ruta sobre qué va a pasar”.

El caso abierto en Colorado supone un dolor de cabeza añadido para Trump, que en paralelo enfrenta cuatro procesos penales en Georgia, Florida, Washington DC y Nueva York que podrían llevarle a la cárcel -aunque no inhabilitarle- antes de las elecciones.

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