Damián Alcázar busca la reflexión del público con su actuación

El reconocido actor mexicano impartirá este año un taller en República Dominicana

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Por décadas Damián Alcázar se ha dedicado a encarnar todo tipo de personajes, tanto en la gran pantalla como en la televisión y en diversos espacios escénicos dedicados a obras de teatro.

Durante todo ese tiempo, Alcázar ha cultivado una rica carrera que le ha convertido en el actor mexicano que más Premios Ariel ha ganado y que también le ha permitido ejercer su arte en distintas partes del mundo, incluyendo la República Dominicana.

“La Ley de Herodes” (1999), “El crimen del padre Amaro” (2002), “The Chronicles of Narnia: Prince Caspian” (2008), “Rubirosa” (2018) y “¡Que viva México!” son tan solo algunas de las producciones en las que ha participado.

Ahora vuelve a nuestro país para compartir sus experiencias y sus conocimientos con actores y cineastas dominicanos con un masterclass, de varias semanas, sobre actuación que tendrá lugar este año, del que nos da un adelanto.

¿Qué temas va a tratar en ese taller para actores y cineastas dominicanos? 

Estamos planeando hacer un taller sobre actuación, un fenómeno que realmente es muy extraño. Desde hace unos cuatro años lo empezamos a plantear aquí. Ha sido difícil porque siempre estoy ocupado, pero creo que este año, sin duda, lo vamos a hacer, aunque sea en un garaje

Se trata de actuación para cine, fundamentalmente, que en esencia es crear un personaje inexistente, darle vida, que tenga su propio ritmo, su manera de hablar, que tenga su propio tren de pensamiento porque cada personaje es diferente.

Lo que quiero con el taller es mostrar a los actores que yo no soy el personaje, porque sino todos mis personajes se van a parecer, todos serán igualitos y no, son totalmente diferentes, son señores o señoras diferentes. Entonces, sobre eso versaría el taller de actuación. 

He propuesto dos talleres, uno es con la técnica de la máscara neutra, basado en la técnica de Jacques Lecoq, pero yo la he implementado para actores principalmente, para trabajo de máscara que es más teatral.

El otro es sobre dirección de actores para los jóvenes que han estado estudiando cine, ya sea fotógrafos, productores, directores, actores, dirección de actores y actuación para cine. 

Puedo conjuntar un grupo de actores que no han hecho cine para llevar la actuación del teatro al cine, como son la energía, entender el espacio, la fragmentación de las escenas, la discontinuidad temporal, ese tipo de cosas que cuando uno está haciendo teatro no quieres soltar porque todo lo aprendes de memoria.

Quiero hablar de eso, que la memoria realmente es una cosa de loros, que hablan porque memorizan las cosas.

Nosotros no, nosotros hacemos vivir al personaje y cada vez que aparece frente a la cámara es nuevo, no repetimos nunca y ese es el motivo por el cual me gusta mucho dar la clase. 

¿La preparación se mantiene igual ya sea un actor de cine, de televisión o cualquier otro medio?

Digamos que los inicios para la actuación los da fundamentalmente la escuela de teatro, ahí está todo el lenguaje y todos los semestres están como sistematizados para seguir una ruta, pero es como todas las carreras.

Tú haces cinco años en una facultad de cualquier carrera y es apenas una embarradita de lo que se va a tratar el mundo laboral

Yo hice dos carreras de actuación en el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), estuve un año preparándome también en otra universidad y aun así creo que estoy mal entrenado.

Entonces esto es diario, no te puedes quedar porque todos tus personajes se empezarían a parecer, sobre todo a ti, y el chiste es estar modificando, cambiando y entendiendo. 

Realmente de lo que se trata es de que el joven actor o la actriz conozcan su instrumento, eso es todo, que lo conozcan, lo entrenen y lo afinen porque sí es un instrumento.

Tienen que tenerlo listo y preparado como los clavadistas, los acróbatas o los gimnastas, preparados perfectamente para  abordar cualquier cosa.

Los actores más comerciales y famosos en la industria de cine actual tienen que saber cómo comunicarse y expresarse ante el público casi como si fueran más marcas que personas. ¿Qué piensa del actor moderno? 

Hay que entender que una cosa es la mercadotecnia y este proceso es muy complicado, como materia de compra-venta.

Si yo quiero ser famoso y hago que el cirujano me ponga tales cosas porque la gente lo quiere, entonces lo estoy viendo como un negocio. Eso es otra cosa, es lo que dices, es una marca.

No, el ser humano que es el actor habla de los seres humanos, profundiza, pone ejemplos y habla de la vida y de lo compleja y maravillosa que es.

La perspectiva del actor es hablar de la vida, de la complejidad del espíritu humano y develar un montón de cosas inconmensurables.

Por eso cualquier personaje de Shakespeare es inconmensurable. Nunca terminas de entender al ser humano y de profundizar en el análisis de la mente humana y eso es lo maravilloso de la actuación. 

Esa es la versión que quiero de la actuación y lo que intento compartir con los jóvenes que se acercan a los talleres. 

En este momento de su carrera, ¿cuál es el tipo de proyecto o papel que le llama la atención?  

Cuando se vuelve muy interesante. Cuando la gente va a ver un trabajo mío y analiza, piensa, se divierte, se emociona, pero, principalmente, reflexiona sobre lo que le estoy diciendo.

Hoy hablaba con Edna, que es mi representante aquí en República Dominicana, sobre una película que se hizo sobre un hombre que va cargando a un muerto por el monte aquí en RD. Va cargando a un cadáver en una caja y de repente empiezan a platicar.

Eso es interesante, ¿por qué? Porque habla de la vida, de la muerte, del amor, del desamor, de la pobreza, de la injusticia, de todas esas cosas que son temas fundamentales en el ser humano. 

Ese tipo de cosas son las importantes, entonces creo que aspiro a ser un actor así. Por supuesto que he hecho cosas comerciales que son superfluas, superficiales y simplonas, pero las evito lo más que puedo y puedo hacerlo porque siempre tengo mucho trabajo. 

¿Qué consejo daría a los actores que tratan de mantener un balance entre su profesión y su deseo o esfuerzo para apoyar temas políticos, sociales o de otra índole? 

Creo que el criterio es personal. Sí soy de la opinión de que el artista se debe a la sociedad y tiene que hablar de cosas importantes. Allá él si quiere hablar solo de cosas no importantes porque ahí se va a quedar.

Quizás le vaya muy bien, se haga famoso y sea muy rico. Esos son otros objetivos. Yo lo veo de este lado de lo que ya te platicaba, quiero que la gente sepa que lo que yo digo, que mi actuación lo va a poner a reflexionar.

No necesariamente tiene que ser duro, hosco o tomar partido extremo, pero sí que trate lo complejo que es el ser humano en sociedad y qué tipo de sociedad nos merecemos.

Seguramente yo no diría que vamos a tomar las armas, hay muchas formas de mejorar la vida y la existencia, pero desde el análisis profundo de las personas, de los grupos étnicos, desde ahí se puede. Aun así, te digo que el criterio es personal, válido y muy respetable

Infografía

¿Cree que los creadores actuales, de cualquier medio, están perdiendo el hábito de consumir arte clásico e instruirse en lo que ya ha sido creado?

El asunto con las generaciones, a propósito de qué pienso de los creadores de ahora, es generacional. Cuando yo tenía 19 años, internet no existía. Tenías que esperar para llegar a casa y comunicarte por teléfono. Después salieron los teléfonos en las esquinas.

Ahora todo el mundo tiene eso. Los libros también pasan a ser casi un material histórico, cuando ahí está la información, porque todo lo que le ha pasado al ser humano hasta ahora está escrito, pero no en internet.

En internet hay una gotita y una mancha de lo que se puede hablar sobre filosofía o sobre un filósofo. Váyanse a sus libros, a la fuente. Ahí está. 

Entonces tiene que ser una cosa generacional, igual que en todas las áreas. Y más en esto, que hablamos de la complejidad enorme que tienen los seres humanos, que puedes dar la vida por los demás o puedes quitarle la vida a los demás.

Es una cosa enorme, grande. Profundizar en eso y entendernos cada vez más, eso es lo importante. 

En cuanto a los jóvenes que no consumen buen cine y no conocen el cine dominicano… Los dominicanos que quieren ser actores tienen que saber qué se está haciendo para mejorarlo, para disfrutarlo, para cambiarlo, para lo que ellos quieran.

Solamente si lees, puedes escribir porque sino te vas a quedar en la cascarita nada más. Y solamente si escuchas música, vas a poder componer música.

No se trata de decir “soy un genio”. Los genios se quedaron en el Renacimiento. Ahora hay que trabajar mucho para entender y poder dar tu manifiesto, tu opinión, dejar un testimonio. Solamente así. Si no estás preparado, no se va a poder. 

¿Qué lecciones pueden aprender los actores y cineastas latinoamericanos de las huelgas del SAG-Astra y el WGA a causa del uso de inteligencia artificial en Hollywood? 

Yo creo que es como el sueño al que nunca vamos a llegar, por lo menos en 100 años.

Allá en los Estados Unidos, con todo lo que podamos hablar respecto a su política social, humanista o no humanista, armamentista o lo que sea, tienen ya toda una historia basada en la industria cinematográfica. 

Los artistas son lo menos en nuestros países. No tenemos esos sindicatos y tenemos que conformarlos.

Los sindicatos en Latinoamérica, por cuestiones sociales y políticas, se han vuelto nidos de ratas en lugar de ser una asociación que respalde al trabajador, sea de cualquier área. 

No, se vuelven ya nidos de gente en la política y en lo económico. Allá no pasa. Allá no es posible porque tienen una historia forjada en eso, en el trabajo, en la eficacia y digamos que en la verdad, para ellos es importantísima la verdad.

No digo que no haya mentirosos. Por supuesto que los hay, pero las reglas son mucho más claras y mucho más fuertes.

Entonces allá tienen sindicatos que pueden oponerse, que pueden parar toda la industria. Y la industria del espectáculo es una de las tres industrias más importantes para los gringos. Tienen muy bien cimentadas todas estas uniones de trabajadores. Lo mismo pasa con los técnicos y creativos. Nosotros no. 

Respecto a la inteligencia artificial, son cosas que van surgiendo también con las nuevas generaciones y que hay que reglamentar. Realmente tienen que pasar por muchos filtros y entender de qué se trata. 

Ya ha participado en varias producciones dominicanas, ¿cómo ha sido su experiencia al filmar en República Dominicana? ¿Y cuándo va a repetir? 

Repetir en cuanto me llamen. Eso sí, tiene que ser una buena historia, así no tendré que decir que estoy muy ocupado. Me encanta, por ejemplo, hacer un trabajo de diferente nacionalidad porque eso implica ser otro y es una de las cosas que me interesa.

Yo miro a los dominicanos, cómo caminan, cuál es el ritmo que llevan, sé qué comen y qué toman. Entonces vas conformando un personaje que es dominicano, ya no es el mexicano y menos del rancho o del barrio de donde vengo, sino que tiene que ser un dominicano. 

Eso me encanta, hacerlo aquí me gustó muchísimo y seguramente voy a hacer más películas. Para eso vengo a torcer el brazo a mi representante aquí, quiero otra película ya. Se come rico, la belleza es extraordinaria. 

Su trayectoria en películas, series y cortos

  • Acapulco – Temporada 3

  • Blue Beetle

  • ¡Que viva México!

  • Acapulco – Temporada 2

  • El rey de todo el mundo

  • Acapulco – Temporada 1

  • El poderoso Victoria

  • Preso No. 1 – Temporada 1

  • Tijuana – Temporada 1

  • Narcos – Temporada 3

  • Narcos – Temporada 2

  • Magallanes

  • La delgada línea amarilla

  • Chicogrande

  • García (Corto)

  • Don’t let me drown

  • El Infierno

  • Las crónicas de Narnia: El príncipe Caspian

  • Borderland: Al otro lado de la frontera

  • Satanás

  • Crónicas

  • Héctor

  • La habitación azul

  • El crimen del Padre Amaro

  • Sexo por compasión

  • Hombres armados

  • La ley de Herodes

  • Ave María

  • Katuwira, donde nacen y mueren los sueños

  • Dos crímenes

  • El anzuelo

  • La mujer del puerto

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