Musical basado en el diario de Ana Frank: una historia de valentía y esperanza

Historia de la adolescente judía durante la Segunda Guerra Mundial

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Una espectáculo musical basado en el diario de Ana Frank fue estrenado en Países Bajos, retomando la historia de la adolescente judía que –afirman los productores– debe ser contada hoy más que nunca.

“Yo Ana” sigue con fidelidad la historia de la adolescente judia y su familia escondidos de los nazis en Ámsterdam durante la Segunda Guerra Mundial.

El escenario consiste únicamente en una estrella de hormigón de David, dividida en secciones que representan las piezas del “anexo secreto”, donde la familia Frank y otras cuatro personas se ocultaron durante más de dos años.

Los ocho personajes raramente abandonan la estrella, sentados sobre equipajes -sus únicos bienes materiales-, creando un sentimiento de claustrofobia durante toda la representación.

El productor Mark Vijn, de 56 años, siente escalofríos al recordar las pocas horas que pasó en el anexo, escondido detrás de una biblioteca giratoria. “Sólo estuvimos allí unas horas, y ellos durante dos años. Sin saber cuándo saldrían”, relata a AFP.

Rechaza las críticas que afirman que un musical es inadecuado para una historia tan trágica. Considera que la emoción es más fuerte y que atraen a una nueva generación.

“Es la primera producción en la que la música se utiliza para contar la historia. Se adecúa a un público más amplio y más joven”Mark VijnProductor

El musical fue presentado por primera vez el sábado frente a una sala abarrotada en la ciudad de Beverwijk.

Vijn afirma haberse inspirado en la actualidad, ya que los incidentes antisemitas en Países Bajos se duplicaron el año pasado, según un informe reciente del CIDI, una organización judía neerlandesa.

Del texto

Las emociones descritas por Ana en su diario se transcriben en canciones, con momentos de felicidad intercalados con ruidos de bombardeos, sirenas de policía y sus propios gritos al despertar de sus pesadillas.

La obra termina cuando los personajes creen que la liberación es inminente. Al enterarse del desembarco aliado en Francia, bailan cantando “¡Finalmente libres!”.

La canción es interrumpida por una sirena de la policía, ya que la familia fue traicionada y entregada a los nazis.

Uno por uno, los personajes abandonan la escena. El actor que interpreta a Otto, padre de Ana, lee en voz alta “Muerto en Auschwitz”, “Muerto en Bergen Belsen”…

La artista que interpreta a Ana es la última en dejar el escenario. La adolescente fue deportada a Westerbork en los Países Bajos y luego trasladada a Auschwitz y Bergen Belsen, donde murió de tifus en 1945, con 16 años.

Al final de la actuación, lo único que queda en el escenario es su diario.

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