EE. UU. le quitará la ciudadanía a Manuel Rocha tras ser sentenciado por espiar para Cuba

El exdiplomático fue sentenciado este viernes a 15 años de prisión y tres en libertad supervisada

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El exdiplomático y expresidente de la Barrick Gold Manuel Rocha, además de 15 años en prisión y tres en libertad supervisada, será despojado de la ciudadanía estadounidense como parte del acuerdo de culpabilidad aprobado este viernes por la jueza que lleva su caso por acusaciones de espionaje para Cuba. 

Rocha, de 73 años, compareció hoy ante un tribunal federal de Miami para declararse culpable por defraudar al Gobierno de los Estados Unidos y conspirar para actuar como agente de un gobierno extranjero y actuar como agente de un gobierno extranjero sin previo aviso como lo exige la ley

Rocha, nacido en Colombia el 23 de octubre de 1950, se naturalizó como ciudadano estadounidense en 1978 y tiene su residencia fijada en Miami, Florida. También cuenta con nacionalidad dominicana. 

De acuerdo con el portal de noticias NBCMiami, el primer acuerdo incluía una sentencia de 15 años de prisión (cinco por el cargo de conspiración y 10 por el cargo de actuar como agente ilegal de un gobierno extranjero), con tres años de libertad supervisada y 500,000 dólares en multa. 

Pero este fue rechazado por la jueza Beth Bloom, quien alegó que el acuerdo carecía de restitución para las posibles víctimas y no incluía la desnaturalización del exdiplomático. 

Posteriormente, la juez aprobó el acuerdo enmendado que agregaba el texto sobre restitución y la desnaturalización civil. 

  • “Soy un hombre de 73 años. Durante mis años de formación estuve fuertemente influenciado por la política radical de la época”, dijo Rocha durante su intervención tras aceptarse el trato. “Ya no veo el mundo con los ojos radicales de mi juventud“, agregó el exembajador, según recoge NBCMiami. 

Rocha también admitió que traicionó su juramento de lealtad a Estados Unidos

“Asumo toda la responsabilidad“, dijo. “Sé que mis acciones también han causado un gran dolor a mi familia, a mis antiguos compañeros y a mis amigos más cercanos. Les pido a todos comprensión y perdón“.

De acuerdo con la nota publicada por el Departamento de Justicia de EE. UU., Rocha también “renunciará a todos los beneficios de jubilación que le debe Estados Unidos por su empleo en el Departamento de Estado y dará a Estados Unidos cualquier ganancia que pueda recibir de cualquier publicación relacionada con su conducta criminal o servicio gubernamental”. 

“Le diste la espalda a un país que te lo dio todo”

En tanto, la jueza fue dura al hablar sobre las acciones que se le imputan a Rocha, así como lo que significa esto. 

“Sus acciones fueron un ataque directo a nuestra democracia y a nuestros ciudadanos“, dijo Bloom que continuó: “Prometiste lealtad a esa bandera… y lo que declaraste abiertamente cuando juraste o afirmaste que defenderías la Constitución, eso fue una mentira. Una y otra vez diste un juramento de cargo al que mentiste. Le diste la espalda a un país que te lo dio todo“. 

Rocha había acordado en febrero cambiar su declaración de culpabilidad, a cambio, los fiscales federales retiraron 13 cargos, incluidos fraude electrónico y declaraciones falsas, según NBC. 

El portal explica que, normalmente, en los caso de contrainteligencia, al acusado se le imputan cargos de espionaje, pero en el de Rocha, los fiscales lo acusaron de delitos menores de actuar como agente extranjero, que conllevan penas máximas de entre cinco y 10 años de prisión, lo que facilitó el acuerdo alcanzado entre los fiscales y el acusado. 

Entre 1981 y 2002, Rocha fue empleado del Departamento de Estado de EE.UU. y ocupó varios puestos en las embajadas de Estados Unidos en República Dominicana, Honduras, México, Argentina y Bolivia.

Rocha fue arrestado en Miami el pasado 1 de diciembre tras confesar sus actividades a un agente del FBI que se hizo pasar por otro espía cubano.

Rocha y su vínculo con República Dominicana

Llegó por primera vez a Santo Domingo en 1983 como agregado político en la embajada de los Estados Unidos y en esas funciones se amistó con el liderazgo del país. En Honduras, sirvió en una segunda ronda junto al embajador Robert Pastorino. Cuando este fue designado en la República Dominicana, Rocha volvió en 1991, esta ocasión como segundo en la misión.

Graduado de las mejores universidades norteamericanas, el diplomático es considerado como una persona afable, analista inteligente y conocedor a fondo de la región latinoamericana. Era miembro de importantes grupos de pensamiento sobre asuntos externos, incluso, del consejo de asesores internacionales de la Universidad de Miami y del Comando Sur de los Estados Unidos.

Tuvo un papel destacado en la solución de la crisis política en las controvertidas elecciones de 1994, en la que Joaquín Balaguer se jugó el poder frente a José Francisco Peña Gómez y el posterior acortamiento del periodo a dos años por las acusaciones de fraude.

Aquí permaneció hasta junio de 1994 y luego pasó a Argentina como encargado de negocios por tres años. Ya en el 2000, fue ascendido a embajador y enviado a Bolivia donde puso en práctica la política norteamericana de oposición a la llegada de Evo Morales al poder.

Rocha visitaba con frecuencia el país antes y después de abandonar el servicio diplomático y trabajar en varios puestos privados como consejero de asuntos internacionales. Casado con una dominicana, se estableció en Santo Domingo al ser designado presidente de la Barrick Pueblo Nuevo. A él se debe el éxito de esa empresa minera en mejorar su imagen y sus relaciones con el gobierno dominicano.

Una vez concluido su contrato con Barrick, Rocha retornó a Miami, de vuelta a trabajos de consejería relacionados con sus amplios conocimientos de la política exterior norteamericana.

Más recientemente, ocupó cargos ejecutivos en XCoal, un exportador de carbón con sede en Pensilvania, y en Clover Leaf Capital, una empresa especializada en facilitar fusiones en la industria del cannabis. También formó parte del bufete de abogados Foley & Lardner hasta agosto de este año y colaboró con las agencias de relaciones públicas españolas Llorente & Cuenca.

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