La plaga de los automovilistas

La enorme mayoría de los motoristas irrespeta todas las leyes y normas básicas del tránsito . No usan cascos de protección, transitan con el número de pasajeros que les plazca y conducen de forma temeraria. Para ellos los semáforos no existen, las vías ni los carriles tienen direcciones predeterminadas y las aceras no son para

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La gran mayoría de ciclistas falta el respeto a todos leyes y reglas básicas de tránsito. No usan cascos protectores, viajan con el número de pasajeros que quieren y conducen de manera imprudente. Para ellos, los semáforos no existen, las vías o carriles tienen direcciones predeterminadas y las aceras no son de uso exclusivo de los peatones. En definitiva, hacen lo que quieren sin consecuencias. Provocando tal nivel de tensión en el resto de conductores que prácticamente convierten el simple ejercicio de conducir un vehículo a motor en un deporte extremo.

Pero tu “aporte” no se limita a aumentar el caos de tránsito, ya que también afectan a otros aspectos que afectan a la vida de los ciudadanos. Por ejemplo, y por mencionar sólo el más obvio, el coste que representa accidentes de tránsito y la cantidad de crímenes cometido en motocicletas.

Tres de cuatro accidentes de tránsito involucrar motocicletas, y en muchos de ellos se producen muertes o lesiones graves. Estadísticas en las que somos líderes mundiales, y que para el país representan un costo aproximado del dos por ciento del Producto Interno Bruto. Es decir, unos 150 mil millones de pesos.

Y casi el ochenta por ciento de crímenes en República Dominicana están comprometidos en motocicletas. Delitos de todo tipo, desde robo común hasta sicariato al servicio del narcotráfico y crimen organizado.

Pero a pesar de la gran problema que representan, el autoridades no parecen dispuestos a adoptar medidas medidas enérgicas e integrales para controlar esta “plaga”.

Como es un problema social y de seguridad ciudadana bastante complejo, no es un tema que se deje en manos de INTRANT o DIGESETT con una simple “aplicar la ley”. En parte, por esta ligereza de alcance, el Plan Nacional de Matrícula de Motos fracasó.

Cualquier plan cualquiera programa Que se pretenda tener éxito debe contar con el apoyo y acompañamiento cercano de las más altas instancias del poder político. Y para ello no tienen que reinventar la rueda ni el hilo. Otros países lo han logrado con notable éxito. Pero es necesario, primero invertir, y luego supervisar sin miedo.

Registrar todo motocicletas en el DGII y otorgar registro a sus titulares, desconociendo la legalidad de su procedencia. Proporcionar cascos de protección adecuados a quienes no los dispongan, numerados según la placa del motor. Todo a costa y costa de los contribuyentes. Y una vez registrados, supervisarlos sin ceder al chantaje del “padre de familia”.

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Los violadores de la leyes de tránsito y los criminales serían fácilmente identificables. Tanto por el casco y la chapa como por la ausencia de estos, ya que esto último sería suficiente para identificar un perfil sospechoso.

Imposible pensar en un planteamiento así antes de las elecciones. Pero todo parece indicar que el presidente Abinader Será reelegido en mayo… Y lo haría con abundante capital político.

Espero que después de las elecciones se anime a tomar ese toro por los cuernos.

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