Orina humana como alternativa para crear fertilizantes en Chile

La orina se utiliza como fertilizante en otros lugares. En Estados Unidos, Francia, Nepal y Ucrania, los agricultores recurrieron a este líquido para hacer crecer sus campos.

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Un par de veces al año, los colaboradores de la científica chilena Dafne Crutchik hacen un pedido inusual a amigos y familiares: donar orina. Un líquido imprescindible para rescatar el fósforo, un mineral escaso y clave para la creación fertilizantes.

Desde hace algún tiempo, el uso de fósforo, que tradicionalmente se obtiene de yacimientos minerales, se ha convertido en una novedad para aumentar el rendimiento de los cultivos. Su producción global se concentra en unos pocos países, entre ellos Marruecos, China, Estados Unidos y Rusia.

Pero las reservas mundiales están disminuyendo y la guerra en Ucrania disparó el valor de fertilizantes y sus componentes, entre ellos el fósforo, cuya tonelada pasó de 276 dólares en 2021 a 938 dólares el año siguiente, según la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Agricultura y Alimentación (FAO).

Ante este escenario, Crutchik trabaja en una alternativa sencilla para extraer fósforo de la orina, práctica que ya se realiza en varios países del mundo.

“El fertilizante se utiliza para el cultivo, luego nos lo comemos. Sólo una parte de ese fósforo se absorbe y el resto acaba en la orina y posteriormente se pierde en las aguas residuales”, explica Crutchik, doctor en ingeniería química y medioambiental y profesor. de la Universidad Adolfo Ibáñez.

Fabricación de fertilizantes

La orina se utiliza como fertilizante en otros lugares. En Estados Unidos, Francia, Nepal y Ucrania, los agricultores recurrieron a este líquido para que sus campos crecer. Y los astronautas de la Estación Espacial Internacional (ISS) lo reciclan para cultivar tomates.

Para crear el fertilizante, el experimento chileno mezcla agua de mar -que aporta el magnesio necesario- con la orina recibida de familiares y amigos y la de los cinco miembros del equipo de investigación: el doctor Crutchik está acompañado de dos estudiantes de pregrado y otras personas. dos posgrados.

El recurso a este entorno cercano se debe a que no es fácil encontrar voluntarios: “Hay muchos que no quieren donar o les da vergüenza. No están informados y eso les hace dar un paso atrás. (.. .) Esto es algo útil y que nos ayudará a todos en el futuro”, afirma Amparo Henríquez, una de las colaboradoras.

Tras unos días de descanso, la combinación de ambos líquidos desencadena lo que los científicos llaman una “precipitación de fósforo”, que es la solidificación de este mineral en cristales blancos del tamaño de un grano de ambiente, listos para ser utilizados como fertilizante.

Unos 500 gramos de estos cristales podrían fertilizar una tonelada de tierra para cultivar tomates, pone como ejemplo el experto.

La cantidad de cristales formados depende de la calidad del líquido o de los nutrientes que contiene. Es diferente si la orina es “fresca” o si es la primera del día.

En uno de los experimentos se utilizaron cuatro litros y medio de orina y 250 mililitros de agua de mar para producir unos 80 gramos de cristales, afirma el científico chileno.

Reluctancia

La técnica es prometedora. Un ser humano orina una media de un litro y medio al día. Crutchik estima que si el orina humana del mundo será reciclado, el 20% de fertilizantes Los sintéticos podrían ser reemplazados por estos cristales.

Aunque espera calcular el coste de producción sólo a finales de año, cree que sería mucho más “económico” que el fertilizantes artificial, debido a la gran cantidad de materia prima disponible.

La masificación de fertilizantes La atroz orina, sin embargo, choca con la legislación local y con las reticencias de algunas personas.

En Chile, la orina no aparece en el listado de 679 fertilizantes autorizado por las autoridades, por lo que “no se puede utilizar”, afirma el científico.

Dado que la orina no es un vector importante de enfermedades, no requiere un procesamiento intensivo para su uso en agricultura. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda dejarlo reposar unos días.

La propuesta también podría contribuir a reducir los efectos devastadores que genera el exceso de fósforo en lagos, ríos y océanos hasta donde llegan las aguas residuales.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la contaminación por fósforo “es una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad y contribuye a la degradación de los ecosistemas de los que depende la humanidad”.

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