Desafíos de la economía dominicana en 2023

Después de un 2022 con crecimiento proyectado en 5 %, el país ya vive un nuevo año que hereda situaciones económicas viejas y otras a las que estar atentos, las cuales son destacadas por cerca de una veintena de entrevistados

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El Profe Show le hizo la misma pregunta a 14 personas, entre estos experimentados economistas y representantes de sectores productivos del país: ¿cuáles son los tres principales retos de la economía dominicana para el 2023

Las respuestas fueron llegando por escrito con rapidez y retos en común, siendo los siete en que más coincidieron: contener la inflación, garantizar el crecimiento económico, fomentar el empleo y las mipymes, aumentar y garantizar la inversión pública (o gasto de capital), atender aspectos fundamentales en el sector eléctrico, seguir la situación de crisis en Haití y poner atención al ámbito fiscal.

El 2023 hereda situaciones económicas complejas del 2022, cuando el 24 de febrero del año pasado comenzó la invasión rusa en Ucrania y sus efectos, junto con los remanentes de la pandemia del COVID-19, se siguen sintiendo en el mundo. Y hay temores de recesión en algunas economías.  

Contener la inflación a pesar de las medidas

A noviembre de 2022, la inflación interanual iba en 7.58 %. Para el exministro de Economía, Isidoro Santana, mantener la inflación dentro de ciertos límites “ha sido hasta ahora uno de los mayores éxitos de esta gestión” de gobierno, contrario a lo que ha pasado en Estados Unidos y países de Europa, que han tenido niveles similares y hasta superiores al dominicano.

Sin embargo, observa que esto ha tenido sus costos en subsidios, una revaluación real cambiaria y “consecuente deterioro del balance comercial y endeudamiento del Banco Central para restar liquidez a la economía”. 

La carrera por contener la inflación se mantiene para este 2023, aunque Santana indica que “algunos de los factores que la provocan han comenzado a amainar, como los precios de los combustibles, grasas y cereales”. 

El reto ahora es mantener la inflación en descenso hasta que pueda converger con la meta del Banco Central (4 % ± 1 % antes de finalizar el segundo trimestre del 2023) en un entorno internacional complejo, donde persisten riesgos asociados a la guerra entre Ucrania y Rusia, indica Rafael Espinal, coordinador de la carrera de Economía del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec).

Germanía Montas, exsubdirectora de la Dirección General de Impuestos Internos, considera que será retador lograr la meta sin exagerar las medidas que se adopten.

Recuerda que la tasa de política monetaria (guía de las demás tasas del sistema financiero) subió de 3.0 % en noviembre de 2021 a 8.50 % en noviembre de 2022, y con estos niveles, “parecería que esos incrementos deben moderarse o detenerse” en 2023. “Sin embargo, al menos a nivel internacional no es algo previsible de manera clara”, dice.

De lograrse bajar la inflación, se viabilizarían mejores condiciones crediticias para sectores productivos y hogares, considera Rosanna Ruiz, presidenta de la Asociación de Bancos Multiples de la República Dominicana (ABA).

Continuar creciendo en un contexto adverso

El economista Haivanjoe Ng Cortiñas está “convencido de que para 2023 a la economía dominicana no le espera una recesión”, pero sí que “se moverá a un nivel inferior a su crecimiento potencial y puede terminar por debajo de un 4.6 % anual”. 

No obstante, entiende que el crecimiento del país en este nuevo año puede entorpecerse si otros países entran en recesión, afectando el turismo, por ejemplo. A esto se le agrega que también afectaría las remesas de la diásposa, si ocurre en Estados Unidos, observa Magdalena Lizardo, coordinadora del Observatorio Dominicano de Comercio Internacional del Intec.

Seguir creciendo por lo menos por encima de un 4 %” es la meta que recalca el nuevo presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Celso Juan Marranzini.

“Para lograrlo -dice-, no bastará solo el empuje del sector privado como en 2021 y 2022; será necesario que el gobierno logre ejecutar un plan de inversiones en obras sustancialmente mayor a los de 2021 y 2022, manteniendo el déficit del presupuesto controlado, reduciendo los subsidios a medida que baja la inflación. Una reducción del subsidio al sector eléctrico se hace hoy más urgente y necesario”.

Guillermo Caram, exgobernador del Banco Central, también agrega el reto de que la agropecuaria crezca a la par con la economía.

“La economía crece satisfactoriamente, pero desequilibradamente. El PBI agropecuario crece tres veces más lentamente que el PBI total y hasta 15 veces más lentamente que el turismo”, dice.

Analiza que, si hay crecimiento agropecuario, hay empleo rural. “Si hay empleo rural, se mitiga la emigración a centros urbanos desprovistos de bienes y servicios, produciendo hacinamiento y promiscuidad que mina la moral y aumenta propagación de enfermedades”, comenta.

En un 2023 complicado, Rafael Espinal recalca la necesidad de mantener el ritmo de crecimiento “cercano al umbral del 5 %, a pesar de la política monetaria restrictiva que conlleva altas tasas de interés que desestimulan la inversión privada y el consumo”.

En diciembre de 2022, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) proyectó que el país crecerá 4.6 % en este 2023.

Ya sea que el porcentaje sea mayor o menor, Odalis Marte, secretario ejecutivo del Consejo Monetario Centroamericano, dice que, para lograrlo, el país se enfrenta a un contexto cargado de riesgos geopolíticos y de los efectos de la reciente ola de contagios de COVID-19 en China, por sus potenciales efectos en las cadenas globales de suministros.

Impulsar el empleo y las mipymes

La generación de empleos es un reto viejo que cruza desde el 2022 -y hasta antes- hacia el 2023. “Es determinante para incrementar los niveles salariales y así recuperar el poder de compra de las familias”, dice el exministro de Economía, Juan Ariel Jiménez. 

“Durante los años 2020-2022, el fuerte aumento de precios superó el aumento de ingresos de los trabajadores, por lo que el ingreso laboral real se estancó a niveles del año 2015”, observa.

Magdalena Lizardo considera necesario que en 2023 se arribe a un pacto por el empleo que logre revertir la caída de los salarios reales respecto a los niveles existentes previo a la pandemia.

Analiza que el salario promedio por hora se ha reducido 13.1 % en términos reales, al pasar de un promedio de 101.8 pesos en 2019 a 88.5 pesos en enero-septiembre de 2022.

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