Siete mitos o conceptos erróneos sobre el síndrome de Asperger – El Profe Show

Actualmente, este síndrome ya no se reconoce como un diagnóstico en sí mismo

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El síndrome de Asperger (SA), también conocido simplemente como Asperger, es un trastorno del neurodesarrollo en el que se presentan dificultades en la interacción social, la comunicación no verbal, además de otras características que incluyen comportamientos repetitivos e intereses restringidos. En el 2007 el 18 de febrero fue declarado el Día Internacional del Síndrome de Asperger en conmemoración del nacimiento de Hans Asperger, el psiquiatra austríaco por el que este trastorno fue nombrado. En honor a esta fecha, aquí hemos recopilado varios mitos populares, pero erróneos, sobre este trastorno y el autismo en general.

1.El SA es diferente al TEA

A pesar de que el concepto moderno del síndrome de Asperger surgió en 1981 y se convirtió en un diagnóstico estandarizado en la década de los años 90, se retiró como diagnóstico en el 2013 con la quinta edición del manual americano Diagnóstico y Estadística de Trastornos Mentales, publicación que incluyó sus síntomas con el Trastorno del Espectro Autista (TEA). Asimismo, a partir del 2021 el Síndrome de Asperger también ha sido oficialmente integrado con los demás diagnósticos fusionados con TEA en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11). Este hecho tiene sentido porque por mucho tiempo el síndrome de Asperger era considerado como un tipo de autismo de “alto funcionamiento” o “leve”, aunque varios estudios han revelado que el funcionamiento no siempre es leve o alto, ya que depende del individuo.

2.El síndrome de Asperger es un tipo de ansiedad social

Sí es cierto que niños y adultos diagnosticados con SA tienen dificultades en cuanto a interacciones sociales y hasta pueden tratar de evitar iniciar ellos mismos este tipo de interacciones, pero el síndrome de Asperger no es lo mismo que un trastorno de ansiedad social. A diferencia de personas con SA, los individuos con ansiedad social sí tienen las herramientas y los recursos para participar en este tipo de interacción, pero son detenidos por el miedo que les causa. Por otro lado, la persona diagnosticada con síndrome de Asperger no posee la habilidad de leer señales sociales o el lenguaje corporal de otros y, en muchos casos, toman los comentarios de los demás literalmente.

3.La mujer, el hombre y el SA

Al igual que ocurre con los diagnósticos de TEA, los hombres son diagnosticados con SA cuatro veces más que las mujeres y en muchos casos ni siquiera son diagnosticadas por distintas razones. Por ejemplo, puede ser porque hacen un mejor trabajo para esconder los síntomas de su condición, algunos rasgos del SA son más aceptados en las niñas o simplemente porque las pruebas fueron diseñadas con niños en mente, y no las niñas.

4.La persona con SA es grosera

Muchos creen esto de las personas con SA, especialmente en el caso de los niños con esta condición, ya que expresan sus emociones de una manera distinta o no se manejan bien en interacciones sociales. Esto no es cierto y la clave está en comprender cómo se comunica un individuo con SA o con un trastorno del espectro autista, ya que cada uno tiene su propia forma para hacerlo.

5.El SA es una condición temporal que se cura con el tiempo

Otra vez, al igual que el autismo, cada caso de SA es diferente. Por eso en algunas personas la intensidad de los síntomas puede disminuir con el tiempo o pueden aprender a manejarlas mejor a través de distintos métodos como terapias físicas, conductuales u ocupacionales. Esto no significa que ya no tengan que lidiar con dichos síntomas o que ya no cumplan con los criterios de la condición. El SA y el autismo son condiciones de por vida y no desaparecen simplemente porque sus características ya no son obvias.

6.Las personas con el SA no tienen empatía

Este mito es muy popular y normalmente se refiere a todas las personas con trastornos relacionados al TEA, pero es un concepto falso. Cuando una persona con Sa no conoce la respuesta apropiada ante ciertas situaciones sociales o no tiene la reacción empática apropiada, no quiere decir que carezca de la capacidad de empatizar. Las personas con SA y el individuo autista sí tienen la capacidad para mostrar empatía o preocuparse por otros seres humanos, lo que pasa es que tienen su propia forma para expresar estas emociones.

7.Una persona con SA es un genio automáticamente

Este es otro de los mitos más populares en cuanto al autismo y el síndrome de Asperger y que se sigue utilizando en películas y series de televisión. Sí es cierto que existen personas con Sa o en el espectro autista que tienen un alto coeficiente intelectual, que tienen impresionantes talentos, pueden ser muy creativos o que han adquirido amplios conocimientos sobre algún tema en específico. Aun así, la realidad es que, al igual que el resto de la población, dentro de la comunidad del SA o TEA existen personas con una amplia gama de coeficientes intelectuales y talentos. Algunos son genios, otros no, pero tener esta condición no significa que, automáticamente, un individuo sea un genio.

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