Las tres tragedias que marcaron la vida de Sinéad O’Connor

El sufrimiento de Sinéad O’Connor por la pérdida de su hijo

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La muerte de Sinéad O’Connor el miércoles 26 de julio causó una gran conmoción. A pesar de que se sabía de las dificultades que había enfrentado en los últimos años debido a su delicada salud mental y su situación personal, la pérdida de una leyenda de la música como ella a los 56 años fue tan impactante que las principales publicaciones del mundo le dedicaron sus portadas y Billboard, destacó su enorme y no siempre reconocido legado.

Un escándalo mundial, cuatro matrimonios fallidos y el dolor de los últimos mensajes a su hijo. La vida de la cantante estuvo llena de polémica y momentos controvertidos, como cuando rompió en directo una fotografía de Juan Pablo II o su negativa a participar en un evento organizado por Frank Sinatra en el que se iba a tocar el himno estadounidense, lo que le granjeó la animadversión del mítico crooner. Estas anécdotas son irrelevantes en comparación con el sufrimiento que ha experimentado desde su infancia.

Más allá de detenernos en esa época de su historia, que fue recogida en decenas de artículos ayer, queremos destacar los últimos mensajes que la estrella irlandesa compartió en las redes sociales en los últimos tiempos. Estas palabras dejaron en claro el enorme sufrimiento que experimentaba por la muerte de su hijo, Shane, de 17 años, fruto de su relación con el músico de folk irlandés Donal Lunny. Ella había denunciado su desaparición después de que él se fuera del hospital Tallaght de Dublín, donde había estado internado después de dos intentos de suicidio. El 8 de enero de 2022 se confirmó su muerte.

Los últimos mensajes de Sinéad en los que expresaba su dolor

La semana pasada, en lo que parece ser su último mensaje publicado, Sinéad O’Connor manifestó que su hijo Shane era “el amor de mi vida” y “la única persona que me amó incondicionalmente”. También compartió una serie de canciones en su perfil de Spotify, una de las cuales estaba dedicada específicamente a “todas las madres de hijos suicidas”.

El pasado 17 de julio, en ese mensaje al que hacíamos referencia, describió de manera cruda cómo era sobrevivir a la pérdida de un hijo adolescente en circunstancias tan dramáticas: “Ha estado viviendo como una criatura nocturna no-muerta desde entonces. Fue el amor de mi vida, la luz de mi alma. Éramos almas gemelas. Él fue la única persona que me amó incondicionalmente. Estoy perdida en el bardo sin él”.

Unos días antes, el 8 de este mismo mes, compartió con sus seguidores en su nueva cuenta de Twitter (la anterior había sido bloqueada) que se había mudado a Londres “después de 23 años de ausencia”. También reveló que estaba trabajando con entusiasmo en un álbum de estudio que planeaba lanzar a principios de 2024, seguido de una gira que se extendería hasta 2025.

Estos eran los planes que Sinéad O’Connor no pudo llevar a cabo. Su vida sentimental fue tumultuosa, por lo que no es sorprendente que haya dicho que la única persona que sintió que la amó incondicionalmente fue su hijo Shane, junto con sus otros tres hijos que aún viven y que están destrozados por la pérdida.

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Recordemos que Sinéad tenía solo 21 años cuando contrajo matrimonio con su primer esposo, John Reynolds, en 1987. Al parecer, la pareja se conoció cuando Sinead viajó a Londres como cantante principal de la banda TonTon Macoute. En aquel entonces, él era el baterista del músico Jah Wobble. Aunque se separaron cuatro años después, en 1991, mantuvieron una buena relación. De hecho, él produjo cinco álbumes para la estrella después del divorcio y tocó la batería en su gira de 2013.

Una vida sentimental tumultuosa y cuatro hijos de cuatro parejas diferentes

En junio de 2001, se anunció que Sinéad y su novio periodista Nick Sommerlad estaban comprometidos. Se habían conocido cuando Nick trabajaba para la Asociación de la Prensa de Dublín. Sommerlad, quien es pariente lejano de la reina Silvia de Suecia, se casó en secreto con la artista unas semanas después de que se anunciara su compromiso. Sinead declaró en una entrevista con el Exxes Chronicle: “Tengo la intención de ser una esposa no políticamente correcta, hornear y cocinar todo el día y estar sexualmente disponible”. A pesar de la pasión que se les atribuía, se divorciaron tres años después, en 2004.

Seis años más tarde, en 2010, comenzó una relación con el músico Steve Cooney, quien había tocado la guitarra en algunas de sus giras. Él también formaba parte del grupo Cooney & Begley. En ese momento, Sinead estaba trabajando en un disco mientras su flamante esposo estudiaba un doctorado. La pareja solo duró hasta abril siguiente y, a pesar del fracaso matrimonial, la cantante tuvo palabras muy elogiosas para su pareja más efímera.

En 2011, intentó nuevamente con su cuarto esposo, el psicoterapeuta irlandés Barry Herridge. Se casaron en Las Vegas después de solo tres meses de noviazgo. En su blog personal, ella escribió: “‘Tenía que ser él… No tenía intención de volver a casarme, pero Barry fue extremadamente persuasivo. Me propuso matrimonio en todas las citas que hemos tenido desde agosto. Es extremadamente persuasivo, y otras cosas que no puedo mencionar”. Sin embargo, se separaron 16 días después de la boda. En The Irish Sun, insinuó que su esposo era homosexual y quería llevar una vida heterosexual.

De esta intensa vida sentimental, que también incluyó relaciones con varias mujeres, resultaron cuatro hijos. El mayor, Jake, es fruto de su primer matrimonio y Sinead se convirtió en abuela en 2014. Su hija Robin nació de su relación con el periodista irlandés John Waters (no confundir con el director de cine homónimo), y tuvieron una batalla legal por la custodia. Finalmente, acordaron que la niña viviría con su padre en Dublín.

Su hijo Shane, cuya pérdida nunca superó, nació de su relación con el músico Donal Lunny. En 2006, Sinéad comenzó una relación sentimental con Frank Bonadio, quien había sido esposo de la cantante Mary Coughlan, con quien tuvo un hijo, Yeshua. Se separaron a principios de 2007, pero mantuvieron una buena relación de amistad.

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