Asamblea General de la ONU: un acto de equilibrismo para Lula, en particular sobre Ucrania

Una reunión clave tras el fracaso de su encuentro en la cumbre del G7

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La Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), que se inaugura en Nueva York este martes, 19 de septiembre, contará con numerosas ausencias de peso. NI Xi Jinping, Vladimir Putin o Emmanuel Macron. Pero sí estará Lula da Silva, el presidente brasileño. Su encuentro con el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, es especialmente esperado.

En Nueva York, como es tradición,  Brasil da el punta pie inicial de la Asamblea General de la ONU. Lula será el primer Jefe de Estado que intervenga en un encuentro que se prolongará hasta el 25 de septiembre. El brasileño tendrá que encontrar el equilibrio entre su papel de portavoz del Sur global y el de interlocutor con las grandes naciones, sobre todo porque está a punto de reunirse con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden , explica Martin Bernard desde Sao Paulo.

Otra reunión en su agenda, esta vez por primera vez, es con Volodimir Zelenski, prevista para el miércoles. Se trata de una reunión clave tras el fracaso de su encuentro en la cumbre del G7 celebrada en mayo en Hiroshima (Japón). La reunión se canceló oficialmente por una incompatibilidad de agendas, pero las relaciones entre ambos líderes son complicadas.

Aunque recientemente condenó la invasión rusa, Lula sigue siendo sospechoso de simpatizar con Moscú; Brasil nunca ha impuesto sanciones financieras a Rusia ni ha suministrado municiones a Kiev, y el presidente brasileño causó polémica en abril cuando dijo que Washington debía dejar de “alentar la guerra” en Ucrania y que la Unión Europea debía “empezar a hablar de paz”. La reunión Lula-Zelenski será, por tanto, uno de los principales focos de atención de esta Asamblea General de la ONU.

Lula, que acaba de hacer escala en Cuba, volverá a pedir el levantamiento de las sanciones contra La Habana y defenderá a los países africanos, sin entrar en detalles. Pidió a sus interlocutores de los países en desarrollo que “no se dividan”.

El Jefe del Estado debe desconfiar de una retórica demasiado ideológica. Algunos jóvenes dirigentes de izquierda, como el chileno Gabriel Boric, ya le han criticado públicamente por su apoyo sin fisuras a Nicolás Maduro en Venezuela.

Y queda la batalla esencial por un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU: Lula volverá a insistir en este punto, aunque las posibilidades de éxito parezcan escasas.

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