El agua en La Española

El conflicto generado en el río Masacre, provocado por un canal que Haití quiere montar en su parte del cuerpo de agua, es sólo el aviso de un problema que se tornará cada vez mayor sino se toman medidas previsoras.El agua es un foco de conflicto desde hace siglos en muchas partes del Planeta, pero

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El conflicto generado en el río Masacre, provocado por un canal que Haití quiere montar en su parte del cuerpo de agua, es sólo el aviso de un problema que se tornará cada vez mayor sino se toman medidas previsoras.

El agua es un foco de conflicto desde hace siglos en muchas partes del Planeta, pero ese escenario se ha ido extendiendo a todo el orbe por los desafíos provocados por el cambio climático. Y en una isla como esta, que es pequeña y encima compartida por dos naciones con diferencias culturales y de desarrollo tan marcadas, se prevé un problema mayúsculo a corto y mediano plazo.

Ya estamos viendo la subida de tono en Dajabón y la reacción válida de República Dominicana de tomar medidas al respecto, pues si bien el canal está ubicado del lado haitiano del río, lo cierto es que manda una negociación binacional para tratar su impacto. Es, por así decirlo, ejercer la política del buen vecino, sobre todo, porque los informes apuntan a que se trata de un proyecto privado y no empujado por las ineficientes instituciones haitianas, que no tienen control alguno.

Hay que mirar adelante y entender que el conflicto en el Masacre es solo un aviso de lo que se nos viene encima. Los ríos caribeños se secan a paso acelerado y el agua fluye más gracias a las grandes tormentas que a la presencia de lluvia de manera sostenida. Eso no va a cambiar, por lo que tomar la iniciativa para ordenar un aspecto tan importante es fundamental y debe ser puesto en la lista de prioridades. Es cierto que en Haití no hay una estructura gubernamental que se imponga, que hay muchos problemas de seguridad, que la prioridad es el control migratorio, pero no perdamos de perspectiva que el agua será el mayor conflicto que viviremos con nuestros vecinos.

Esa realidad requiere que en esa lista de prioridades a resolver, tan pronto Haití tome algo de institucionalizad, el agua debe estar entre las primeras tres. Y probablemente nos tocará convertirnos en suplidores para el otro lado de la isla, como medida de control, porque los ríos fronterizos no darán para los dos y todo se complicará.

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