No están todas las auditorías

En un arrebato democrático quizás, la Contraloría General de la República anunció ayer la publicación de una serie de auditorías. Interés relativo. Las graderías quieren sangre, mucha sangre, sobre todo después de los gladiadores peso completo que han pasado por Najayo. Pocos apuestan a que aquellos púgiles políticos aún tras las rejas, saldrán antes de

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En un arrebato democrático quizás, la Contraloría General de la República anunció ayer la publicación de una serie de auditorías. Interés relativo. Las graderías quieren sangre, mucha sangre, sobre todo después de los gladiadores peso completo que han pasado por Najayo. Pocos apuestan a que aquellos púgiles políticos aún tras las rejas, saldrán antes de los 18 meses ya casi reglamentarios de prisión preventiva.

Con justa o injusta razón, a la administración del PRM se la acusa de daltonismo, de ver solo morado a la hora de combatir la corrupción. Y como prueba al canto se aduce que de la casi treintena de funcionarios despedidos por “indelicadezas”, a ninguno le ha caído más fastidio que algunas visitas furtivas a los despachos de los fiscales de fiereza demostrada. En la administración pública nadie sale bien librado de una auditoría. No por corrupción, sino porque son tantos y pesados los detalles burocráticos en el manejo de las cosas públicas, que a cualquiera se le escapa un trámite, un recibo. La Contraloría es una dependencia directa del Presidente de la República y donde manda capitán no manda soldado. Como entre las auditorías no aparece la realizada al ministerio de Educación de la República Dominicana, la transparencia sigue con un manchón de opacidad que no se borra con palabras.

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