Quijote: la silueta de un molino

Este año me sorprende en la Mancha. La etimología árabe que se aduce para su nombre (Al-Ansha o Al-Mansha ´tierra seca o tierra sin agua´; o bien Manya ´planicie alta´) nos habla de su historia y su paisaje, extenso, casi pareciera infinito. Desde uno de sus visos dejo correr la mirada e inevitablemente me acompaña

0 31

Este año me sorprende en la Mancha. La etimología árabe que se aduce para su nombre (Al-Ansha o Al-Mansha ´tierra seca o tierra sin agua´; o bien Manya ´planicie alta´) nos habla de su historia y su paisaje, extenso, casi pareciera infinito.

Desde uno de sus visos dejo correr la mirada e inevitablemente me acompaña el recuerdo de Miguel de Cervantes, que la recorrió a lomos de mula o caballo y la contó como nadie. Tierras de la Mancha, amplias y profundas como la mirada de quien las convirtió en el trasunto del mundo.

Y cada paso por este paisaje humilde y grandioso a la vez, por sus caminos y por sus pueblos, parece llevarnos al Quijote. No tengo ya que reconocerles que es quizás el libro de mi vida. Qué más da.

Este u otro libro, los buenos libros, logran intensificar nuestra experiencia de la realidad, enseñan sutilmente a nuestros ojos a mirar de otra forma, a descubrir y a sentir con más viveza la complejidad del mundo que habitamos.

Frente a mí, sobre el Cerro Calderico, sobre la Sierra de los Molinos o el Cerro de la Paz, se alzan los molinos, con sus cuatro aspas que se desplazan abiertas a los vientos dominantes manchegos:

  • barrenero, matacabras, solano alto, fijo u hondo, mediodía, ábrego hondo, fijo o alto, toledano, moriscote y cierzo. (¿Qué haremos sin todas estas palabras cuando ya no necesitemos los vientos para moler el trigo?).

Solo la literatura es capaz de transformar nuestra realidad más allá de las páginas del libro. ¿Cómo se explica, si no, la emoción que siento ante la silueta de un humilde molino de viento? ¿Que no lo saben? Solo tienen que abrir el Quijote, hidalgo y caballero, y leer.

Deja un comentario