Tecnología y recursos, los detractores de la energía eólica en República Dominicana

Desde la aprobación de la Ley 57-07 de Energías Renovables hace 17 años, este sector en República Dominicana ha experimentado una serie de altas y bajas, encontrando en el último cuatrienio su mayor punto de estabilidad. La proyección, de acuerdo a las metas establecidas en esta norma y las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC)

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Desde la aprobación de la Ley 57-07 de Energías Renovables hace 17 años, este sector en República Dominicana ha experimentado una serie de altas y bajas, encontrando en el último cuatrienio su mayor punto de estabilidad.

La proyección, de acuerdo a las metas establecidas en esta norma y las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), apuntan a que la generación limpia seguirá creciendo para lograr que el 25 % de la producción sea de origen renovable.

En este contexto, las fuentes que lideran la transición energética en la actualidad son la solar y la hidráulica, constituyendo entre ambas alrededor del 12 % de las aportaciones al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI).

¿Qué ha pasado con la energía impulsada por aerogeneradores?

A pesar del potencial natural para el desarrollo de proyectos de generación eólica en el país, este sector, que es el tercero de mayor incidencia, se ha visto limitado por varios factores.

Yomayra Martinó, quien es consultora líder de GreEnergy Dominicana y docente de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucmm), explicó que entre los desafíos actuales para este grupo se encuentran: la disponibilidad de terrenos y los costos de la tecnología.

“Si bien es cierto que somos un país que goza de una locación geográfica muy beneficiosa para las renovables, no menos cierto es que eso tiene una limitante del orden regulatorio y técnico”, precisó la especialista.

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Para tener una idea, si se quiere impulsar un proyecto de energía eólica en República Dominicana, además de que se debe disponer de la inversión que representa la adquisición e importación de los aerogeneradores y demás componentes del sistema de generación, se deben identificar los siguientes puntos:

  • Que haya disponibilidad de terrenos, en los cuales se debe hacer una medición del viento de entre 12 a 18 meses.
  • Que el lugar no esté en una reserva del Sistema Nacional de Áreas Protegidas y que no obstaculice alguna ruta migratoria de aves.

En consideración de Martinó, la factibilidad técnico-económica requerida en la instalación de parques eólicos ha provocado que estos proyectos no crezcan al mismo ritmo que sus pares fotovoltaicos.

De acuerdo a los datos del Organismo Coordinador del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (OC), la capacidad instalada de energía eólica pasó de 33 megavatios en 2011 a 417 megavatios en 2024.

El viento incorporó al SENI en 2023 unos 1,129 gigavatios por hora, lo que representó el 4.72 % de la energía producida.

Según el Ministerio de Energía y Minas de la República Dominicana, se encuentran en construcción dos proyectos eólicos que corresponden a la segunda fase del parque Los Guzmancitos (con 50 megavatios de potencia) y la ampliación del parque Matafongo que pasará de generar 34 megavatios a 50 megavatios.

Dentro de la apuesta por energías renovables se entiende que, de cara al futuro, la producción fotovoltaica continuará liderando el sector, ya que, de 47 concesiones definitivas que mantiene actualmente el Gobierno dominicano, 45 son para proyectos solares y dos eólicos.

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Potencial eólico

De acuerdo al documento de la organización internacional Irena, República Dominicana es un país con un amplio potencial eólico que podría superar, en algunos casos, las capacidades de la energía solar.

Según el análisis titulado “Perspectivas de las energías renovables: República Dominicana“, de 2017, el potencial eléctrico del viento como fuente energética podría ser hasta de 30 gigavatios.

“Más importante aún es que la eólica en tierra y la solar fotovoltaica, muestran un crecimiento exponencial entre hoy y el 2030, con una capacidad total de generación instalada que alcanza 2.3 GW y 1.7 GW respectivamente”, reza el texto.

En los diversos estudios que se han realizado en la materia, cinco provincias encabezan las zonas de mayor viabilidad para proyectos eólicos, estas son: Pedernales, La Altagracia, Samaná, Montecristi y Puerto Plata.

En La Altagracia y Samaná no hay proyectos eólicos; los 10 parques eólicos que existen en la nación se encuentran en tres de estos lugares, añadiendo a la lista las provincias de Peravia y Barahona.

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Offshore en República Dominicana

La energía eólica marina u offshore, como también es conocida en el mercado internacional, es aquella cuya fuente de energía es la obtenida al aprovechar la fuerza del viento que se produce en alta mar.

Por lo que se sabe, la nación ha recibido pocas propuestas en ese sentido y no se ha concedido ningún proyecto a la fecha.

En las proyecciones de la evaluación económica de la descarbonización del sector eléctrico que realizó el Banco Interamericano de Desarrollo el año pasado, la energía eólica marina fue presentada como un sector que podría ser explotado en el futuro.

“La capacidad instalada solar debe aumentar más que la eólica por la disponibilidad de recursos del país y los bajos costos de la tecnología. La tecnología eólica en mar podría ser una alternativa efectiva para el mediano y largo plazo”, indica la investigación.

Por otro lado, Yomayra Martinó, advierte que: “En el caso de la energía eólica marina, además de que no está regulada, tiene unos riesgos muy importantes asociados a la conservación de los recursos costeros y marinos”.

Los riesgos existentes podrían ser subsanados con mayores niveles de estudio. Se cita, por ejemplo, que República Dominicana posee estructuras portuarias en sus costas, cuyo impacto se mitiga por la implementación de protocolos específicos de gestión ambiental.

La experta invita a invertir en investigación e innovación para armonizar marco regulatorio e incentivar el desarrollo tecnológico, con el propósito de continuar el despliegue de energías de fuentes renovables e iniciativas relativas a la eficiencia energética.

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