Lula da Silva irá a la COP27

El presidente electo recibió la invitación del Consorcio Interregional de la Amazonía

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El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, asistirá a la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP27), que se realizará entre el 6 y el 18 de noviembre en Egipto, según informó este martes su partido.

La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, señaló en una rueda de prensa en Sao Paulo que Lula recibió la invitación del Consorcio Interregional de la Amazonía, órgano formado por los gobiernos de los nueve estados brasileños amazónicos.

“Irá, está viendo la mejor semana para ir”, señaló Hoffmann, quien fue la coordinadora de la campaña del líder socialista, vencedor de las elecciones presidenciales del domingo con un 50,9 % de los votos, frente al 49,1 % que obtuvo el actual gobernante, Jair Bolsonaro.

Lula, que gobernó el país entre 2003 y 2010 y volverá a asumir el poder el 1 de enero de 2023, también recibió la invitación de las autoridades egipcias, en su condición de anfitriones de la COP27.

En vísperas de los comicios, la exministra y líder ecologista Marina Silva, que integró el comité de campaña de Lula y quien, según la prensa local, podría ser la ministra de Medioambiente del futuro Gobierno, ya manifestó su deseo de llevar las iniciativas del mandatario electo a la cúpula internacional. 

El presidente electo pretende impulsar metas climáticas más ambiciosas y reforzar la cooperación internacional para proteger la Amazonía, que ha alcanzado niveles récord de deforestación e incendios bajo la administración presidida por Bolsonaro.

Lula también planea crear un grupo formado por Brasil, Indonesia y Congo con la intención de acudir a la COP27 con una estrategia común para proteger los bosques tropicales, presionar a los países más desarrollados y definir el mercado de carbono.

El antiguo sindicalista ha prometido además “acabar” con la deforestación y la minería informal en el mayor bosque tropical del planeta, así como fortalecer los órganos de fiscalización medioambiental, que han visto reducidos sus presupuestos con Bolsonaro en el poder.

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