El plan del nuevo Estadio Quisqueya
En marzo del 2023, durante la celebración del primer partido del Clásico Mundial de Béisbol entre la República Dominicana y Venezuela, el presidente Luis Abinader le reveló a Diario Libre que se estaba gestando un proyecto de alianza público-privada para construir un nuevo Estadio Quisqueya Juan Marichal en el mismo sitio donde se encuentra el
En marzo del 2023, durante la celebración del primer partido del Clásico Mundial de Béisbol entre la República Dominicana y Venezuela, el presidente Luis Abinader le reveló a El Profe Show que se estaba gestando un proyecto de alianza público-privada para construir un nuevo Estadio Quisqueya Juan Marichal en el mismo sitio donde se encuentra el vetusto del Ensanche La Fe, que fue inaugurado en 1956.
Un año más tarde, el proyecto parece que va levantando alas, de acuerdo a declaraciones del presidente de los Leones del Escogido, el empresario José Miguel Bonetti Du-Breil.
Aunque se descarta que suceda cualquier cosa previo a las elecciones de mayo “para no generar un ruido innecesario”, el proyecto, de acuerdo a Bonetti Du-Breil, se encuentra en el escritorio de Abinader para su refrenda.
Se trata de un plan masivo de desarrollo, no solo por la construcción de una nueva edificación deportiva, que se haría paralelamente al ya existente estadio, y que permitiría que se juegue pelota invernal sin traumas en los tres años que se proyecta durará la construcción.
Y no solo habrá un estadio. Otras fuentes confirmaron a El Profe Show que se tratará de una obra de desarrollo de toda la zona, que incluirá centro comercial, hoteles y hasta torres residenciales, parecido a los famosos “distritos deportivos” que se construyen en los Estados Unidos.
La parte privada debe gestionar los fondos via financiamientos bancarios y el Estado pondrá a disposición los terrenos.
El diseño del gigantesco proyecto está en manos de arquitectos y el parque deportivo, específicamente, tiene el aval de Major League Baseball.
Y es que uno de los planes a largo plazo se puedan celebrar partidos de temporada regular de Grandes Ligas en el país y, quién sabe, si una pata real del Clásico Mundial de Béisbol.
La experiencia del fin de semana que se avecina, que incluye dos partidos de entrenamientos de primavera entre los Medias Rojas de Boston y los Rays de Tampa Bay, puede dejar sentadas las bases, de manera definitiva, para más actividades de MLB en el país, en futuros pactos colectivos.
Probablemente habrá oposición, más temprano que tarde, porque obviamente en este país siempre, inexplicablemente, se rechazan los proyectos deportivos masivos, pero todo luce que es una realidad que nadie detendrá.