“Perico ripiao sinfónico, melodías de una nación”
La velada formó parte de la celebración de los 60 años de fundada de la PUCMM
Miles de personas disfrutaron anoche del concierto “Perico Ripiao Sinfónico, melodías de una Nación”, con cuyo evento artístico la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) celebró los 60 años de fundada.
La velada, realizada en el estadio Cibao Fútbol Club, ubicado en el campus Santiago de los Caballeros de la institución académica, reunió la Orquesta Sinfónica del Cibao, Milly Quezada, Eddy Herrera, Francisco Ulloa, Krisspy, La India Canela, Betty Fernández y Robert Liriano.
La jornada musical la inició la Orquesta Sinfónica del Cibao con un homenaje a Johnny Ventura, Tatico Henríquez y Joseíto Mateo.
Luego, subió a tarima la Reina del merengue, quien interpretó “Solo contigo”, “Quizás”, “Vive” y “Para darte mí vida”, este último interpretado junto a Krisspy.
Le siguió El Galán del merengue con las canciones “Te quiero vida mía”, “Para siempre te voy a querer”, “Báilalo”, y “Ajena”.
Durante la velada se vivieron momentos muy emotivos cuando Betty Fernández subió a escena e interpretó el tema cristiano “Quiero alabarte”. El público encendió las luces de sus celulares para identificarse con la intérprete y manifestarle su apoyo.
Después de un receso de varios minutos de la Orquesta Sinfónica del Cibao, Francisco Ulloa se adueñó del escenario con “El Farolito” y otros de los temas que lo convirtieron en el primer merenguero de música típica que se presentó en Europa.
Los asistentes también disfrutaron de las canciones de Robert Liriano (El VIP), egresado de la PUCMM de la carrera de tecnología en sistema.
El evento fue presentado en el marco de la celebración por sus 60 años de la creación de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.
Desde la alta casa de estudio informaron que el propósito del concierto era unir la música sinfónica con el sonido típico dominicano del perico ripiao, con la misión de servir de aporte al acervo cultural.
El evento musical estuvo bajo la dirección de Ruddy Capellán, director de la Orquesta Sinfónica del Cibao y Deivit Landestoy en la producción musical.
