Diputada afirma por estudio Código Penal en resort “no vimos el color de la playa, lamentablemente”

Asegura que los miembros de la comisión bicameral no pudieron disfrutar del sol ni de la playa debido al trabajo arduo

Asegura que los miembros de la comisión bicameral no pudieron disfrutar del sol ni de la playa debido al trabajo arduo

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La diputada perremeísta Soraya Suárez aseguró este martes que los miembros de la comisión bicameral, apoderada del estudio del proyecto de ley del Código Penal, que asistieron a un resort durante tres días no pudieron disfrutar del sol y de la playa.

Al preguntársele si era necesario que se fueran a un resort para poder completar el estudio de esa pieza legislativa, la legisladora respondió: “Absolutamente necesario, como lo ha sido toda la vida desde la fundación de la Cámara de Diputados”.

Agregó: “No es la primera vez. No vimos el color de la playa, lamentablemente. Nosotros entrábamos a las 9 de la mañana y salíamos a las 10 de la noche. A esa hora no hay playa, a esa hora ni siquiera hay actividad en el hotel, que parece que todavía están restringidas”.

Argumentó que a las diez de la noche, cuando concluía su trabajo, lo único que les quedaba por hacer era sentarse a seguir discutiendo el Código Penal.

“De hecho, hubo momentos en que hubo que comprar en restaurantes para poder cenar”, precisó.

Suárez destacó que la ventaja de estar en un resort es que como realizaban trabajos de 12 horas diarias, si se cansaban tenían una habitación donde podían ir a bañarse y “despabilar” los ojos para poder continuar.

Se cuestionó cuántos diputados eran, cuántos salones tienen las cámaras legislativas y con qué capacidad de participantes para hacer ese trabajo congresual.

“Como quiera vamos a mover un personal. Todo lo que se dice está dicho de más. Yo creo que es una intención más de las que hay por ahí de desacreditar este Congreso. La gente quería un Código (Penal) rápido”, indicó.

“Había que trabajar sobre horas y para trabajar sobre horas, déjenos las condiciones medianamente… porque tampoco fue que fue tan divertido sentarse en una silla que no se reclinaba, ni siquiera”. concluyó.

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