Biden posiciona la lucha contra la corrupción como una prioridad de seguridad nacional
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó este jueves la lucha contra la corrupción como uno de los elementos “principales” de su política internacional, asegurando que “ataca los cimientos de la democracia”.
En un informe publicado hoy y dirigido a todos los departamentos federales, Biden destaca que su Administración liderará “los esfuerzos para promover la buena gobernanza”, la “transparencia” en el sistema financiero tanto en Estados Unidos como a nivel mundial y buscará evitar que “los actores corruptos oculten sus ocupaciones.”
“La corrupción ataca los cimientos de las instituciones democráticas y alimenta e intensifica el extremismo”, dijo el presidente.
De esta forma, Biden remarcó que su combate “se convierte en uno de los principales elementos de los intereses de seguridad nacional del país”.
Entre las pautas establecidas, el informe tiene como objetivo identificar y abordar la corrupción en todo el mundo, así como modernizar las herramientas existentes para hacer frente a las nuevas tecnologías.
En una llamada telefónica, un alto funcionario del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, que solicitó el anonimato, indicó que el objetivo es que todas las agencias federales “refuercen sus esfuerzos” contra la corrupción en todas las áreas.
Una muestra de su peso creciente es que será uno de los puntos de la agenda de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, quien viajará este fin de semana a Guatemala y México.
Harris dijo esta semana que es necesario “tener discusiones muy francas y honestas sobre la necesidad de abordar la corrupción, el crimen y la violencia” en Guatemala.
La visita de Harris es parte de la estrategia de Biden para frenar la inmigración irregular a su país, especialmente desde el llamado Triángulo Norte de Centroamérica, conformado por El Salvador, Guatemala y Honduras.
El gobierno de Biden ha asegurado que pondrá condiciones a los 4.000 millones que quiere entregar durante los próximos cuatro años a esos países centroamericanos.
Estados Unidos quiere que la mayor parte de la ayuda vaya a ONG, organismos internacionales e instituciones religiosas que trabajan en el terreno con los habitantes de esos países, quienes, al no tener oportunidades, se ven obligados a migrar a Estados Unidos, para evitar alimentar la corrupción institucional. . EFE