La conducta suicida tiene un alto grado de sufrimiento

Hablar sobre suicidio puede ser una oportunidad para que las personas analicen sus propósitos autodestructivos, pero sobre todo puede significar cambiar un posible final catastrófico. La mayoría de las veces tenemos miedo de hablar del tema o creemos que conversar sobre el suicidio puede motivarlo, pero es todo lo contrario. Esos momentos pueden marcar la

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Hablar sobre suicidio puede ser una oportunidad para que las personas analicen sus propósitos autodestructivos, pero sobre todo puede significar cambiar un posible final catastrófico. La mayoría de las veces tenemos miedo de hablar del tema o creemos que conversar sobre el suicidio puede motivarlo, pero es todo lo contrario. Esos momentos pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte en un suicida, así lo entiende el doctor Mirlán de los Santos, psiquiatra y director médico del Hospital Metropolitano de Santiago (HOMS), quien conversó con DL en el marco del Día Mundial de Prevención del Suicidio.

¿Qué debe de tomarse en cuenta ante una persona que está pasando por una situación en la que pudiera tener como parte de su cuadro la idea del suicidio?

Lo primero es que una persona siempre avisa sobre sus intenciones, aunque no sea de manera verbal. A veces lo escriben, otras veces lo dejan visualizar solamente, eso va en contra del mito que tiene la gente que dice que la persona que va a suicidarse no avisa. Lo podemos encontrar posteriormente en un cuaderno, en una nota de voz, en un saludo a alguien o incluso, hoy día, los jóvenes lo están subiendo a las redes. El otro elemento es que la conducta suicida no es egoísta ni valiente, está vinculada a un alto grado de sufrimiento; en otras palabras, detrás del que se suicida no hay cobardía ni valentía, lo que hay es un alto grado de sufrimiento y el suicidio se ve como una puerta a encontrar alivio a ese dolor emocional con el que la persona está lidiando.

El sufrimiento emocional del suicida no es voluntario, no es suficiente tener fuerza de voluntad para superarlo, requiere atención profesional y del entorno. Necesita una contención, eso es sumamente importante porque la mayoría de las veces, cuando uno habla con una persona que ha estado en la profundidad de la depresión con ideación suicida, a lo que más rechazo tiene es a la frase de ´pon de tu parte´, ´tienes que echarle ganas´, ´haz un esfuerzo´. Todo esto son informaciones que tenemos como mito, pero al mismo tiempo lo que hace es aumentar el sufrimiento de quien tiene la situación.

¿Cómo ayudar?

Escuchemos y podemos lograr una mejoría en la probabilidad del suicidio. El otro elemento que tenemos que tomar en cuenta es lo siguiente: según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la actualidad, tenemos un registro que habla de que cada 40 segundos se suicida una persona. Por encima de 800 mil personas al año, alrededor de un millón de personas se suicidan por año. De 15 a 29 años el suicidio es una de las causas fundamentales de muerte.

Medidas preventivas

“Los factores de riesgo no siempre conducen al suicidio, muchas personas con factores de riesgo no se suicidan, pero es sumamente importante para los que abordamos ese tema tener estos factores de riesgo en primera línea para tomar medidas preventivas. Son muy pocos países que tienen programas para la prevención del suicidio, creo que nosotros estamos en una deuda definitiva para reducirlo. Según la OMS solo 38 países tienen una estrategia de prevención del suicidio. Entiendo que estamos necesitando aumentar eso. Desde 2014 la OMS ha estado pregonando, a través de trabajos que viene presentando, la advertencia de que el suicidio es una situación global y es de rigor que los sistemas de salud den respuesta a una situación de salud global”, enfatiza el galeno.

Factores de riesgo

  • Los trastornos mentales como la depresión, que juega uno de los papeles más importantes como factor de riesgo, el trastorno afectivo bipolar y otros trastornos psiquiátricos como el juego patológico.

  • Los problemas relacionados con situaciones legales y financieras.

  • Los antecedentes familiares de suicidio.

  • El abuso de sustancias, sobre todo el alcohol.

  • Enfermedades crónicas y dolorosas que llevan a la persona a vivir con mucho dolor emocional.

  • Eventos estresantes de la vida en personas que tienen una resiliencia baja.

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